miércoles, 22 de julio de 2015

La estatua ecuestre de El Libertador en San Cristóbal, un bronce clásico | The Liberator Simón Bolívar, bronze and image in San Cristóbal City








Sólo cuando la memoria deje de ser memoria y se haga presente, y se haga futuro, el antiguo bronce resurgirá como signo y símbolo, y la ciudad volverá a existir.

Samir A. Sánchez, 'Meditaciones sobre la ciudad perdida', 2011.




Una mañana de enero, lluviosa -como muchas- en la ciudad de San Cristóbal, hace que los vecinos se resguarden bajo los aleros del Mercado cubierto y despejen la visual del monumento a El Libertador, en la antigua Plaza Bolívar, San Cristóbal (Estado Táchira - Venezuela). Foto: Rafael Vicente Dulcey, 1930, para la publicación "El Estado Táchira. Álbum Gráfico 1930" de Humberto Díaz Brantes. La foto fue publicada nuevamente en 2015 por el Dr. Luis Hernández Contreras, Cronista de la ciudad de San Cristóbal. Reproducción con fines didácticos. La estatua es Bien de Interés Cultural de la Nación, según la Resolución Nº 003-05 del Instituto del Patrimonio Cultural, de fecha 20 de febrero del 2006.








Historia de bronce


Como única nota introductoria queremos evocar al insigne escultor español Antonio Rodríguez del Villar (Madrid, 1880 - Caracas, 1971), autor del grupo escultórico de El Libertador a caballo, acompañado por las alegorías de la gloria y la fama, en el Altar de la Patria, en el Campo de Carabobo, quizá la mejor representación naturalista ecuestre de El Libertador y que no ha sido reproducida para plazas y parques. A Don Antonio le gustaba decir que el artista trabaja años y años en la consecución de una obra imperecedera que sólo el bronce podía lograr. Y por ello citaba las palabras de otro escultor (Gaston Varenne), francés, quien refería las bondades del trabajo artístico en bronce como: «Une statue de bronze, généralement creuse à l´intérieur est infiniment plus légère qu´un statue de marbre ; elle permet donc plus d´audace dans les mouvements, elle autorise une gesticulation plus véhémente que la massivité du marbre. Dans un groupe de bronze, l´artiste peut risquer des creux, des vides, toute une aération de son motif que le marbre ne saurait pas permettre» (Gaston Varenne, 1872-1932).

[Una estatua de bronce, generalmente hueca en el interior es infinitamente más ligera que una estatua de mármol, por lo tanto, permite más audacia en los movimientos y autoriza una gesticulación más vehemente que lo macizo del mármol. En un grupo de bronce el artista puede arriesgarse sobre la oquedad, sobre los vacíos, que permiten que la esculturas sea aireada de una forma que no sería posible en el mármol] (Gaston Varenne, 1872-1932).


Tiempos e identidad urbana



Al contemplar la luz atrapada en la imagen en blanco y negro que identifica a este trabajo, sus contrastes revelan los fantasmas de siluetas, figuras, formas y personas inmóviles en el tiempo. Viene con ella la evocación de la identificación simbólica y ordenada que tuvieron nuestros abuelos para con la estatua ecuestre de El Libertador, que presidía la vieja Plaza Bolívar de la ciudad de San Cristóbal.





Plano de la ciudad de San Cristóbal, levantado por el munícipe e ingeniero Carlos Pirela Roo, en 1905. El cuadrado con resalte en color rojo marca la ubicación de la cuadra o manzana con el espacio conocido en los siglos XVIII y XIX como El Pantano, y luego ocupado por la Plaza Páez. A partir de 1912 pasó a denominarse Parque Bolívar, y en 1929, Plaza Bolívar de San Cristóbal (Foto: Archivo del Concejo Municipal de San Cristóbal, sección planos y colección fotográfica del Dr. Luis Hernández Contreras, Cronista de San Cristóbal, 2016).



Se conoce que el bronce ecuestre, en tamaño heroico (3,15 m de altura), primero de estas características que se erigió en el Táchira, fue adquirido por suscripción popular de los habitantes de la ciudad de San Cristóbal, con el apoyo del Gobierno del Estado, en homenaje a la conmemoración del Centenario de la muerte de El Libertador Simón Bolívar (1783-1830). Para ello, en 1926 se constituyó una junta denominada "Juanta Simón Bolívar"  y diversas juntas auxiliares entre los gremios de la ciudad de San Cristóbal y los distritos del Estado para:

"Recolectar fondos entre los distintos gremios de artesanos de esta capital, con el objeto de que cada uno de ellos contribuya con su contingente a la grandiosa obra de gratitud hacia nuestro Gran Libertador, cual es la de erigirle un Monumento en uno de nuestros parques principales, y el cual deberá ser costeado por el Gobierno y el Pueblo tachirense" (Extracto de la participación que hace la Junta auxiliar obrera "Simón Bolívar" al Director del Diario Católico, de San Cristóbal, el 26 de agosto de 1926. Recorte de periódico facilitado por el Cronista de la ciudad de San Cristóbal, Abogado y Académico Luis Hernández Contreras, 2021).
 



Modelo previo en arcilla pulida elaborado por la Marmolería "La Nueva Industria" de Francisco Pigna y sucesores (Caracas), de la estatua ecuestre de El Libertador para ser colocada en la Plaza Bolívar de la ciudad de San Cristóbal, en principio el 19 de diciembre de 1928. 

Al comparar el modelo aprobado por el Gobierno del Estado Táchira y la obra final en lo que respecta al pedestal, nos encontramos ante las siguientes diferencias: 

(a) No se reprodujo o esculpió, en relieve, en el frontal del pedestal, el escudo del Estado Táchira.

(b) El ancho de la base, la leve concavidad en verticalidad o altura del pedestal -presente en el modelo- se correspondía con la forma y altura necesaria para una correcta perspectiva visual y matemática, requerida por las proporciones de la estatua para su apreciación desde cualquier ángulo, efecto que no se transmitió a la obra final (como ejemplos de la correcta verticalidad del pedestal en monumentos realizados en la misma época, que permanecen aún, se tiene los pedestales de la estatua de El Libertador, en Mérida, 1930, y la estatua del Gran Mariscal de Ayacucho, en el parque Ayacucho, de Barquisimeto, en 1933, obra del general tachirense Eustoquio Gómez, para la época Presidente del Estado Lara).

En la obra final que se construyó para la estatua de El Libertador, en la Plaza Bolívar de San Cristóbal, de 1929, la verticalidad del pedestal se redujo, creando así un efecto de incertidumbre en la visión, al carecer de una continuidad perspectiva entre el plano de sustentación (de una estatua de corte clásico) y el sustentante (pedestal). La falta o pérdida de altura y ligera concavidad del pedestal, hace que la proporción de la estatua -en lo visual- presente una dimensión o proporción mayor que la del pedestal que la sostiene. Foto: BENET, F., Guía General de Venezuela, Leipzig, Alemania, 1929, tomo I, p. 99 (reproducción con fines didácticos). 



Estatua ecuestre de El Libertador y pedestal poliédrico clásico, en la Plaza Bolívar de San Cristóbal, de 1929. La imagen permite comparar la obra terminada con el pedestal presentado por la empresa "La Nueva Industria" de Pigna y Sucesores, en su boceto y proyecto de 1928. La disminución de la altura o verticalidad semi-cóncava del pedestal original, así como la creación de una verticalidad lineal -sin el leve efecto de forma, cóncavo, presente en el modelo- afectó la correcta visual monumental de la estatua (Foto: Colección de fotos antiguas del Dr. Luis Hernández Contreras, Cronista Oficial de la ciudad de San Cristóbal, 2015).


Para esta magna ocasión, se remodeló el antiguo Parque Bolívar de 1912, en un estilo clásico y composición geométrica, y se preparó por igual -como pedestal para el bronce- una peana de formas y trazados neoclásicos. La misma poseía una silueta geométrica trapezoidal, levantándose sobre una planta encuadrada por las formas de un rectángulo y elipse. Su base era escalonada de mayor a menor, rematando en una moldurada cornisa ática.


El General Juan Alberto Ramírez, Presidente del Estado Táchira para la fecha, al tener conocimiento que sería trasladado a otro alto cargo de gobierno fuera del Estado y sustituido en la Gobernación por el General Pedro María Cárdenas, resuelve adelantar la inauguración de la estatua para el 19 de diciembre de 1928. Retrasos en el embarque y traslado de la escultura desde Florencia a Caracas, obligaron a reprogramar el acto  hasta el domingo 19 de mayo de 1929, cuando en solemne ceremonia es desvelada. 




Imagen captada en horas del mediodía del 11 de enero de 1929. Momento de la llegada del camión de carga, marca "Federal", que transportaba la estatua ecuestre de El Libertador -en embalaje de madera y flejes- al centro de la Plaza Bolívar de San Cristóbal, luego de recorrer los 1.185 Km de distancia entre Caracas y San Cristóbal. Recorrido que realizó siguiendo la ruta de la carretera de Los Andes o carretera Trasandina, inaugurada en 1925. La estatua se colocó sobre el pedestal el sábado 16 de marzo de 1929. 

Este pedestal se emplazaba a su vez sobre el punto central de la plaza, el cual había sido marcado por la Comisión Científica Exploradora de la región occidental de Venezuela, designada por el Ministerio de Obras Pública y dirigida por el Dr. Alfredo Jahn en 1911, como punto oficial para determinar la altura de la ciudad de San Cristóbal, la cual se precisó en 829 metros sobre el nivel del mar. Asimismo precisó, para el pie de la Iglesia Catedral, frente a la Plaza Bolívar de la época (antigua Plaza Mayor y actual Plaza Juan Maldonado), una altura de 825 metros sobre el nivel del mar Foto: Rafael Vicente Dulcey, 1929. Facilitada por el Abogado Wilmer Antonio Rey Lozada, 2015 (reproducción con fines didácticos).


Este bronce, como obra de arte, resulta casi irrepetible en nuestros tiempos por la alta pureza y calidad de los materiales empleados en su fundición así como por el detalle de sus acabados  Es una réplica, trabajada bajo la técnica de la cera perdida, siendo fundida, vaciada, cincelada y pulida en 1928, en la Casa Fonderia G. Vignali & Co, en Florencia, Italia, por la marmolería “La Nueva Industria” de Francisco Pigna y Sucesores, de Caracas, trabajo especializado gestionado a través de su casa sucursal en Pietrasanta (Lucca - Italia). 




Detalle (ampliado) de una tarjeta postal de la Plaza Bolívar de la ciudad de San Cristóbal, para 1947 (Foto: Familia Sandoval Zambrano, Lobatera, 1947).


La marmolería de Pigna y Sucesores, realizó todo el trabajo material del pedestal y de las placas conmemorativas, en bronce sobredorado -agregadas posteriormente-, teniendo grabada la frontal o principal la siguiente inscripción -con el título más elevado que en el orden ciudadano universal consagrara a la persona y obra de Simón Bolívar-: "El Gobierno y los hijos/ del /Táchira al Libertador /SIMÓN BOLÍVAR/24 de julio de 1783 • 17 de diciembre de 1830".


En la placa izquierda del pedestal, se transcribió la siguiente proclama:



Simón Bolívar, Libertador Presidente de Colombia, General en Jefe de sus Ejércitos, &, &.

A los Soldados del Ejército Libertador

Diez años de libertad se solemnizan en este día. Diez años consagrados a los combates, a los sacrificios heroicos, a una muerte gloriosa. Pero diez años que han liberado del oprobio, del infortunio, de las cadenas, a la mitad del universo.

¡Soldados! El género humano gemía por la ruina de su más bella porción: era esclava y ya es libre. El mundo desconocía al pueblo americano, vosotros lo habéis sacado del silencio, del olvido, de la muerte, de la nada. Cuando antes era el ludibrio de los tiranos; lo habéis hecho admirar por vuestras virtudes; lo habéis hecho respetar por vuestras hazañas; y lo habéis consagrado a la inmortalidad por vuestra gloria.

¡Soldados! El diez y nueve de abril nació Colombia: desde entonces contáis diez años de vida.

Cuartel General Libertador de San Cristóbal, 19 de abril de 1820. 10º de la Independencia.

BOLÍ VAR



Réplica de la placa grabada, que se encontraba en el antiguo pedestal de la estatua de El Libertador, de 1929 -pero en marco rectangular horizontal- fue colocada, en acto especial, en uno de los muros exteriores del Edificio Nacional (sede de los Tribunales de Justicia del Estado Táchira), en la fachada que da a la Plaza Mayor o Plaza Capitán Fundador Juan Maldonado, en la ciudad de San Cristóbal, el 19 de abril de 1970 (Foto: Samir Sánchez, 2015).




Publicidad de identificación de la marmolería "La Nueva Industria" para 1937. Foto: Aliprandi, Ermenegildo y Martini, Virgilio. Gli Italiani in Venezuela. Aliprandi&Martini Editores, Guayaquil, 1937, p. 72. Libro propiedad de la familia Serva (San Felipe, Yaracuy), digitalizado por Aldo González Serva (Boston, Estados Unidos) en 2016. Reproducción con fines didácticos.


El montaje de la estatua sobre el pedestal ya construido se realizó, según referían las personas mayores que lo presenciaron, a través de cuatro alargados tablones de maderas hincados en cada esquina del pedestal, unidos en su parte media y superior por iguales vigas de madera horizontales. En la parte más alta de ese andamio, y a la cual se accedía por escaleras aseguradas a cada uno de los tablones verticales, se ubicaron vigas, poleas y correderas que permitieron levantar y movilizar la estatua hasta dejarla sobre el pedestal. 

Asimismo, y según la costumbre de la época, este modelo de estatua se transportaba separada en dos secciones; una superior con el tronco, brazos y cabeza del héroe y otra inferior con el cuerpo del caballo y piernas del jinete. Especialistas de la empresa fundidora, una vez fijada la base inferior en el pedestal, soldaban y pulían la parte superior a la inferior hasta hacer de la escultura una unidad visible. No obstante, resulta difícil precisar si ese fue el caso de la estatua ecuestre de San Cristóbal.
 

Un Frémiet para San Cristóbal

En cuanto al modelo de escultura seleccionado para la plaza Bolívar de San Cristóbal, se adoptó una réplica de la obra del artista francés Emmanuel Frémiet (1824-1910), quien realizó en 1910 la estatua ecuestre original, de 3,70 m de altura, fundida en la Casa F. Barbedienne, perteneciente al reconocido maestro del trabajo en bronce Ferdinand Barbedienne (1810-1892). La casa estaba situada en París y el costo de esa obra original fue de 75.000 francos. La escultura heroica de El Libertador se ubicó en el Parque de la Independencia (actualmente en el Monumento a los Héroes, dedicado a los ejércitos de los diversos países que participaron en las batallas independentistas neogranadinas), en la ciudad de Bogotá.




Conmemoración de una fecha patria ante el bronce de El Libertador, en la Plaza Bolívar de la ciudad de San Cristóbal. Ofrenda floral de las alumnas del Colegio María Auxiliadora, c. 1940 (Foto: Colegio María Auxiliadora, de las Hermanas salesianas. A la izquierda de la imagen, en el plano de fondo y por ser un día soleado y despejado, resalta el contorno del Macizo del Tamá y la prominencia triangular del pico El Cobre, la segunda montaña más alta del Táchira. Restauración y efectos de color: José Antonio Pulido Zambrano, 2021, reproducción con fines didácticos.






Plaza Bolívar de San Cristóbal. Año 1937.

Al seleccionarse este modelo se optó para la ciudad de San Cristóbal, capital del Estado Táchira, una escultura de carácter marcial y heroica, realizada desde el enfoque artístico de la escuela francesa decimonónica de escultura, que resultó en la representación, erguida y de semblante altivo, como conductor de tropas, de El Libertador Simón Bolívar. 


El rostro de El Libertador, imponente y adusto, fue elaborado a partir de un original del perfil que le realizó el ilustrador François Désiré Roulin (1796-1874), en el Palacio de San Carlos, Bogotá, el 15 de febrero de 1828.



 

Perfil de El Libertador, obra de Roulin, en 1828, empleado para la realización de la fisonomía de la estatua ecuestre de El Libertador en San Cristóbal, fundida en 1928 (Foto: BOULTON, Alfredo, El rostro de Bolívar, ediciones Macanao, Caracas, 1982, p. 99. Del grabado original sobre papel florete español, 0,12 x 0,10 cm con la identificación "Gal. Bolívar, dessiné d'après nature à Bogotá. 15 février 1828. Roulin". Reproducción con fines didácticos. Proceso gráfico en diapo T.S.U. Sigrid Márquez Poleo, 2015).



Busto en bronce de Bolívar cívico, el cual tuvo por modelo el perfil realizado por Roulin, el 15 de febrero de 1828, momento en el cual El Libertador vestía levita del alto cuello vuelto, de grandes solapas y chaleco que permite ver las puntas caídas de la corbata, de allí procede la denominación de cívico. Fue la primera escultura en bronce de El Libertador que llegó al Estado Táchira en 1912, donada por el Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, General Juan Vicente Gómez. Se instaló sobre una columna ática, en el centro del Parque Bolívar de San Cristóbal y permaneció allí hasta 1929, cuando es sustituida por la estatua ecuestre encargada al taller de los escultores napolitanos Pigna y Sucesores. Trasladado el busto a la ciudad de San Antonio del Táchira, estuvo en el Paseo de la Confraternidad, junto al río Táchira y en 1983 es devuelto a la ciudad de San Cristóbal, instalándose en la Plaza del Rectorado de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET). Foto: Samir Sánchez, 2016.




Perfil del rostro de la estatua ecuestre de El Libertador, que se encuentra en la Plaza Bolívar de San Cristóbal. Imagen captada en una supervisión durante el proceso de restauración y reorientación del pedestal, en julio de 2017 (Foto: Restaurador Héctor Rojas/Arquitecta Sonia Becerra, 2017). 



Momento histórico de un nuevo traslado de la estatua ecuestre de El Libertador en la Plaza Bolívar de San Cristóbal. El 7 de julio de 2017, el brazo principal una grúa móvil e hidráulica marca Grove separaba la estatua ecuestre del pedestal, en el cual se encontraba desde 1960, y la traslada al nuevo, elaborado a partir del proyecto original en boceto de la empresa Pigna en 1928, orientado con vista al norte (Foto: cortesía de @todoverdadero, 2017).





Panorámica con drone de la Plaza Bolívar de la ciudad de San Cristóbal y el extremo sureste de la urbe para noviembre de 2022. En la misma se detalla la nueva orientación y pedestal clásico de la estatua ecuestre de El Libertador, luego de las restauraciones de 2017 (Foto: Cortesía de Táchira Natural y sus redes sociales, 2022. Reproducción con fines didácticos).


En mayo de 1928, José Pigna, representante de la empresa "La Nueva Industria", de Pigna y Sucesores, llegaba a San Cristóbal, proveniente de Caracas, para finiquitar los detalles de elaboración del pedestal y de las características de la estatua ecuestre. Luego de reunirse con las autoridades regionales y acordarse el modelo, la empresa hizo la siguiente observación en el contrato: "Se seguirá el modelo del monumento erigido en el Parque del Centanario en Bogotá, con algunas modificaciones que lo mejoran" (Luis Hernández Contreras, Plazas y Parques de San Cristóbal, ediciones Heladería Ummm, San Cristóbal, 2016, p. 68). 


De esta forma, la escultura en bronce para la principal plaza pública de San Cristóbal, quedó conformada por una imagen de El Libertador, en bulto redondo, revestido con el uniforme de General en Jefe. Este uniforme está conformado por casaca y pechera con entorchados de palma de laurel, charreteras con tres estrellas, pantalón, chupa, faja ceñida y botas de montar. Asimismo, le cubre sus hombros y espaldas una capa larga de campaña (en la versión de la estatua de San Cristóbal, el modelador y/o fundidor modificó -entre otros detalles- la capa, al realizarla de mayor tamaño y más armónica con la figura de El Libertador a diferencia de la original de 1910 donde dicha capa es de reducidas proporciones. Asimismo, Pigna modificó la posición de las piernas del héroe, les dio mas naturalidad. En el original de 1910, por haberse diseñado con una horcajada tensa,  las piernas del héroe se presentan en extremo arqueadas o muy separadas del caballo, lo cual no se corresponde con la posición de reposo del mismo. En la escultura para la ciudad de San Cristóbal, Pigna optó por una horcajada en reposo, donde la pierna cae sobre el caballo sin ninguna tensión. La rodilla adherida levemente a la montura y las pantorrillas ceñidas al cuerpo del caballo, en leve contacto. Los tobillos y talones permanecen flexibles y nivelados para mantener el estribo en su sitio.


Lo antes descrito se puede evaluar por igual al comparar la sección derecha de ambas estatuas. Asimismo, la capa, en el argot militar de la época, recibía el nombre específico de "capote de montar". 

En ese mismo contexto de modificaciones, la versión de Pigna para la Plaza Bolívar de San Cristóbal, perfeccionó el original de Frémiet al optar para la realización del rostro y perfil de El Libertador por la imagen captada por Roulin en 1828 y por darle a la figura del héroe una proporción y pose más acorde y natural con el tamaño o proporciones del caballo. Por igual, en la estatua original, Frémiet puso en la mano derecha del libertador una espada y en la copia de Pigna esta arma fue sustituida por un sable por cuanto, según las crónicas de la época, en sus campañas bélicas, El Libertador no llegó a utilizar espadas sino sables.



Estatua ecuestre de El Libertador Simón Bolívar, original del escultor francés Emmanuel Frémiet (1824-1910), elaborada en 1910. Al compararse con la estatua ecuestre de la Plaza Bolívar de la ciudad de San Cristóbal, se pueden evidenciar las mejoras en detalles que realizó la casa italiana Pigna al original de Frémiet (Foto: Paseo de los Héroes de la Independencia. Oficina de Turismo de la Alcaldía Mayor de Bogotá, 2004)



¿Hacia donde dirige la mirada?... 

Sobre la posición o dirección que tendría la estatua en la renovada plaza, la misma se colocó mirando hacia el oriente, hacia el sol naciente. El busto de 1912 miraba hacia el occidente o el poniente, y en la remodelación de la plaza, en 1960, se colocó mirando hacia el sur. Cada orientación del monumento respondía a una interpretación o criterio arraigado en la época. No obstante, la única posición que sincronizaría o haría concordar al bronce con la historia de la ciudad de San Cristóbal, es aquella que resultaría de colocarla con vista al norte o señalando con su sable al noreste.

El argumento es el siguiente: el Libertador Simón Bolívar, al frente de su ejército y proveniente de los valles de Cúcuta y la Villa de San Antonio del Táchira, estuvo y pernoctó en la Villa de San Cristóbal durante la Campaña Admirable (1813) y la Campaña de Los Andes (1820) la cual concluyó con la victoria en la batalla de Carabobo en 1821. En estas dos ocasiones y al abandonar la villa, El Libertador asumió la posición representada en la estatua ecuestre, como señal de inicio de la marcha e indicar por igual, a su ejército, con sable en mano, la ruta a seguir en cada campaña, el camino de La Grita, hacia el noreste.   



Tarjeta postal de 1945. Se puede detallar la vaina o funda ajustada del sable que le fue robada en época reciente (Foto: Álbum de la familia Sandoval Zambrano, Lobatera, 1945).



Una descripción del arte heroico en bronce

En cuanto a la figura del Héroe, monta un caballo de largas crines, detenido o en reposo y con la cabeza vuelta hacia la izquierda. Dos fundas de pistolera, penden del lado izquierdo y derecho del arzón delantero de una silla de montar, con armazón de dos bastos. El sable (espada con hoja curva, diseño especial para quien combate montado a caballo o para la caballería), con gavilanes y amplio guardanudillos ajustado a la empuñadura, está desenvainado y en posición recta con el brazo y mano derecha de El Libertador. Señalando la línea del horizonte en actitud de dirigir -desde lo alto del combate- a las tropas en el campo de batalla. Con la mano izquierda, tensa hacia atrás, sostiene firme las riendas del caballo. La hoja del sable actual resulta en una reconstrucción adaptada al bronce antiguo, luego del robo de la hoja original en abril de 2008. Por igual, en fecha no precisada, le fue robada la funda o vaina ajustada para el sable, que pendía del lado izquierdo de cinto, no siendo restituida.


La crítica de arte de la época de realización de la estatua original (1910), acotó que Emmanuel Frémiet, quien por igual era el autor de la dorada estatua ecuestre de la Doncella de Orléans, Juana de Arco (Place des Pyramides, París, 1874), era un excelente escultor naturalista especializado en el modelado de animales pero no personas, y por ello se le reprochó que en sus monumentos ecuestres, le haya dado más importancia al caballo que a los héroes.

Al respecto, se debe acotar que Emmanuel Frémiet pertenecía a una primera tendencia escultórica que fue conocida como de los Animaliers (animalistas), formada por pintores o escultores cuyo único tema era el trabajo artístico de figuras de animales en bronce. Sobresalió en este arte junto a Antoine-Louis Barye, Christophe Fratin y Pierre Jules Mène. Sus impresionantes creaciones de animales capturaban la esencia salvaje con una expresividad, espontaneidad y vitalidad, únicas.




Estatua de El Libertador y pedestal, de 1929, en la Plaza Bolívar de San Cristóbal. En el ángulo derecho, con sus dos plantas y balcones techados, la Casa Steinvorth, casa de comercio alemana de mediados del siglo XIX y emblema de la producción cafetalera tachirense. Foto: Rafael Vicente Dulcey, 1930, para la publicación "El Estado Táchira. Álbum Gráfico 1930" de Humberto Díaz Brantes (reproducción con fines didácticos).
 

Respeto y gratitud solo en la memoria de los ancianos...

A ochenta y seis años de la llegada de El Libertador en bronce ecuestre a la ciudad de San Cristóbal, al valorarse la permanencia del mismo en nuestra ciudad, una similar paradoja se repite. 


El valor simbólico y respeto por lo que representa ese bronce, sólo reside atado a la memoria colectiva de las personas más ancianas de la ciudad y quienes añoran los bucólicos espacios del patrimonio edificado urbano que conocieron, por cuanto, en 1960, la estatua era desplazada de su rígida centralidad vitruviana por un proyecto de renovación arquitectónico y paisajístico de carácter esnobista, imbuido en el paradigma constructivo urbano funcional del momento. Con el mismo se quiso innovar sobre el antiguo paradigma constructivo urbano humanista, de construcciones lógicas, cálidas y culturales, sustituyéndolo por otro de descampados o espacios abiertos -propio de países templados y no tropicales-, sin una centralidad definida y sin un simbolismo

Este proyecto arrasó árboles y sepultó jardines y caminerías bajo losas de concreto y granito, colocando a El Libertador fuera del centro de la plaza, "dejándolo encaramado sobre una caja" –según el lenguaje de la tierra, empleado en la opinión de los ancianos-. El bronce fue reubicado hacia el extremo norte de la plaza, quedando montado sobre un ortoedro sólo funcional, de factura simple, y sin ningún mérito artístico.

En esta intervención, moderna, se pensó que se intervenía positivamente el paisaje urbano central de la ciudad cordial, pero, no obstante, se dejó por fuera de esa ecuación la realidad de los vecinos viejos de la Villa. Ellos no entendieron esos nuevos espacios, dispares, en su mentalidad ordenada, por lo que siempre consideraron que no tenían relación ni vínculo con el pasado de su zona. Y en parte, no les faltaba razón.  


Estatua ecuestre de El Libertador y nuevo pedestal prismático realizado en las reformas a la plaza, en los años 1960-1961. Este pedestal estaba elaborado en sólido concreto armado y cubierto con losas de mármol. Luego, en 2006, las losas serían sustituidas por otras de granito oscuro y los escudos nacional [frente o sección sur] y del Estado Táchira [sección posterior o sección norte] desaparecerían, conjuntamente con las inscripciones en los mármoles laterales que contenían la proclama del 19 de abril de 1820 [sección este] y de la identificación conmemorativa de la inauguración de la obra por el presidente de la República de Venezuela, Sr. Rómulo Betancourt, el 8 de abril de 1961 [sección oeste])(Foto: Diario Católico, San Cristóbal, 20 de enero de 1980).



Ellos percibieron como la estatua –degradada de su otrora centralidad visual y sin escorzo con el entorno que la rodeaba- quedó desarticulada totalmente de la vieja función integral pública, cívica, educativa y urbana de la plaza. Esa vieja centralidad, con esas funciones, permitían, por igual, la recreación y esparcimiento sobre caminerías y bajo la sombra de los vetustos árboles, de todos los ciudadanos que se acercaban alló o transitaban por sus espacios, y desde lo educativo –visual formativo- la pérdida de una conciencia de reconocimiento y gratitud al héroe representado en bronce y a la gesta que representaba a través de la contemplación -admirada y respetuosa- de quienes pasaban frente a la estatua.

En el criterio de esas personas mayores, el diseño implantado en 1960 le daba más importancia al espectador y al espectáculo de carácter público, comercial, militar o político -incluyendo a los soapbox orators del trópico-  que a la memoria y trascendencia de la vida y obra de El Libertador. 

Este hecho -probablemente valorado como reaccionario o superfluo para los innovadores del momento, inició el lento desasociar de la imagen del bronce de la identidad cultural del ciudadano, diluyendo y desapareciendo con ello, el símbolo, función y centralidad única e indiscutible que tuvo en sus orígenes, la estatua en la otrora principal plaza de la ciudad, la Plaza Bolívar de San Cristóbal.

De esta forma, y aguardando que nuestra ciudad cordial algún día sea entendida como un objeto del arte y de la memoria agradecida, solo en el recuerdo de los ancianos de esta tierra aún se perciben débil y confusamente los ecos de las palabras de José Domingo Choquehuanca a El Libertador: Sicut umbra cum declinat sol... crecerá vuestra gloria como crecen las sombras cuando el sol declina.


Nota: Esta escultura ecuestre de El Libertador, como patrimonio, es Bien de Interés Cultural de la Nación incorporado al Catálogo del Patrimonio Cultural de Venezuela 2004-2007/TA 23/p. 86, según Resolución N° 003-2005, del Instituto del Patrimonio Cultural, publicado en la Gaceta Oficial N° 38.234 de fecha 20 de febrero de 2005.

  


Imagen captada el 20 de mayo de 1929. Ciudadanos de San Cristóbal -de amplio y resistente traje de caqui y sombrero borsalino de la época- contemplan con admiración el monumento a El Libertador, en la Plaza Bolívar inaugurada solemnemente el día anterior. En la sección derecha de la imagen, captada luego de pasar una lluvia, sobresale, sobre los tejados, la enhiesta silueta de la vieja torre norte de la Catedral (y única para esa fecha por cuanto la segunda torre sería concluida en 1941). Foto: Abogado Wilmer Antonio Rey Lozada, 2015 (reproducción con fines didácticos).



Para 1931, a la estatua ecuestre de El Libertador Simón Bolívar, de la Plaza Bolívar de San Cristóbal, ya se le reconocía ese carácter de ícono urbano primado. Su silueta resultaba -por igual- idea, enseña e imagen de la ciudad y del Táchira. Por ello, la estatua no cuenta ese pasado, lo contiene escrito en sus formas y resguardado bajo el oscuro barniz de su pátina. Sólo cuando la memoria deje de ser memoria y se haga presente, y se haga futuro, el antiguo bronce resurgirá como signo y símbolo, y la ciudad volverá a existir.

La imagen en portada del periódico «El Correo del Táchira», fundado en 1931 por Don Francisco López Sánchez, un órgano periodístico «trisemanario, vespertino, de intereses generales», como lo definía su director-fundador, presenta una singularidad, un detalle iconográfico que atrae la atención desde el punto de vista de la Historia del Arte: la presencia –casi subliminal- de una luna en creciente (invertida o ranversada) con rostro humano, en la base de la figura silueteada de la estatua ecuestre de El Libertador en San Cristóbal. El por qué se colocó allí, queda como interrogante. Una hipotética asociación con otra figura, el sol radiante que se encuentra detrás de El Libertador, nos podría conducir al indicio de hallarnos ante símbolos especiales de la francmasonería, ocultos cautelosamente, en la ciudad de San Cristóbal de inicios del siglo XX (Foto: Samir Sánchez, 2015. El Correo del Táchira, San Cristóbal, 20 de septiembre de 1932, portada. Archivo Privado de la Familia Sandoval Zambrano 1826-1956, Lobatera).



Vitral incrustado en uno de los viejos y gruesos muros de la Iglesia Catedral de San Cristóbal. Conmemora la primera entrada que hiciera El Libertador Simón Bolívar a la Villa de San Cristóbal, el 16 de abril de 1813, a las 5:00 pm. La escena evoca el momento cuando El Libertador arenga a los soldados del ejército y a los pobladores que lo recibieron, desde una roca de dimensiones extraordinarias que se encontraba al pie de la torre del campanario de la parroquial de la Villa (actual torre del campanario de la Catedral, hacia la calle 4). Este dato lo aportó el Dr. Antonio Rómulo Costa (1872-1956), quien conoció la piedra, al recordado sacerdote, escritor, orador y periodista Monseñor Dr. Carlos Sanchez Espejo (1910-2005). Asimismo refirió el Dr. Rómulo Costa que en tiempos del férreo gobierno del General Eustoquio Gómez –y sin el conocimiento de éste-, como Presidente del Estado Táchira, en unos trabajos de remodelación y arreglo de la Catedral, la roca fue removida y dinamitada –por haberse olvidado su significado histórico-. El vitral, salido de los talleres de la Casa Velasco (de Don José Velasco, Cali – Colombia) fue donado en 1961, con motivo de las celebraciones del Año Cuatricentenario de la fundación de la ciudad de San Cristóbal (1561-1961) por el ilustre médico Dr. Gonzalo Vargas Zúñiga (Popayán, 1885 – San Cristobal, 1974). Foto: Samir Sánchez, 2015.



Perfil del rostro de El Libertador, reproducido en mármol de Carrara, en una escultura de tamaño natural, denominada Bolívar yaciente, que lo representa en el momento de su velación, en la Casa de la Aduana, frente a la plaza mayor de Santa Marta, en 1830. Es obra del escultor José Luis Rosero, Hacienda San Pedro Alejandrino, Santa Marta, Magdalena, Colombia (Foto: Samir Sánchez, diciembre de 2009).





Y la ciudad comenzó a ser entendida como un objeto del arte y de la memoria agradecida...













Más información sobre la estatuaria clásica monumental y ornamental, en el Estado Táchira, puede ser consultada en los siguientes ensayos: 

SÁNCHEZ, Samir A., "Arte e historia de antiguas estatuas conmemorativas del Estado Táchira, Venezuela" en Procesos Históricos, Revista de Ciencias Sociales y Arte, Universidad de Los Andes, Mérida; SÁNCHEZ, Samir A., "Memoria de Bronce, el Bolívar de Lobatera" en Heurística, Revista de Historia de la Educación, Universidad de Los Andes, Mérida.


Créditos  de  fotografía | Credit: Images courtesy of

Proyecto ExpArt quiere dar las gracias a los amigos e instituciones por permitir la reproducción de sus fotografías con lo cual han contribuido a la realización del presente estudio.

Dr. Luis Hernández Contreras, Cronista de la ciudad de San Cristóbal, 2015.

Dr. José Joaquín Villamizar Molina, Cronista Emérito de la ciudad de San Cristóbal

Arquitecto Sonia Becerra

Especialista restaurador Héctor Alfonso Rojas Contreras

Guía General de Venezuela, 1929.

El Estado Táchira, Álbum Gráfico, 1930. Trabajo fotográfico de Rafael Vicente Dulcey (1930).

Abogado Wilmer Antonio Rey Lozada, 2015.

Familia Sandoval Zambrano (Lobatera)

Antonio Rodríguez del Villar [Edublog. https://antoniorodriguezdelvillar.blogspot.com/2009/] 22 de junio de 2009. Bibliografía y transcripciones de una entrevista hecha a Don Antonio Rodríguez del Villar en la Revista El farol, 1966.



© Proyecto Experiencia Arte / Experience Art Project 2012-2015. Algunos derechos reservados. Los derechos de autor de las fotografías pertenecen a cada fotógrafo, grupo o institución mencionada.