Para descargar el libro: Tesoros de la cocina tradicional tachirense, las recetas de la nona junto al fogón [Traditional Tachiran Cuisine: A Cookbook with Older Styles for Modern Cooks] accione, en la siguiente pantalla, el pequeño recuadro con flecha de salida que se encuentra en el extremo superior derecho:
Abrebocas... La cocina tradicional, aquella donde nuestras abuelas conjuraban los más deliciosos manjares; la de fogones de leña y de paredes ahumadas; de fragantes despensas y desordenadas alacenas, donde la abuela era regente y general de cinco estrellas, pues ordenaba y se hacía lo que ella decía, además de conocer al dedillo todo lo que allí se guardaba. Esa vieja cocina, que fue parte fundamental en nuestra crianza, otorgándonos la saludable gordura, en aquella época, para crecer sanos, fuertes e inteligentes, como era tradición, retorna del pasado al presente con esta obra.En estos tiempos de globalización, de imitación, con la saturación mediática y de la moda de gourmet, la sociedad ya no recuerda la cocina tradicional de cada lugar. Cocina que está muy alejada de ser un apoyo y fomento para la moderna tendencia estética del palillo femenino y del súper fibroso masculino, donde sus protagonistas son, sólo, vegetales y proteínas. La cocina de la abuela, aquella que se transmitió de generación en generación, por aprendizaje directo o por tradición oral, hoy en día está relegada a eventos familiares muy puntuales, bien porque sus recetas requieren de dos elementos, por igual desaparecidos: tiempo y paciencia o porque son de alto contenido calórico o de grasas, haciendo que sean evitadas o consumidas con moderación.Estas prácticas han permitido que el paso del tiempo haga de las suyas, y gran parte de esa tradición culinaria esté pasando al olvido. No obstante, siempre hay, en cada familia, alguien que acostumbra a escribirlo todo, a guardar fotos, enseñanzas, recuerdos, reseñas, obituarios y objetos simples pero rodeados de un valor íntimo. Y es una gran fortuna, pues es una manera de preservar la historia familiar y la misma historia de nuestras sociedades. Esa es una memoria a la cual los investigadores, muchas veces, no tienen acceso, por tratarse de historias particulares. En los Sánchez Sandoval, nos hemos encontrado con la imagen de una persona quien tomó ese rol en el tema culinario. La nona, la abuela, regente del fogón y la despensa, también se ocupó en preservar para las futuras generaciones las exquisitas recetas de la más rica y tradicional cocina tachirense.Hoy podemos disfrutar y recrear cada una de las recetas que este libro comenta y a su vez convertirnos en testigos de la historia que envuelve cada plato. Con sus lecturas, podemos pasar, por un instante, de ser seres globales y tecnológicos para volver a ser los venezolanos que solíamos ser. Aquellos andinos aguerridos, respetuosos y trabajadores que paladeaban un cuarto de arepa, un trozo de cuajada envuelta en hojas de biao, y una sabrosa y caliente aguamiel. En lugar de comernos un rollo de sushi, degustemos por un momento, con todo el orgullo, un par de Indios. Si no tienen idea de lo que aquí converso, los invito a leer y releer esta obra. Que está de más decir, es producto del rescate y recopilación por parte de un excelente y meticuloso historiador, de esos buenos que le gusta divulgar la Historia, pues para eso suceden los hechos, para darlos a conocer y que no mueran en el olvido.… Si se adentran en esta aventura gastronómica y recrean estás delicias, yo me ofrezco como sacrificada catadora. No se diga más, ¡A encender el fogón!Gerente - Estudios de Diseño Gráfico "El Lar del Cuervo" (San Cristóbal) - ellardelcuervo@gmail.com
02.-01.-2.020Este conterráneo no pierde la oportunidad de demostrar su genuino amor costumbrista, propio de quienes amamos nuestro solar nativo por encima de todas la cosas en la tierra que nos vio nacer. Todo lo que sea enaltecimiento de su Táchira y su querida Lobatera ocupa lugar de primacía en sus actividades y tendencias intelectuales. En este caso se ha dejado seducir por la cocina tachirense, y de modo especial por la cocina lobaterense, pero manteniendo en ese caso las tertulias culinarias junto al fogón y horno de la abuela Doña Maximiana Sandoval de Sánchez, quien con sus noventa y seis años se nos presenta como dice el poeta Rubén Darío: 'Novia blanca, más blanca que el lirio, frente pura, más pura que el cirio que ilumina el altar del Señor', en toda la pujanza d su juventud y de su soberbio atavío nupcial de los años 30. Parece que tanto Samir como su abuela no le hacen caso al poeta cuando dice: 'Juventud, divino tesoro—ya te vas para no volver;-cuando quiero llorar no lloro, y a veces lloro sin querer'. Los sentimientos especialmente emotivos los manifiesta el autor a quienes abren las primeras páginas del libro con una estupenda postal de la Plaza Bolívar de Lobatera presidida por la monumental iglesia de Nuestra señora de Chiquinquirá de Lobatera y la majestuosa Casa Parroquial. . El libro es una verdadera obra de arte, límpida y bellamente diagramado por Sigrid Márquez Poleo y embellecido por unas atrayentes fotografías del archivo particular del autor a todo color. Exalta en primer lugar la cocina tachirense, con sus hallacas, sus chicharrones, sus morcillas su turmada griteña, albóndigas a lo lobaterense, indios, Suspiros a las Mercedes, Mistelita o Champurria, Lonjetas o Lonjas Morunas, Pichón de Sangre de res, Quesillo Gacho o Gocho, Mantecada a la Lobaterense, Huevos Abotonados, , Pollo Empanado, Lonjetas o Lonjas Morunas, Perico de Sesos Molineros, Mantecadas a la Lobaterense, sus Casipiroletas, Pichones Molineros, su Pizca Negra sus Hojaldras, su Mistelita o Champurria, su Ponche de Plenilunio, sus Bledos en Perico, sus Morcillas, sus chicharrones. Pero como la tertulia culinaria transcurre junto al fogón y horno de la abuela, se hace hincapié específico en las especialidades auténticamente lobaterenses , como la Sopa de Galletas, los Envueltos, las Caspiroletas, el Bienmesabe, la Ensalada de Gallina, y otros principios. No contentos con este menú local, los artífices de los preparados remontan la cocina a otras latitudes apartadas más allá e las fronteras del Táchira, con la Polenta, las Tortillas de Papa, el Pollo empanado, pero tendiendo siempre a deleitar el paladar. Al pasar mis ojos por este libro debo recordar que en muchas oportunidades tuve el placer de deleitarme con estos platos. Efectivamente muchos sábados era invitado con mi mujer e hijos a la bella y tradicional casa del Dr. Luis Morales García, y su esposa doña Cristinita Velasco de Morales García. Mi Colega amaba tanto a Lobatera como yo amo a Santa Ana. Eran sábados magníficos cuando nos sentíamos más tachirenses así como más tachirense se siente el Doctor Samir A. Sánchez Sandoval al publicar este libro".
El Dr. José Joaquín Villamizar Molina, Cronista emérito de la ciudad de San Cristóbal, publicó esta reseña en su muro personal de la red social Facebbok en fecha 3 de enero de 2020.
"Para una sopa de arroz bien sustanciosa, el toque exacto está en cocinar la carne el tiempo suficiente para que quede muy tierna y suelte todo el sabor que necesita ese caldo. Por eso, la misma es una sopa muy recomendada para los días fríos, lluviosos o de borrasca.
Ingredientes:
Carne y el caldo de esa carne:
200 gramos de lagarto de res, cortado en trozos pequeños.
4-5 posillos de agua.
1/2 cebolla (en trozo grande), pimienta negra en grano y 1 rama de cilantro (entera), para cocer la carne (luego se retiran).
Para el sofrito:
2 cucharadas de aceite (de oliva o vegetal).
1/4 de cebolla de cabeza blanca (o junca), picada finamente.
1 o 2 dientes de ajo, machacados o picados finamente.
1 tomate mediano, pelado y picado (o 1/4 taza de salsa de tomate).
1/2 cucharadita de comino (opcional).
Para la sopa:
1/2 taza de arroz.
2 a 3 papas medianas, peladas y picadas en cuadritos muy finos (son la base para espesar).
Sal y pimienta negra en grano, al gusto.
Cilantro o perejil fresco picado, para servir.
Su preparación
En una olla, colocar los trozos de lagarto de res, las 5 tazas de agua, el trozo de cebolla grande, los granos de pimienta negra y la ramita de cilantro.
Llevar a ebullición y luego bajar el fuego. Cocinar a fuego lento durante 30 a 45 minutos, o hasta que la carne esté a punto de ablandarse.
Quitar o retirar los granos de pimienta negra, el trozo de cebolla y la rama de cilantro. Sacar aparte la carne y el caldo.
Hacer el sofrito:
En la misma olla (o en otra), se calienta el aceite.
Sofreir la cebolla picada y el ajo por 3 minutos.
Añadir el tomate picado y el comino. Dejar cocinar por 5 minutos hasta que el tomate se haya deshecho.
Mezclar y cocer:
Verter el caldo de res que se apartó y los trozos de lagarto de res a la olla con el sofrito.
Agregar el arroz y la papa picada fina.
Sazonar con sal.
Lleva a punto de ebullición y luego bajar el fuego, a medio-bajo.
Terminar la sopa:
Cocinar a fuego lento durante 15 a 20 minutos, o hasta que el arroz esté tierno y las papas se hayan deshecho parcialmente, espesando el caldo.
Probar si la sal está en su punto. Si el caldo está demasiado espeso, deben añadirle un poco más de agua caliente.
Servir inmediatamente, con una ramita o toque presentable, por arriba, de cilantro fresco".
"Ingredientes: Debe tener a mano los siguientes ingredientes: 2-3 huevos por persona;1 tomate mediano, bien picadito (sin semillas puede ser, pero estas ayudan a que no quede tan líquido); 1/2 tallo de cebolla junca (o cebolleta/cebollín) o media cebolla de cabeza, blanca, picada finamente; 1 cucharada de aceite o de mantequilla para más sabor; Sal y una pizca de pimienta blanca (mas suave, menos picante); Un poco de cilantro fresco bien picadito.
Preparación: Pone a sofreír la cebolla y el tomate, pero primero calienta el aceite o la mantequilla en un perol o sartén a fuego medio. Agrega la cebolla picada y sofríe hasta que esté transparente (entre unos 2-3 minutos más o menos). Luego, añade el tomate picadito y una pizca de sal. Prepare primero el sofrito dejando cocinar el tomate y la cebolla a fuego medio por unos 5 a 8 minutos, revolviendo ocasionalmente. Se busca que el tomate suelte su líquido y se reduzca, formando un sofrito espeso. La mezcla no debe quedar muy aguada. Aparte, mientras se cocina el sofrito, bate los huevos en una taza de cristal con sal y pimienta al gusto. Si usa cilantro, añádalo a los huevos batidos. Luego, vierta los huevos batidos sobre el sofrito de tomate y cebolla en el perol. Con paciencia, deje que el huevo comience a cuajarse un poco sin revolver. Luego, revuelva suavemente con una espátula o tenedor de madera hasta que los huevos estén cocidos a su gusto, pues siempre hay gente que prefiere que queden más secos y revueltos, y otras más jugosos y en trozos grandes.
La pasta rápida de la nona
"Receta:
Rendimiento: 4 porciones.
Para la pasta: 400 g de pasta corta (fusilli, penne o macarrones, o la de su elección); agua y sal para la cocción.
Para la salsa de atún (estilo rápido): 2 latas de atún en aceite o agua (bien escurrido y triturado, o desmenuzado); 4 a 6 cucharadas soperas de mayonesa (ajustar al gusto, para que quede cremosa); 1 cucharadita de mostaza (opcional, para el toque ácido); sal y pimienta negra recién molida, al gusto, y hojas de orégano secas. Se puede usar solo mostaza o pimienta, la que se prefiera, o ambas.
Preparación
Cocinar la pasta: Poner a hervir abundante agua en una olla mediana o grande con una pizca de sal. Cuando rompa el hervor, agregue la pasta de su elección. Cocinar hasta que esté al dente (firme pero cocida).
Preparar la salsa de atún rápida: Mientras la pasta se cocina, en una taza de cristal mediana, coloque el atún previamente escurrido y desmenuzado. Agrega la mayonesa y la cucharadita de mostaza (si decide usarla). Sazone con sal y la pimienta negra al gusto, y el orégano. Mezcle todos los ingredientes vigorosamente hasta obtener una salsa cremosa y homogénea. Pruebe y ajuste la sazón si es necesario.
Integrar y servir: Una vez que la pasta esté al dente, escúrrala inmediatamente. No la pase por agua fría, ya que el almidón ayuda a que la salsa se adhiera mejor. Regrese la pasta caliente a la taza. Vierta la salsa de atún, mayonesa y mostaza sobre la pasta. Revuelva suavemente hasta que toda la pasta esté bien cubierta con la salsa.
Servir: Sirva de inmediato. La temperatura tibia de la pasta ayuda a que la salsa se mezcle perfectamente y le da un toque reconfortante. Si prefieren, pueden añadir una pizca de queso parmesano rallado o perejil picado al momento de servir, todo es al gusto.
Este es otro plato que nos transporta directamente a la cocina de nuestra infancia, donde la nona convertía lo simple en extraordinario. Esta no es solo una receta de huevos rellenos; es un homenaje a la habilidad de las nonas tachirenses para crear platos rápidos, sabrosos y llenos de cariño.
Estos singulares Huevos Ensombrerados, son la mejor prueba que el ingenio y el amor son los mejores ingredientes. Con una base muy sencilla de huevo, atún, mayonesa y una pizca de pimienta blanca, la nona elaboraba un relleno cremoso que coronaba con la misma tapa de clara, presentándolos elegantemente "de pie" en el plato.
Eran su solución perfecta para una comida rápida o una cena ligera. Eran un pequeño manjar casero, coronado con un "sombrero" que convertía un sencillo huevo en una obra de arte culinaria. ¡Una delicia inolvidable de la cocina familiar!
Huevos: La cantidad que desee preparar (generalmente se calculan 1-2 por persona, dependiendo del tamaño de los mismos y si es entrante o plato principal).
Atún en conserva: En aceite o al natural, bien escurrido.
Mayonesa: Cantidad al gusto para mezclar y darle cremosidad al relleno.
Yemas de huevo cocidas: Las propias de los huevos que se rellenaran.
Pimienta negra molida: Al gusto.
Mostaza: Si se prefiere como un toque extra, y al gusto.
Sal (opcional en caso que el atún y la mayonesa no sean ya suficientemente salados).
Un poco de aceite, mejor de oliva, para la base. Es algo opcional, si necesita estabilizar más el huevo en el plato.
Elaboración
Cocer los huevos: Cocer los huevos en agua hirviendo durante unos 10-12 minutos. Pasar inmediatamente por agua bien fría (o con hielo) para detener la cocción y que sean más fáciles de pelar. Pelar con cuidado una vez fríos.
Preparar las claras "Ensombreradas":
El Sombrero: Para hacer la forma de un sombrero, con un cuchillo afilado, corte cuidadosamente la parte superior del huevo (la punta más estrecha), a modo de "sombrero" o "tapa". Retire esta parte y consérvela aparte.
Estabilizar la base: La presentación de un plato, por muy sencillo que sea, siempre es importante. Así, para que el huevo se mantenga "de pie", corte una rebanada muy fina de la base inferior del huevo (la punta más ancha) para que quede plano y estable. Tenga cuidado de no cortar demasiado para que no se salga el relleno.
Extraer la yema: Con cuidado, y ayudándose de una cucharita, retire toda la yema cocida a través de la abertura superior. Deje la clara vacía (el "vasito") lista para rellenar.
Preparar el relleno: En una taza de vidrio pequeña, desmenuce las yemas cocidas que ha retirado, con un tenedor. Añada el atún bien escurrido y desmenuzadito. Agregue la mayonesa. Empiece con unas 2-3 cucharadas grandes por cada 4 huevos y añada más hasta obtener una especie de crema suave y homogénea, pero lo suficientemente firme como para sostenerse. Sazone con pimienta negra molida y pruebe y rectifique de sal si es necesario.
Calabacines rellenos al estilo lobaterense (receta de la nona Maximiana Sandoval vda. de Sánchez)
Una receta sencilla y de la tierra, perfecta para el domingo. Y, como decía la nona: La paciencia es el mejor condimento.
“Ingredientes: Para empezar, tome cuatro calabacines de buen tamaño. Necesita unos trescientos a cuatrocientos gramos de carne molida (la mejor que encuentres en la carnicería, y preferible que compre la carne y la muela usted misma). Para el corazón del relleno, saque dos huevos, que haremos duros, y esas dos o tres cucharadas de alcaparras bien escurridas. Si quiere hacerlo más sustancioso, aparta un puñado pequeño de arroz.
Para el sofrito, hace falta una cebolla de cabeza pequeña y un diente de ajo. Y no olvidar la salsa de tomate simple que preparamos previamente o que ya tenemos guardada de otra ocasión: un poco para el relleno y otra cantidad para la base de la fuente.
En cuanto a los ingredientes primeros, un buen aceite de oliva para el sofrito, y por supuesto, sal y pimienta negra para darle vida a la carne. Por último, un poco de queso rallado. A mi me gusta el parmesano, o el que tengan a mano, y unas hojitas de perejil fresco, eso siempre ayuda.
Elaboración: Se vacían los calabacines, los cuales son lavados y cortados a la mitad, a lo largo, previamente. Con una cuchara, se saca la pulpa suavemente, como si estuvieras ahuecando un barco. Deje las paredes firmes, como de casi un centímetro. ¡Esa pulpa no se tira! Se pica muy finita y se guarda. Es el alma del relleno.
Tortillas de arroz al estilo lobaterense (receta de la nona Maximiana Sandoval vda. de Sánchez)
"Preste mucha atención, que esto es tan fácil que te lo grabas con una sola vez que lo hagas y la saca de apuros en cualquier momento.
Ingredientes (Lo que tenemos a mano):
Arroz cocinado: La cantidad que te haya sobrado (un buen tazón, digamos unas 2 tazas). ¡Es mejor si está frío, eh!
Huevos: Dos buenos huevos. Son el pegamento, mi cielo.
Harina de trigo: Unas 3 o 4 cucharadas soperas. Esto le da cuerpo a la mezcla.
Pimienta blanca molida: Un toquecito, una pizca. Sazón con cariño.
Sal: Al gusto, no te vayas a pasar.
Aceite vegetal: Suficiente para que te cubra un dedo en la sartén para freír.
Preparación:
El primer revuelto: Agarre una taza grande, de esos donde cabe todo sin problemas. Primero, rompa los dos huevos y bátalos con un tenedor hasta que estén espumosos. Añada la harina de trigo, la pizca de pimienta blanca y la sal. Mezcle bien para que no te queden grumos de harina. Es opcional echarle un puñadito de perejil fresco picado (le da un color lindo y fresco), o bien, unas 2 o 3 cucharadas de queso rallado (Parmesano o cualquier queso sabroso que tengas. Esto las hace más crujientes).
El arroz: Ahora sí, el arroz. Agregue el arroz cocinado a la mezcla de huevo y harina. Revuelva con una cuchara de madera o espátula. No batas con fuerza, solo mezcla hasta que cada granito de arroz esté cubierto con la mezcla de huevo, como si le hubieras puesto un abriguito. La mezcla debe quedar densa y que pueda manipularla. (Si ves que queda muy líquida, le echas otra cucharada de harina, pero no más. ¡Ojo!).
A calentar el aceite: El secreto es el aceite bien caliente. Si el aceite está frío, la tortilla te va a chupar todo el aceite y no las queremos grasosa. Ponga a calentar el aceite en una sartén a fuego medio-alto. Sabe que está listo cuando, al echar una gotita de la mezcla porque burbujea inmediatamente.
Para freír las tortillas: Con una cuchara, ve echando porciones de la mezcla en el aceite. No las haga muy gordas, para que se cocinen bien por dentro y le queden doraditas. Use una cuchara sopera o un cucharón para ir formando las tortillitas en la sartén. Aplástelas un poquito si quedan muy gruesas. Fría por un lado hasta que estén bien doradas (unos 2-3 minutos). Con cuidado, deles la vuelta con una espátula para que se doren del otro lado.
El escurrido final: Este es el paso más importante: no queremos que naden en aceite. ¡Escurrir es la clave! Saque las tortillas fritas y colócalas sobre un plato cubierto con papel de cocina absorbente (o una servilleta gruesa). Déjelas allí un minuto para que suelten el exceso de aceite.
¡A Comer! Sírvalas calientes. Si quiere, las puede comer así, o con un poco de queso rallado por encima si le gusta".
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La mesa está servida Henri Matisse (1869-1954)
Óleo sobre lienzo
1897
100 x 131 cm
Colección particular
Reproducción con fines didácticos
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Colores del pasado/Colours of the Past. La nona, Doña Maximiana Sandoval Zambrano de Sánchez Bustamante (Lobatera, 1908 - San Cristóbal, 2004), de negro, teniendo en brazos a su hijo Julio Abdón Sánchez Sandoval (San Cristóbal, 1936 - San Cristóbal, 1944). A la izquierda, su hermana Ana Paula Sandoval Zambrano (Lobatera, 1905 - Lobatera, 1978), y en el centro los niños Leonisa Sánchez Chacón (San Cristóbal, 1927 - Caracas, 1979) y Luis Alfonso Sánchez Sandoval (San Cristóbal, 1934 - San Cristóbal, 2019). Foto tomada el 24 de septiembre de 1938, en los jardines de la casa grande o casona solariega de las Sandoval (construida en 1875 y desaparecida en 1997), en Lobatera (Estado Táchira). Coloreada y restaurada por Bernardo Zinguer/MyHeritage, 2020. |









