miércoles, 13 de marzo de 2013

Un magnífico cuadro de Ánimas en la Iglesia parroquial de Lobatera | Pietro Pezzati, A Nineteenth Italian Master Painter in Lobatera Parish Church








Cuadro de Ánimas de Nuestra Señora del Rosario
 Pietro Pezzati, Florencia, 1890 (Foto: Samir Sánchez, 2010)

-Ante este Cuadro de Ánimas que se conservaba en una de las paredes de la capilla de Nuestra Señora del Carmen en la parroquial de Lobatera (fundada el 1 de junio de 1773), nuestros nonos (abuelos), desde la profunda fe y religiosidad que caracterizó a la época que les tocó vivir, rezaban la siguiente oración con la cual se iniciaba  el rezo devocional de los 100 réquiems: "Almas santas, almas pacientes rogad a Dios por nosotros que nosotros rogaremos por vosotras para que Él os dé su gloria. Padre Eterno os ofrecemos la vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, los méritos de su santísima madre y los del señor San José. Por la remisión de nuestros pecados y la libertad de las benditas ánimas del purgatorio [...]"- 


Una silenciosa y majestuosa pintura vigila la Capilla del Calvario


De pincelada con volumen o transparencia entre colores claros y oscuros, bien trabajada, el cuadro de Ánimas de Nuestra Señora del Rosario, en Lobatera, deviene en un testimonio artístico tangible de un siglo de realizaciones que llegaba a su fin.

Es uno de los últimos exponentes del estilo pictórico europeo conocido como el Romanticismo sustentado en los cánones académicos clásicos greco-romanos de armonía, luminosidad y contraste, y que cedería ante el avance de nuevos estilos como el Impresionismo, prototipo artístico del arte moderno.

Así, este cuadro de Ánimas resulta una pintura devocional mariana del tipo artístico "Virgen en gloria", al óleo, realizada sobre soporte en tela de lienzo (en un solo paño, con probabilidad fabricado en Holanda), tensado y de 2,30 m x 1,40 m en marco ornamental de madera.

Destaca, a pesar de la acción del tiempo y el polvo, las técnicas pictóricas según los cánones académicos de ordenados y jerarquizados planos, acusados contrastes lumínicos y encendidos tonos cromáticos, centrados especialmente en la funcionalidad de los colores rojo y azul celeste, como centro de atracción visual hacia la imagen de la Virgen que, sentada sobre un trono de nubes, sostiene al Niño Jesús.

Estos contrastes lumínicos están reforzados por el efecto del "paisaje espiritual", un amplio halo circular o sol de gloria (exento de rayos) y de los colores pálidos de la sección o esfera inferior del cuadro, donde se representa el Purgatorio, que a su vez se conecta con la esfera superior del cielo o celestial a través las nubes y de las figuras -laterales- de los ángeles intercesores. El de la izquierda sólo con túnica verde, el de la derecha con túnica marrón y sobre esta un tabardo color rosa persa. 

El cuadro es una obra del artista del pincel, restaurador y muralista italiano Pietro Pezzati (Livorno, 1828 - Florencia, 7 de enero de 1893), de tendencia o escuela sacro naturalista decimonónica que, al igual que el pincel y paleta del pintor cristiano Rafael Sanzio, para resaltar la fe opta por el color, la delicadeza, la precisión en la pincelada y el equilibrio académico. Verdadera antítesis de lo asimétrico y deforme que vendría a dominar el arte libre en los años posteriores.

Por la fecha de datación registrada en la pintura -1890-, queda en evidencia la calidad, composición y colorido, quedaba demostrada la maestría alcanzada en su última etapa artística.

De una detenida observación de la sección inferior de la pintura, el año de realización y la fecha del deceso del artista, surge una interrogante artística, clásica: ¿Será uno de los hombres mayores, pintados en la tela como ánima en pena, un autorretrato del autor representándose en sus postrimerías del catecismo tridentino (muerte, juicio, purgatorio, infierno o gloria)?

Resulta difícil dar una respuesta, pero es posible. La profunda religiosidad y espiritualidad que caracterizó su obra, con probabilidad lo llevó a realizar un autorretrato como símbolo de preparación y expiación, al igual que lo hicieron sus maestros, los grandes pintores del Renacimiento y el Barroco.

Pezzati se había caracterizado por la realizar una amplia obra artístico-religiosa en varias iglesias de Italia. Es el autor de la famosa pintura "Sacra Famiglia/Sagrada Familia" que se encuentra en la Iglesia de San Agustín en Gimignano, Toscana. El Cuadro de Ánimas de Nuestra Señora del Rosario, lo identificó estampando en el extremo izquierdo (derecho del observador) del cuadro, lo siguiente: "Pietro Pezzati/Firenze, 1890".

Se desconoce el proceso para la adquisición y fecha de llegada e instalación en la Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá de Lobatera (Estado Táchira - Venezuela). Si bien la devoción a las ánimas o almas del Purgatorio es de antigua data en la población, de la época colonial española.

Para el siglo XIX, en un informe que enviara el Vicario Capitular de la Villa de San Cristóbal, a la Secretaría de la Diócesis de Mérida de Maracaibo en 1833, se especificaba que en la parroquia eclesiástica de Lobatera existían, activas, tres cofradías o hermandades: de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, del Santísimo Sacramento y la de Ánimas.

Por ello, la devoción a las ánimas en Lobatera debió contar con un fuerte arraigo por cuanto, en el informe que enviara el 18 de agosto de 1856, el Presidente del Concejo Municipal del Cantón (actual Municipìo) al primer Gobernador de la Provincia del Táchira, al describirle la traza urbana de la Villa de Lobatera, señala que la actual carrera 2 o Arismendi, se denominaba para la época "Calle de Ánimas" e iba desde la plaza mayor hasta el viejo cementerio del Humilladero.

Así, es probable que el cuadro haya sido el centro de devoción de los hermanos de esta Cofradía y hubiese sido encargado por los mismos para presidir el altar de Ánimas de la Parroquial, a fines del siglo XIX.

Documentalmente, sólo se tiene la descripción que del cuadro se realizara en el Inventario General Eclesiástico efectuado posteriormente al fallecimiento del Padre Pedro María Morales (1875-1925), párroco de 1904 a 1925 y quien adquirió varias imágenes (verdaderas obras del arte sacro escultórico español de inicios del siglo XX) para la Iglesia de Lobatera.




Ubicación del lienzo del Cuadro de Ánimas de Nuestra Señora del Rosario, en la pared este de la Capilla del Calvario de la Iglesia parroquial de Lobatera, para 2012. Destaca en un perfil de medio relieve, la imagen colonial, de farol o de vestir, de la Dolorosa  (Foto: Darío Hurtado, 2012) 


En el inventario, finalizado en enero de 1927, se ubicaba la obra en un altar neobarroco de madera, adosado a la pared sur de la capilla de San José (actual capilla del Santísimo Sacramento) junto al Presbiterio. Asimismo, especificaba la obra estudiada como: "Altar de Ánimas/Este es de madera en forma de ni/cho. Al centro un cuadro grande/ representando a la Virgen del Carmen (sic)/ sobre el Purgatorio, con mesa para celebrar y piedra de ara movible".

El lienzo -que no ha sido restaurado ni retocado, conservándose en su estado original- presenta un estado superficial de deterioro mínimo, se ubica a la fecha en el muro lateral este de la Capilla del Calvario de la Iglesia parroquial de Lobatera.

Por ser una pieza de gran tamaño y haber perdido su lugar original en el altar neobarroco, resultaba riesgoso estar moviéndola, siendo ubicada en la capilla del Calvario desde 1967, con un  interim entre 1993 y 1994 cuando fue ubicada, junto a la puerta lateral sur de entrada al templo.

Fue  necesario restituirla a su antiguo lugar -en parte por aceptación de indicaciones de quien esto escribe- al observarse daños en la pintura producto de esa nueva ubicación, especialmente en la degradación cromática de la capa pictórica y en la presencia de pequeñas craqueladuras distribuidas homogéneamente debido a movimientos de dilatación y contracción de las fibras textiles por los cambios bruscos de temperatura y corrientes de aire, al encontrarse junto a una de las puertas principales de acceso a la Iglesia.




Cuadro de Ánimas que se encuentra en la capilla de Santiago apóstol, en la Catedral Metropolitana de Caracas. Es obra del artista colonial caraqueño Juan Pedro López quien la pintó en 1777. Juan Pedro López fue el abuelo materno del insigne hombre de las letras americanas Don Andrés Bello. La similitud compositiva o iconográfica de este cuadro, con el de Pezzati en Lobatera (Estado Táchira), nos hace pensar en una obra primigenia a ambas, desconocida hasta la fecha, probablemente un grabado del siglo XVI o XVII (Foto: IAM, Venezuela, 2018).  


Resulta interesante acortar que, con probabilidad, la obra de Pezzati esta inspirada en los modelos de Madonas en Gloria del artista renacentista Tiziano. Por igual, una pintura al óleo, con características y cromática muy semejantes al cuadro de Lobatera, e identificada como Cuadro de Ánimas, se encuentra en la pared sur de la capilla de Santiago, en la Catedral Metropolitana de la ciudad de Caracas (Venezuela). La misma, probablemente, fue elaborada en el período colonial, a fines del siglo XVIII.  




Interior de la Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá de Lobatera, para 1920. A la izquierda, en lo que era la capilla del Carmen, se puede apreciar parte del Cuadro de Ánimas de Pezzati (Foto: Doña María Lozada de Mora, 1892-1993/Wilmer Antonio Rey Lozada, 2020).



Como obra de arte, el Cuadro de Ánimas de la Parroquial de Lobatera es Bien de Interés Cultural de la Nación incorporado al Catálogo del Patrimonio Cultural de Venezuela 2004-2010/TA 17-18/p. 49, según Resolución N° 003-2005, del Instituto del Patrimonio Cultural, publicado en la Gaceta Oficial N° 38.234 de fecha 20 de febrero de 2005. Masterpiece, Venezuela Heritage of Cultural Interes, National Heritage Catalog 2004-2010/TA 17-18/p. 49. Official Gazette 38,234. Caracas, February 20, 2005.





"Pietro Pezzati: el artista / Fue pintor y restaurador y de joven se hizo un nombre junto a Antonio Marini, quien lo guió hacia una carrera artística. A la muerte del maestro, Pezzati retomó su herencia y comenzó a recibir encargos de restauración y obras, incluidos los del Capítulo de la Catedral de Prato: fue Pezzati quien lo redescubrió [Madonna con Bambino in trono] en 1871, durante la demolición del altar de Vasari en el capilla dedicada al Ángel de la Guarda, el fresco que representa a Iacopone da Todi, atribuido a Paolo Uccello, que éste desprendió de la pared y lo volvió a montar en el lienzo.

En los mismos años, el Ayuntamiento de Prato amplió la Galería Municipal, creada en 1858 gracias al compromiso de Gaetano Guasti, y encargó a Pezzati con Eustachio Turchini la decoración de la bóveda (1869-1870). De 1870 a 1872, a Pezzati se le encomendó la restauración y reconstrucción del friso de la sala del consejo y en la misma sala pintó una luneta de mosaico falsa con San Esteban protomártir.

Particularmente activo en Prato, así como en Florencia, Livorno y Siena, no asistió a la Academia de Florencia, pero expuso allí y participó en numerosas exposiciones organizadas en la capital toscana, demostrando su talento, hasta el punto de que Cesare Guasti eligió Para que le enseñara dibujo a su hija Angiolina. Al recordar al pintor poco después de su muerte, el 7 de enero de 1893, Guido Carocci destacó sus cualidades de 'laboriosidad', 'asiduidad' y 'amor al trabajo', combinadas con 'mansedumbre de carácter y sencillez de modales'".

Otros Cuadros de Ánimas de la geografía del arte religioso tachirense





Cuadro de Ánimas de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles (fundada en 1852), en la ciudad de La Grita. Óleo sobre lienzo del pintor academicista Marco León Mariño (colombiano, 1881-1965), realizado en 1916 y quien logró una armoniosa combinación pictórica de vívidos juegos cromáticos, formas y significados. 

Entender la composición de esta pintura, por parte  del tachirense del siglo XXI, sólo se puede lograr a partir del conocimiento de la piedad religiosa popular de los tachirenses de los siglos XVIII, XIX e inicios del XX, ya desaparecida. Las generaciones de tachirenses que nos antecedieron, nonos, abuelos y bisabuelos, habían sido rígidamente instruidos en la catequésis de los Novísmos, entendidos estos como las cosas que le sucedían a las personas al final de su existencia terrenal. Para ellos, los novísimos eran muerte, juicio, infierno o gloria. No obstante aquellos que morían en la gracia de Dios pero imperfectamente purificados para verle, antes de entrar en la gloria debían pasar por un estado de purificación en un lugar llamado el purgatorio. Por ello Mariño, un pintor profundamente religioso, trabajó el lienzo de forma vertical con una división del espacio pictórico y un programa iconográfico de tres planos superpuestos, desde el mas inmediato o inferior hasta el más alejado o superior.

En el primero, el inferior, el artista representó el leitmotiv de la obra, el purgatorio, el lugar donde están las almas o ánimas en pena, purgando sus culpas o pecados hechos en vida y en atemporal espera de ser redimidas. En el plano secundario representó las obras de misericordia de quienes viven en el mundo, a través de la antigua piedad popular de ofrecer el santo sacrificio, eucaristíamisas de sufragios [misas cantadas o rezadas, misas tolentinas y/o misas gregorianas según el antiguo rito tridentino, vigente hasta 1963]. Misas que se realizaban por la benditas almas de purgatorio y en las cuales los fieles cristianos imploraban  en oración comunitaria por que los fieles difuntos alcanzaran la gracia y el goce de la vida eterna, y se puedieran encontrar con Dios.

En el último plano y superior, el más alejado del observador, representó la Puerta del cielo, Portaceli o Porta Coeli donde destaca la figura de Jesús Divino Redentor teniendo a sus lados a la Santísima Virgen María y el Patriarca San José, ambos en actitud de interseción. Este plano se considera el culmen del simbolismo catequético de la pintura al representar la entrada a la gloria, lugar que les espera a las almas cuando salen del purgatorio por la oración de los vivos y la piadosa interseción de la sagrada familia de Nazaret. (Foto: Maestro restaurador y conservador de arte tachirense, Homero Parra, quien realizó el proceso de limpieza y restauración del lienzo en junio de 2022).





Cuadro de Ánimas de la Iglesia Parroquial de Santa Rosalía de Palermo de Borotá (Parroquia Constitución, Municipio Lobatera, Estado Táchira, Venezuela).  Es una pintura academicista al óleo sobre lienzo, de medianas proporciones y de la cual se desconoce su antigüedad exacta y el nombre de su autor. No obstante ya se menciona en un inventario de la parroquia eclesiástica de Borotá, para 1912 evaluado en 120 pesos venezolanos o 600 bolívares de la época. Su estado de conservación es regular y amerita un proceso de restauración. El cuadro representa a la Virgen del Carmen, en un halo de gloria, con una singular vestimenta de azul y rojo diferente al color marrón tradicional en las imágenes del Carmen, y al Niño Jesús sacando a las ánimal o almas del purgatorio (Foto: Cronista de Borotá Antonio Guerrero, 2023).



Bibliografía

SÁNCHEZ E. Samir, Mors Memoriae o la Extinción de la memoria, el espíritu de una época, Fundación Fondo Editorial Simón Rodríguez, San Cristóbal, 2011, p. 232.  

SÁNCHEZ E. Samir, Catálogo artístico de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá de Lobatera, 2004-2008 (sin publicar).  


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