lunes, 24 de diciembre de 2018

Los viejos retratos pintados a mano. Una memoria tachirense olvidada │ Old Tachiran Tinted Photographies, Stunning Hand Colouring

 


Foto: Santiago X. Sánchez/arreglo: Bernardo Zinguer, 2018


Personaje retratado: Srta. Delfina Sandoval Zambrano (Lobatera, 24 de diciembre de 1901 - San Cristóbal, 21 de enero de 1992). Maestra, promotora cultural, directora de obras teatro clásico, religioso y nacionalista (denominadas "veladas" en ese tiempo), y activista por los derechos políticos de las mujeres tachirenses junto a Doña Inés Labrador de Lara, María Lozada de Mora y Elena Durán de Zaa, entre 1936 y 1948. Fue Vicepresidenta y Síndico Procurador Municipal en el Concejo Municipal del Distrito Lobatera, por el Partido Social Cristiano Copei, que fundó, junto a un decidido grupo de hombres y mujeres de ideal demócrata cristiano, en Lobatera un 21 de abril de 1946.

Técnica: retrato coloreado a mano con creyón o lápiz de color, hecho en Lobatera el 26 de septiembre de 1921.

Marco: madera de caoba tallada y pulida con ornamentos vegetales barrocos, y con dorados (ya perdidos). De forma ovalada, posee vidrio abombado fino.


Los viejos retratos pintados a mano. Una memoria tachirense olvidada


El paso del tiempo en la piel y en el papel resulta más evidente cuando observamos en las paredes de algunos vetustos hogares tachirenses ejemplos de viejas fotografías familiares, en blanco y negro o daguerrotipos, que fueron ampliadas y pintadas a mano para darles color, ocultando cualquier trazo de la fotografía hasta dejarla como una pintura real. Esto se lograba a través de la técnica del coloreado a mano que estuvo de moda desde la segunda mitad del siglo XIX hasta principios del siglo XX.

Consistía en el uso de lápices de colores o barras de crayones, elaborados a partir de pigmentos molidos. Su correcto uso estaba asociado a la mano de un buen fotógrafo y pintor que conociera del dibujo y de la correcta saturación de colores, para alcanzar el realismo de la persona pintada. En el Táchira, fue la técnica del crayón o creyón la más utilizada si bien existían otras como el óleo, pero más costosa. Por igual esta técnica se aplicaba para darle colores vívidos a las tarjetas postales, verdaderos ejemplos del arte romanticista de esa época.

Así, sobre la impresión fotográfica normal o ampliada, el fotógrafo pintor se transformaba en artista del retrato, oscureciendo la fotografía original y dándole, muchas veces con un pincel o los propios dedos, los colores que la convertían en pintura tradicional, a través de varios niveles de saturación cromática. Al igual que los óleos en las pinturas, los crayones generalmente oscurecen la fotografía original, motivo por el cual produce retratos más parecidos a las pinturas sobre lienzo.

Para noviembre de 1907, en el periódico "El Heraldo del Táchira", de la ciudad de San Cristóbal (Estado Táchira, Venezuela) uno de estos artistas retratistas, ofrecía sus servicios en Libertad (Capacho Viejo), exponiendo lo siguiente: 




"SALOMÓN DE J. PEÑA/Pintor, Escultor, Grabador,/participa al público que se ha mudado á Libertad, Distrito Castro, con el fin de terminar los trabajos de ornamentación del Templo, y en donde atenderá los demás trabajos que se le confíen, con especialidad los retratos al creyón, montados en elegantes marcos - cañuelas finísimas con sus correspondientes vidrios, desde el bajo precio de $17 hasta $40. /Libertad: noviembre de 1907" (Foto: Bernardo Zinguer, 2018).




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