lunes, 22 de abril de 2024

Ruinas ocultas del primer Capitolio tachirense: La Casa de Gobierno del Estado Táchira | Hidden Ruins of the First Táchira State Capitol Building




"Quae tamen hanc habent in specie venustatem, ut non solum salutis, sed etiam voluptatis causa inventa esse videantur. Columnae templa et porticus sustinen; tamen habent non plus utilitatis quam dignitatis: Capitoli fastigium illud et ceterarum aedium non venustas, sed necessitas ipsa fabricata est; nam, cum esset habita ratio, quem ad modum ex utraque tecti parte aqua delaberetur, utilitatem templi fastigi dignitas consecuta est; ut, etiam si in caelo Capitolium statueretur, ubi imber esse non posset, nullam sine fastigio dignitatem habiturum fuisse videatur". 
Cicero, De Oratore, Liver III, 45-46.


"No obstante, estas cosas tienen precisamente esta belleza, de modo que parecen haber sido inventadas no sólo por el bien de la persona, sino también para su deleite. Las columnas sostienen templos y galerías; sin embargo, no tienen más utilidad que dignidad: allí, ese frontón del Capitolio [refiriéndose al techo triangular del Capitolio de Roma, el templo de Júpiter capitolino] y el resto del edificio no fueron construidos por la belleza, sino por la necesidad misma; pero, cuando se hubo hecho el arreglo, de tal manera que el agua se deslizara hacia abajo por ambos lados del techo, de la utilidad se pasó a la dignidad al colocar, como cumbrera, el frontón del templo; de modo que, incluso si el Capitolio estuviera erigido en el cielo, donde no podría llover, parece que no habría tenido dignidad si no se le hubiera colocado el frontón".
Cicerón, De Oratore, Libro III, 45-46





Para pensar...

La anterior imagen, que parece extraída de un pasado envuelto en historias basadas en fantasmas y fenómenos paranormales, es lo que consideramos, a su vez, sea la representación, diluida ya, en la memoria de lo que existió una vez en la ciudad y ya no existe: La primera Casa de Gobierno o Capitolio del Estado Táchira.

Por ello, esa imagen viene a resultar en un ejercicio interesante para la reflexión, como sociedad, al preguntarnos ¿cómo valoramos nuestro patrimonio construido entendido como preservación de la memoria? 

Pregunta que queda sólo como auto-cuestionamiento o debate; como una forma de visualizar lo invisible para que, cuando desaparezca todo ese patrimonio y herencia cultural arquitectónica, por la incuria y superficialidad de los lúgubres tiempos contemporáneos, quede un testimonio visual para las nuevas generaciones. 

Así, resulta oportuno manifestar gratitud. La gratitud de Proyecto Experiencia-Arte a quienes permitieron la realización de este trabajo, aportando datos e imágenes. Ellos se han convertido, una vez más, en guardianes de la memoria y del patrimono tachirense de todos los tiempos. 

A la Profesora Belkis Gisela Candiales Caballero, al Prof. Jack de la Parra y al Dr. Bernardo Zinguer, le reiteramos nuestra gratitud eterna.






La ‘Curia Castris’ o primera Casa de Gobierno

Este primer Capitolio, sede de los poderes públicos tachirenses de la época, el ejecutivo, legislativo y judicial, se encontraba en la actual esquina de la calle 4 con 5ª avenida de la ciudad de San Cristóbal.

El edificio, inaugurado el 31 de diciembre de 1907 y demolido en casi su totalidad en 1956, fue construido -bajo la dirección del Ing. Román Cárdenas- sobre el solar en cuadra (en la época colonial española cada cuadra o manzana de la ciudad se dividía en cuatro solares) y cimientos del antiguo convento y capilla conventual-cementerio de San Agustín, edificado por los frailes agustinos ermitaños en la Villa de San Cristóbal en 1593 y convertido en escuela pública y en varias proiedades, en el s. XIX, luego de su desamortización. Así, se edificó sobre un terreno, con inclinación moderada en sentido sur-norte, de 1101,6 m2 (34 m este-oeste x 32,40 m norte-sur). 

La estructura, que no sólo daba utilidad sino dignidad y majestad a la ciudad, fue una verdadera “Curia Castris” o sede de los legisladores tachirenses, del senado tachirense, construida por el General Cipriano Castro como primer presidente tachirense de los Estados Unidos de Venezuela, quien, emulando a los antiguos tribunos romanos republicanos, la ordenó en 1900 -como continuación del proyecto de casa que había iniciado siendo gobernador de la sección del Táchira, del Estado de Los Andes en 1888- como una construcción para reunir en un sólo lugar las diferentes oficinas de la administración pública estadal, en San Cristóbal capital del estado, la Roma de su tierra natal, de nuestra tierra natal.


Como antededente republicano más remoto de esta edificación oficial se tiene, hasta la fecha, un decreto presidencial del General Guzmán Blanco, fechado en Caracas el 19 de julio de 1876 (véase Recopilación de Leyes y Decretos de Venezuela, tomo VII, Caracas, 1884, p. 468) donde ordenaba comprar, a nombre de la Nación, un edificio en San Cristóbal con las condiciones necesarias para servicio de Casa de Gobierno. 

La compra se efectuó, según lo disponía el mismo decreto, con los remanentes del dinero que quedó en el erario público luego de cumplir con la satisfacción de las necesidades originadas con el terremoto del 18 de mayo de 1875 que afectó drásticamente al Táchira. 

La casa comprada, que formaba una parte más pequeña de la que ocuparía el palacio de 1907, perteneció al General Hermenegildo Zavarce quien la dio por documento de compra-venta fechado en Coro el 5 de mayo y en Caracas el 16 de junio de 1876. 

Por igual, según los documentos de la época, se conoce que esta casa estaba en ruinas o con muchos daños para 1888 por lo que el General Cipriano Castro, en su condición de Gobernador constitucional de la Sección Táchira del Estado de Los Andes, por falta de fondos, cede a la Municipalidad de San Cristóbal los derechos que el gobierno seccional tiene sobre la casa para que la Municipalidad, con sus propios recursos, la reedifique y puedan funcionar allí las dependencias seccionales y municipales de gobierno. 

Asimismo, por el plano de la ciudad levantado en 1883 por Diego Martínez, marcada con la letra "E" sobre el referido plano, esta Casa de Gobierno, con entrada principal por la carrera 5, ocupaba parte del espacio donde se reedificaría el nuevo Palacio de Gobierno de 1907. 

Según se desprende de las cartas que se enviaron entre 1900 y 1902 el Gobernador del Estado Táchira, General Celestino Castro y su hermano el Presidente Cipriano Castro, en agosto y octubre de 1900, lo ruinoso y reducido del espacio de la Casa de Gobierno de 1876 obligó, en principio, a pensar en un nuevo y monumental edificio frente a la plaza Páez (actual plaza Bolívar) según idea y propuesta del General Celestino Castro, pero dada la falta de fondos para este proyecto se determinó que no era viable. 

Seguidamente, se pensó en la opción de un edificio de dos plantas o pisos en el mismo lugar ocupara el edificio de 1876, pero se obvio dicho proyecto cuando el 19 de octubre de 1900 se compró, por sugerencia del General Celestino Castro y órdenes del Presidente Castro, una casa adyacente a la edificación pública de 1876, casa esta que fue propiedad del Dr. Arístides Garbiras. De esta forma se empezó a construir el nuevo, espacioso y sólido palacio, de una sola planta, finalizado en 1907.   






En lo funcional, la nueva Casa de Gobierno de 1907, que al parecer siguió la antigua planta de tipo conventual de la edificación del s. XVI, fue seccionada en veinte espacios para uso de despachos, archivos, salón de sesiones, almacenes y depósitos. Quince alargados ventanales, con dovela-clave en relieve y cerrados por rejas de finos barrotes sólidos, daban al exterior y los corredores o galerías internas que daban a los patios abiertos -central o de luces y trasero- eran sostenidos por veintiueve columnas.

En lo ornamental, al observarlo desde la historia del arte, nos encontramos con un diseño, construcción y distribución de espacios simétricos a partir de una entrada en esquina o cruce de calles, ochavada. Edificado en un estilo neoclásico sobrio, propio de los gustos historicistas constructivos que venían de fines del siglos XIX,  tenía un predominio de la línea recta horizontal, marcada por el alargado y monumental cornisamento, sobre la vertical.






Se caracterizaba por una rigurosa simetría de los elementos arquitectónicos externos y constructivos como las crujías con techos o cubiertas a dos aguas con arranque oculto por la cornisa exterior e interior, e interno como galerías, patio central y lateral abierto con columnata, muros y paredes de ladrillo, mampostería ordinaria en opus incertum y opus listatum, tapia pisada, y enfoscado liso con marcos y pilastras exteriores adosadas en almohadillado toscano. Una limitada ornamentación y una cubierta de techos corridos con entejado criollo cerraban la obra. Un todo que le daban una visual de austera majestad, cónsona o propia con el carácter e idiosincrasia del pueblo tachirense.

La visual estética de la estructura provenía de la combinación de las formas arquitectónicas de sus columnas, pilastras, frontones y ventanas con marcos y pilastras adosadas en falsa sillería o almohadilladas, y de su pórtico de entrada, verdadero eje simétrico de la obra.





En estilo dórico-toscano, era un pórtico tetrástilo, esto es, sostenido por cuatro columnas exentas, con éntasis, en la primera línea de la fachada y cuatro detrás, adosadas al muro principal. En años posteriores el pórtico, que estaba rematado por un frontón triangular, se le agregó un remate pinacular o pináculo para soportar asta y bandera, la cual, en el proyecto original del palacio, se ubicaba en todo el frente de la entrada principal de la edificación, en un asta de más de 4 metros.

Conservaba en su tímpano el escudo nacional en altorrelieve y vigente para 1907 y en su entablamento las inscripciones, en letra capital latina, que identificaba su función y quien ordenó su construcción: "CASA DE GOBIERNO/CONSTRUIDA POR DISPOSICIÓN DEL GENERAL CIPRIANO CASTRO PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA".

Al traspasar la monumental puerta protegida por el pórtico tetrástilo, la cual sólo se abría en ocasiones solemnes por cuanto el acceso ordinario se daba por las puertas laterales, se entraba al Salón Legislativo, lugar de sesiones de la Asamblea Legislativa del Estado Táchira el cual -tanto en sus techos como paredes- había sido ornamentado con plafones y molduras en forma de atauriques, arabescos y coloridas figuras geométricas por el emigrante y destacado pintor italiano Ángel Nóferi Lupi (Marciana, Isla de Elba, Italia, c. 1880 - San Cristóbal, 2 de agosto de 1910).






¿Qué permanece?

Por la acertada iniciativa de la Profesora Belkis Gisela Candiales Caballero, Directora del Museo de Artes Visuales y del Espacio del Estado Táchira (MAVET), institución museística que ella ideó, gestionó y logró su creación, en 1993, los actuales espacios que ocupara el otrora Palacio de Gobierno fueron incorporados como espacios del MAVET el cual ya ocupaba el edificio inmediato que fue, desde 1929 en adelante, y bajo la presidencia del General Pedro María Cárdenas, Residencia Oficial de los Presidentes de Estado.

No obstante, la actual crisis económica, social, cultural y política que afecta a la nación venezolana y al Estado Táchira con más fuerza, no ha permitido la adecuada, científica y metódica conservación de dichas ruinas y de todos los espacios y colecciones del museo, motivo por el cual, el MAVET puede cerrar sus puertas si no son atendidos los requerimientos, por parte de las autoridades competentes en la materia, que le son propios para permanecer y desarrollarse como una de las más importantes instituciones museísticas tachirenses, de los tiempos presentes. 
  
Así, a la fecha, de este primer Capitolio y Casa de Gobierno, con la ayuda en equipo de la Profesora Candiales Caballero y del Profesor Jack de la Parra, se ha podido identificar que sólo permanecen ocultas e imperceptibles, de la estructura original de 1907, las siguientes ruinas:

(1) Parte del muro de cierre externo lateral, con su vano (ciego o cerrado parcialmente) de acceso, con su cornisamento y con cuatro ventanales enrejados, que dan a la calle 4.

(2) La mitad del espacio abierto del rectángulo que conformaba el patio trasero de la edificación.

(3) Una sección de tapias pisadas, sin enfoscado o al descubierto de paredes internas o muros portantes y el muro de cierre oriental de la estructura.


Relación fotográfica del estado actual 




Panorámica de la única sección del muro de cierre sur con ventanales, puerta de acceso lateral y cornisamento, que aún permenece íntegro, del antiguo Palacio de Gobierno del Estado Táchira, de 1907. Vista en dirección oeste-este, desde la calle 4. La edificación contigua se corresponde con la antigua Residencia de los Presidentes de Estado. Un todo que en la actualidad es sede del Museo de Artes Visuales y del Espacio del Estado Táchira (MAVET). El techo en materiales modernos que se levanta sobre el viejo muro se hizo como medida de protección para evitar el desplome del mismo por exceso de húmedad. Iniciativa que se debe únicamente al interés conservacionista de la Prof. Belkis Gisela Candiales Caballero, Directora del MAVET. Foto: Prof. Jack de la Parra (2024).




Panorámica de la única sección del muro de cierre sur con ventanales, puerta de acceso lateral y cornisamento, que aún permenece íntegro, del antiguo Palacio de Gobierno del Estado Táchira, de 1907. Vista en dirección este-oeste, desde la calle 4. Foto: Prof. Jack de la Parra (2024).




La puerta de los Presidentes... Restos del vano de la puerta (cerrada parcialmente) de acceso lateral por la calle 4 y cornisamento, que aún permenece íntegro, del antiguo Palacio de Gobierno del Estado Táchira, de 1907. Está puerta la atravesaron diferentes presidentes de Estado, desde Celestino Castro, hermano del General Cipriano Castro, pasando por el General Régulo Olivares, el General Pedro Murillo hasta el General Juan Alberto Ramírez para entrar y salir de las oficinas de gobierno, siendo el más recordado por la historiografía el General Eustoquio Gómez. A partir de 1930, se abrió una puerta y pasillo de acceso interno desde la nueva residencia de Presidentes de Estado, por orden del General Pedro María Cárdenas. Foto: Prof. Jack de la Parra (2024).




Ventanal en el muro estructural de cierre sur, en su junta o unión, de tipo moldura en junquillo, con el muro o pared diferente perteneciente a la antigua Residencia de los Presidentes de Estado, actual sede del Museo de Artes Visuales y del Espacio del Estado Táchira (MAVET). Foto: Prof. Jack de la Parra (2024).




Fragmento-ruinas de una pared interna o muro portante del antiguo Palacio de Gobierno del Estado Táchira, de 1907, con visual de individualización de unidades constructivas en el tiempo. La pared, colapsada en parte, fue construida por un buen maestro tapiador con módulos de tapia pisada (mezcla de tierra cernida, fique, cal y agua, apisonada y compactada con tapiales de madera). En sus faltantes o pérdidas posteriores así como en sus refuerzos se utilizaron materiales modernos como el enfoscado en cemento de protección, desde el arranque hasta el nivel medio. Tiene una altura de más de 4 m y un grosor promedio de 1 m. Foto y medidas: Prof. Jack de la Parra (2024).



Por igual, parte de estos restos se pueden identificar sobre el “Plano de techos y plano parcial de planta del antiguo Palacio de Gobierno del Estado Táchira”, resaltado en rayado rojo ocre. Composición en dibujo e imagen elaborada y facilitada por acucioso Arquitecto Jonny Rojas, investigador-conservador del patrimonio cultural tachirense para su proyecto de declaratoria patrimonial de los vestigios del palacio.

Créditos de fotos: 

- Visual de la esquina de la Casa de Gobierno. DÍAZ BRANTES, Humberto, El Estado Táchira, Álbum gráfico 1930, Impresión en tipografía Americana, Caracas, 1930, s/p. Edición facsimilar de la Lotería del Táchira, San Cristóbal, 1997. Fotos originales de Rafael Vicente Dulcey (reproducción con fines educativos).

- Imágenes y plano de planta de 1907, Ministerio de Obras Públicas de los Estados Unidos de Venezuela, publicadas en su Memoria y Cuenta del año 1907. Escala del plano 1:200. Ubicadas en investigación sobre las obras públicas del gobierno del General Cipriano Castro en el Táchira, y digitalizadas, por el historiador y académico Dr. Bernardo Zinguer (2020).

- Fachada de la Casa de Gobierno para 1950. Dr. Luis Hernández, Cronista oficial de la ciudad de San Cristóbal (2020). Reproducción con fines didácticos.

- Plano con identificación de muros originales que permanecen de la Casa de Gobierno. 
“Plano de techos y plano parcial de planta del antiguo Palacio de Gobierno del Estado Táchira”. Composición en dibujo e imagen elaborada y facilitada por acucioso Arquitecto Jonny Rojas, investigador-conservador del patrimonio cultural tachirense para su proyecto de declaratoria patrimonial de los vestigios del palacio (Foto: 2013). 

- Imágenes del estado actual de las ruinas del Palacio de Gobierno del Estado Táchira. Profesor Jack de la Parra (2024).

- Foto-portada con silueteado y efecto de ilustración de la fachada del Palacio de Gobierno, con base en la foto original de 1950. Samir A. Sánchez (2024).








General Cipriano Castro (1858-1924), primer tachirense Presidente de los Estados Unidos de Venezuela (entre 1899 y 1908). Ordenó la construcción de la primera Casa de Gobierno del Estado Táchira para sede conjunta de los poderes públicos del Estado y de su administración (Foto: Wikipedia, 2024. Reproducción con fines didácticos).



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miércoles, 17 de abril de 2024

Ciudad de San Cristóbal: Urbanismo en tres tiempos, Carta magna fundacional y Legislación de Indias | San Cristóbal City (Táchira State - Venezuela): A Theoretical and Documentary Work about its Urban History

 






«Provisión rreal para que sse poblase la dicha villeta señalando para ello al Capitán Juan Maldonado […]». Transcripción de una Carta ejecutoria de 1565 presentada en auto de admisión de pruebas ante la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá  de Bogotá, por parte de la Justicia, Regimento y Cabildo de la Villa de San Cristóbal en un juicio entre este cabildo y el de la ciudad de Pamplona por el solapamiento de las jurisdicciones de las juticias de ambas urbes en un caso penal de 1621. En dicha carta ejecutoria se encontraban insertos la relación de hechos fundacuinales y dos autos (de fijación de límites y de jurisdicción penal) dados el 31 de marzo de 1561 por el capitán fundador Juan Maldonado. Fotostato: Academia Nacional de la Historia (Caracas, 1958). Proceso de digitalización y adaptación Sigrid Márquez Poleo, reproducción con fines didácticos, 2014.




Un aporte a la historia del Derecho urbanístico tachirense

Las normas que regulan el hecho urbano, desde el diseño de la ciudad o suplanificación, su ejecución y la legalidad en lo edificado, es lo que conocemos como derecho urbanístico. Pero, ese derecho ha pasado por un proceso evolutivo de desplazamientos conceptuales que, en el caso de las ciudades iberoamericanas, parte del siglo XVI. 

En el presente trabajo se analizará un caso específico urbano de esa evolución y desplazamiento de dichos conceptos a partir de una panorámica del primum movens aristotélico, fundacional, de hecho y de derecho, de la ciudad de San Cristóbal, Estado Táchira, Venezuela, en 1561, y su evolución hasta el presente. 

Un todo teórico y documental que nos llevará a dejar formulada una pregunta que nos cuestionarásiempre: ¿puede haber una nueva perspectiva para su futuro urbano?

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The rules that regulate the urban fact from the design of the city (planning), its execution and legality in the built (building ordinances and codes), is what we call urban law. However, this law has undergone an evolutionary process of conceptual displacements that in Latin American cities began in the 16th century. This paper will analyze a specific urban case of this evolution and displacement of these concepts from an overview of the Aristotelian Primum movens foundational, ‘de facto’ and ‘de jure’, of San Cristobal City, Táchira State, Venezuela, since 1561. A theoretical and documentary work that will lead us to formulate a question that could questionourselves: Can there be a new perspective for its urban future?


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viernes, 12 de abril de 2024

Valentina Quintero “descubre” el ambir o chimú (o chimó) tachirense | 'Ambir', 'Chimú' or 'Chimó': An unusual old form of tobacco in Táchira State (Venezuela) from pre-Columbian Indian times




"El trisquel de Lobatera", sección superior del petroglifo de la época aborigen tachirense denominado "La Piedra del Indio" (en Lobatera - Estado Táchira). Foto: Darío Hurtado, 2015.


Texto de Samir A. Sánchez (2020)

Antes de ceder la descripción a la reconocida especialista en eculturismo Valentina Quintero, quien publicó en el diario El Nacional (Caracas), en su edición del domingo 24 de septiembre de 2006, su experiencia sobre la fabricación del tradicional chimú o chimó tachirense, durante su estancia en el Estado Táchira, es necesario conocer los orígenes del mismo para entender su uso.

El origen del “ambir” tachirense, nombre con el cual se conocía desde Pamplona hasta La Grita al chimú o chimó, por cuanto pareciera que esta última palabra aborigen, ya de uso en todos los estados andinos, surgió en la población de Lagunillas (Estado Mérida) donde este producto era aliñado con sal de urao, resulta inmemorial. 

La Real Academia Española (RAE) define al “chimó” como:

“Pasta de extracto de tabaco cocido y sal de urao, que saborean los habitantes de la cordillera occidental de Venezuela llevándola en la boca”.

Lo anterior tiene un fundamento histórico y concuerda con la relación que hiciera un viajero del siglo XVIII quien recorrió, a lomo de mula, el camino real entre la capital del Virreinato del Perú, Lima y la capital de la provincia de Venezuela, Caracas, en 1741, el Corregidor Don Miguel de Santiestevan, por cuanto la navegación estaba cerrada dada la guerra que mantenían España y Gran Bretaña. 

A su paso por el sitio de Lagunillas (cerca de Ejido, Estado Mérida) escribió:

“De la laguna extraen los indios del pueblo una especie de salitre que en este Reino llaman jurado o urao, de que venden a real la libra, y conducido a otras partes a 3 y a 4 reales, para sacarlo tienen en medio de la laguna que es casi circular clavados una palancas y por ellas descienden al fondo de donde toman el cieno, que cabe en una bota de cuero, que llevan que puesto al sol y seco se reduce a terrones en gran parte cristalizados de que se separa la tierra queda lo que llaman jurado [urao]; esta sal tiene grande uso en estas partes porque sirve para cuajar o mantener el vigor de una sustancia que por conocimiento, extraen de las hojas del tabaco de que resulta una masa que desde Pamplona a La Grita llaman ambir; vi hacer esta operación y por ella me dijeron que era preferible el tabaco silvestre de este ambir o ámbar del Infierno, porque tiene aquel vigoroso fetor [hedor] que deja el sarro de una pipa en que se ha fumado mucho tiempo. Lo usan los naturales de estos países sin que se reserve la más noble y melindrosa doncella, pues la traen en sus cajetillas, y con los limpia dientes, que cuelgan del cuello en cadenillas de oro sacan de esta quinta esencia lo que han de menester para refregar con tan hedionda pez [un olor fuerte como el de la trementina] los pequeños marfiles de su dentadura. Los hombres y las viejas que son lo mismo, la toman con el dedo meñique y escupen mucho, y lo recomiendan como reforzador y como preservativo de los corrimientos [esto es, fluxión de humores que carga a alguna parte del cuerpo o llagas que supuran].

 

Es tan general en chicos y grandes de uno y otro sexo el uso de esta quinta esencia del tabaco, que casi no se encuentra quien lo fume, sino lo mastica y escupe. Sirve también este ambir o chimó, desleído en agua, para rosear las hojas del tabaco al tiempo de envolverlas y reducirla a las figuras de sogas que le dan” (Santiestevan, Miguel de. Viaje de Lima a Caracas (1740- 1741), Fundación de Promoción Cultural de Venezuela, Caracas, 1997, pp. 137-138.

De esta forma, y retornando a los tiempos presentes, el 24 de septiembre de 2006, la reconocida especialista en ecoturismo venezolano, Valentina Quintero, en su visita a Lobatera, evoca:

“Un paseo en bicicleta/El otro recorrido que hicimos fue en bicicleta saliendo desde Lobatera por unos caminos de tierra entre siembras preciosas de pinos, con el cerro Cabeza de Vaca a un lado. Vimos las minas de carbón, los alfareros de ladrillos nos explicaron cómo los hacían y al final saliendo ya a la carretera llegamos a una fábrica artesanal de chimó.
Se trata de un galpón abierto a las montañas del Táchira donde hay como seis palanganas rectangulares de metal muy grandes, de las cuales sale un vaporón porque en todas hierve el tabaco a punta de leña.
En la primera colocan el tabaco picadito y lo ponen a hervir con mucha agua para que suelte el aroma y la esencia. Luego le sacan esa agua, la colocan en otra palangana y la dejan hervir casi 12 horas hasta que se espese y quede a punto de caramelo. Cuando se enfría, está lista la pasta de chimó que será enviada a los fabricantes para que la coloquen en sus laticas con los aliños y secretos de cada marca.

 

Me contaron Gonzalo Medina padre e hijo, dueños y fabricantes artesanales del chimó [Comercializadora Marcel, Municipio Lobatera], que esta pasta la utilizan también algunos artesanos para pintar. Y es verdad. Estuve en una exposición artesanal en Lara y había como cuatro creadores que pintaban unos cuadros hermosísimos utilizando chimó”.



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