miércoles, 6 de marzo de 2024

Madre Juana: mística, asceta, santa y bruja, y topónimo urbano tachirense │ 'Madre Juana': mystic, ascetic, saint, and witch, and a Tachiran urban toponym




Imagen del sector Madre Juana, en las inmediaciones de la ciudad de San Cristóbal, para inicios del siglo XX. Tomada del libro "Au Venezuela, Souvenirs (1876-1892)". Autor: Mme. Leontine Roncayolo. Digitalizada por Lcdo. José D. Rico Carrillo.


En la ciudad de San Cristóbal, la capital cordial del Estado Táchira, existe un topónimo urbano que, al indagar sobre su origen, nos adentra en la siempre interesante historia ignota tachirense. El del actual sector de "Madre Juana", atravesado por la calle o avenida de igual nombre que, a su vez, se hizo sobre el trazado del viejo camino real del siglo XVIII el cual iniciaba en la calle 4, junto a la plaza mayor (actual Capitán y Adelantado Juan Maldonado y Ordóñez de Villaquirán, fundador de la ciudad en 1561), descendía la pendiente occidental menos escarpada de la colina. Descrita en 1816 por el coronel realista Rafael Sevilla en sus memorias como: "El batallón se había situado en la villa de San Cristóbal, sita en una eminencia estratégica: era la llave de los llanos de la provincia de Barinas y de otros muchos pueblos". 

El camino seguía rumbo al río Tormes (luego Torbes), hasta el vado o paso que se conoció como "de los indios" (actual puente de la vía al sector El Río) y continuar el camino hacia las haciendas cafetaleras de Rubio, por la cuesta de los Pericos (denominada por la abundancia y ruido que hacían estas aves que habitaban el otrora denso bosque tropical que bordeaba el camino, dibujado por el viajero alemán Anton Goering (1836-1905) en 1870. Actualmente este ascenso y área es conocida como Cuesta de Pericos o Pericos simplemente. Para 1930, según la ordenanza de zonificación de la ciudad, Madre Juana se identificaba como un caserío rural de la aldea El Río (formada a su vez por los caseríos Madre Juana, Pericos, Río abajo y Río del medio), en el Municipio San Sebastián, de la ciudad de San Cristóbal.


Indagar y encontrar el origen exacto de ese nombre: "Madre Juana", queda como tarea pendiente para las nuevas generaciones de historiadores e investigadores del pasado de nuestra tierra. Al respecto sólo podemos aportar que el primer dato documental conocido donde se registra ese topónimo, como lo especificamos en nuestro Diccionario de Topónimos Históricos del Estado Táchira (Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses, 2018), se retrotrae hasta julio de 1782. En las actuaciones de secuestro de bienes, realizadas por el Comandante Francisco de Albuquerque, Ayudante Mayor del Gobernador de la Provincia de Maracaibo y Comandante de Armas de las tropas del Rey acantonadas en la villa. Durante los juicios contra los insurgentes comuneros de 1781, se hizo presente en "el sitio de Madre Juana" donde se procedió al secuestro de una casa, tierras de labor, esclavos y muebles pertenecientes al preso comunero Don Bernardo Ramírez de Arellano, de la casa solariega de los Ramírez de Arellano, acaudalada familia de la villa.


¿Qué significaba Madre Juana? ¿Por qué se le dio ese nombre a un paraje campestre en las inmediaciones de la Villa de San Cristóbal? ¿Quien era Madre Juana? Interesantes interrogantes que esperan respuesta. No obstante, y producto de nuestras andanzas y correrías por tierras de España, sólo podemos hacer inferencias, por analogía para el nombre. La denominación idéntica más antigua la encontramos en un lugar existente en la ciudad de Burgos (Castilla), del siglo XVI, seguido de otros lugares con el mismo nombre en Cantabria (Santander) y en las islas Canarias (Los Realejos, Tenerife), del siglo XVIII y de comienzos del siglo XIX. Al respecto, llamó nuestra atención un hecho: todos estos lugares, con el mismo nombre, comparten otra cosa en común, designan una fuente o un manantial de aguas cristalinas junto a un camino en las inmediaciones de un poblado. Si nos vamos a la referencia más antigua, la fuente de Burgos que a su vez dio nombre a una venta y tierras de labranza a la entrada de la ciudad, se puede conocer con exactitud el origen de dicha denominación.


Refieren los cronistas burgaleses que Madre Juana, cuyo nombre real era Juana Rodríguez, había nacido en Burgos el 30 de enero de 1574 y resultaba una figura histórica controvertida, una mezcla de mística, asceta, santa y bruja. Desde joven, Juana, de cuna noble, tuvo experiencias místicas y decía ser guiada por figuras religiosas como Santa Teresa de Jesús. En 1615, durante un éxtasis, Juana experimentó los estigmas de Cristo, presentando llagas en manos y pies. Este suceso atrajo a muchos devotos que buscaban tocarla para obtener protección. A pesar de su deseo de entrar en un convento a los doce años, sus padres la forzaron a casarse con Matías Ortiz. Juana afirmó que unos "ángeles custodios" impidieron la consumación del matrimonio, lo que llevó a su esposo a maltratarla. Aun así, ingresó en la Tercera Orden de las Carmelitas Descalzas como laica, dedicándose a ayudar a presos, enfermos y pobres. Tras la muerte de su esposo en 1622, ingresó en el convento de las clarisas de Burgos en 1627. Sus experiencias místicas y estigmas la hicieron ser vista como santa por algunos y bruja por otros, lo que la puso bajo la sospecha de la Inquisición, que consideraba a mujeres con tales fenómenos susceptibles a posesiones satánicas.


Pero, el hecho que queremos conocer y relacionar con el nombre de lugar, lo tuvo Juana Rodríguez a los 15 años. A esa edad se le le atribuyó un milagro en una romería. Madre Juana tuvo dos biógrafos reconocidos, el franciscano Francisco Ameyugo y el carmelita Juan Bautista de Loyola. Fray Ameyugo relata que Juana obró un milagro, cuando acudía a la romería de Santa Ana con sus padres. Dice el biógrafo que "era tanto el calor y la sed de los romeros, aquel 26 de julio, que caían desfallecidos por golpes de calor y sin una gota de agua. Al ver esto, la niña tocó el suelo, oró a Dios y surgió una fuente en la que calmaron su sed los romeros". La fuente aún existe en un paraje a la entrada de Burgos, camino de Arcos, y lleva su nombre: la fuente y ventorro (ruinas de una pequeña posada) de Madre Juana.


Del anterior anecdotario, expuesto con el fin de ampliar un poco nuestra cultura urbana tachirense, dejamos una interesante pregunta al lector para que con su sensatez para formar juicio y tacto, al hablar u obrar, la responda. ¿Existirá alguna conexión entre el nombre del paraje a la entrada de Burgos, en Castilla la vieja y el de nuestra San Cristóbal en la América meridional, a través de alguna fuente, ya desaparecida, a la entrada de la villa, junto al camino real del vado o paso de los indios, cuesta de Pericos y Rubio?



La fuente Madre Juana donde brotó agua milagrosamente, según la leyenda. Tomada: Burgos Conecta (web). Fotografía: Julio César Rico (2022). Reproducción con fines didácticos.