jueves, 12 de noviembre de 2015

La Plaza Bolívar de Lobatera, una plaza cuatricentenaria en tres tiempos | Around Bolívar Square Park of Lobatera, Where It All Started... A Quadricentennial Square










 Plaza Bolívar de Lobatera(Estado Táchira - Venezuela), Atardecer del 10 de junio de 2024 (Foto: Darío Hurtado, 2024).





Plaza Bolívar de Lobatera (Estado Táchira - Venezuela), 19 de abril de 2010 (Foto: Samir Sánchez, 2010).



Estatua pedestre de El Libertador Simón Bolívar, que preside -desde su centro- la Plaza Bolívar de Lobatera (Estado Táchira), obra del escultor italiano Giovanni Turini, realizada en 1893 (Foto: IvanViajeOccidente_Venezuela, 2017).


Texto: Samir A. Sánchez
Fotos: Carlos Alviárez Sarmiento
Darío Hurtado
Wilmer Antonio Rey Lozada
F. J. Benet
Marco Figueroa S. y Clemente E. Acosta Sierra
Cristian Sánchez
Samir A. Sánchez y Roberto E. Sánchez Sandoval
Postales e imágenes antiguas de Caracas
Chicago World's Columbian Exposition 1893




En el principio, exactamente en el principio, fue la Plaza Mayor. Aquí se desató la historia del pueblo, aquí nació, un día entre sus días, el pueblo.


Siempre, al poner los pies y la evocación en ella, veríamos desde el punto de vista ideal, la escena de sus orígenes, escribiría el poeta.


Dentro del ámbito de esta plaza indiscutiblemente Mayor –mayor en edad, en vivencias y en gobierno- y al mirar desde ella la extraordinaria geografía que la circunda, comprendemos la decisión de los primeros pobladores de arraigarse en esta tierra y la euforia de El Libertador Simón Bolívar al recorrerla.


Desde aquí columbramos, en tiempo despejado, hacia el este, las lejanas y altas cumbres de los páramos andinos de Angarabeca, Arcabuco y Monte Grande; hacia el oeste, imponentes y verticales, los peñascosos cerros de La Aguada y la Laguna del Buitrón; hacia el norte, la garganta rocosa abierta por las aguas del río Lobaterita; y hacia el sur, los vértices airosos de  la fila de Los Letreros, los cuales parecen escalar el firmamento -entre turbantes de neblina-.


En el centro de tan poética geografía, echando adelante la historia, se encuentra la Plaza Bolívar de Lobatera. El común de sus pobladores la identifica como “el Parque” o “el Parque Bolívar”, nombre ilustre grabado en la memoria, en la emoción y en la admiración de sus gentes.  


El 21 de abril de 1911, la Comisión Científica Exploradora de la región occidental de Venezuela, designada por el Ministerio de Obras Pública y dirigida por el Dr. Alfredo Jahn, había triangulado y fijado su altura, y a su vez la altura oficial de Lobatera, en 961 metros sobre el nivel del mar (Memoria y Cuenta del Ministerio de Obras Públicas a las Cámaras Legislativas, en su reunión plenaria de 1912, Imprenta Nacional, Caracas, 1912, p. 66).


Tres tiempos genuinos marcan la evolución de la plaza: la castiza, mezcla de España y América; la Republicana y la Moderna. Así, desde sus orígenes, consustanciados con el pueblo, en 1593 –en su función de plaza mayor o plaza pública- hasta 1956 cuando se reforma para dar paso al actual parque, la misma ha resultado el reflejo del alma histórica de Lobatera. Por ello, he aquí esa historia...


Plano del urbanismo de la Villa de Lobatera, para 1774 (Plano urbano con reconstrucción de época o reconstruido con base en fuentes documentales del siglo XVIII y copiando el estilo de los planos y grafía de la época española en América).



La plaza castiza y del encuentro
Período de la plaza española (1593-1930)




Plaza Mayor de Lobatera y antiguo frontis de la Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, Año 1900 y parte de la visual oriental de la plaza , siendo la fotografía más antigua -connocida hasta la fecha- de dicha plaza. Tomada por el fotógrafo Francisco Cárdenas B. (Propiedad de Carlos Alviárez Sarmiento, 2004/Proceso de restauración, Darío Hurtado, 2014, reproducción con fines didácticos).



Nueva y ordenada, la plaza mayor resulta la pieza más sobresaliente y emblemática de la cultura española en tierras de América. La Recopilación de las Leyes de los Reinos de Indias, ya indicaban su origen, forma y uso:




«Respecto al trazado, la planta se dividirá por plazas, calles y solares a cordel y regla comenzando desde la Plaza Mayor y sacando desde ellas las calles a las puertas y caminos principales y dejando amplio compás abierto aunque la población vaya en gran crecimiento, se pueda proseguir y dilatar en la misma forma».




Y, sobre la forma de la plaza, en otro apartado especificaba:


«ha de ser en quadro prolongada, que por lo menos tenga de largo una vez y media de su ancho, porque será más a propósito para las fiestas de a caballo y otras [de la plaza salgan quatro calles principales , que de ella han de salir [] dos por cada esquina []  las quales han de salir libres  []».



Así se cumplió en Lobatera desde 1593. La plaza mayor primigenia resultó en un rectángulo de tierra, más largo que ancho. Allí, se fueron levantando por los costados, las viviendas de los primeros vecinos; con ellas las edificaciones públicas; con estas, la primera iglesia parroquial. Luego, en sus espacios, se dieron los alardes o paradas militares, de rigor en la época; el encuentro poblacional para la compra y venta en ferias y fiestas; las verbenas en honor a San Isidro el Labrador; y el mercado de los días domingos que congregaba en un solo recinto a vecinos, aldeanos y habitantes de los pueblos cercanos. Su aspecto urbano permaneció inalterado, impertérrito, en los trescientos años siguientes. Aquí empezó a crecer Lobatera. 



Plaza Bolívar de Lobatera, en el centro, como eje articulador de las cuadrículas  urbanas de la población, desde su centro o casco histórico

Foto: Ortofotografía satelital tomada de Google Earth, 2016, reproducción con fines didácticos).






Un viaje a los momentos que incidieron en la historia de la plaza


28 de diciembre de 1774

Se celebran en su arena las primeras corridas de toros, en la primera fiesta patronal de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá de Lobatera, luego de haber sido elevada la población a parroquia eclesiástica por el Arzobispo de Santa Fe de Bogotá, en junio de 1773 (una placa conmemorativa, con el texto del acta de instalación de la cofradía -ordenada en 1965 por la Municipalidad-, se encuentra en la fachada principal de la Casa Cural, frente a la plaza).



Reproducción del acta de creación de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, instalada el 22 de marzo de 1774. En una de sus constituciones, se acordó que en cada año, por el día de la fiesta patronal la cual para la época se celebraba cada 28 de diciembre, se corrieran seis toros en la plaza mayor de Lobatera (Foto: Samir Sánchez, 1994).





Jueves de Corpus Christi, 14 de junio de 1781

Sus espacios presenciaron el alzamiento de los Comuneros de Lobatera al grito de ¡Viva el Rey y muera el mal gobierno de sus ministros! Fue izada en la plaza una bandera rojo carmesí y se levantó una horca, y allí se organizaron los batallones que marcharon sobre las ciudades de La Grita, San Faustino de los Ríos y la Villa de San Cristóbal.


1813-1820

En la época de la Guerra de Independencia, El Libertador y su ejército estuvo y acampó en la plaza, el 17 de abril de 1813  y el 23 de mayo de 1820.



1837

Por el primer plano que se conserva de Lobatera, el cual data de 1837 (Mapoteca de la Casa Amarilla, Cancillería, Caracas), se conoce que la plaza tenía una forma rectangular, más larga de sur a norte y menos ancha de este a oeste. 



Detalle del urbanismo de Lobatera, para 1837. Se observa el trazado rectangular de la plaza mayor para la época (Foto: Mapa de Lobatera, 1837. Mapoteca de la Cancillería, Casa Amarilla, Caracas, 1994, reproducción con fines didácticos).


Será después del terremoto de 1849, al hacerse el nuevo urbanismo y trazado de cuadras y calles así como la planificación de su ensanche, cuando a la plaza se le reducen sus dimensiones, y toma a la forma cuadrangular o cuadrilátero, que actualmente conocemos.


1849-1875



La plaza se convierte en lugar de resguardo de los moradores, para construir sus tenderetes, luego de los destructivos terremotos de 1849 y 1875. En su centro se construyó dos veces una improvisada capilla para los oficios divinos, por hallarse en ruinas la iglesia, y de esta plaza partieron las familias fundadoras de la población de Michelena.


1856

En documento enviado por el Presidente del Concejo Municipal de Lobatera, al Gobernador de la Provincia del Táchira, Don Pascual Casanova (Archivo General del Estado Táchira, San Cristóbal), quedó registrado que la plaza recibía el nombre de «Plaza Mayor» y la misma se encontraba circunscrita por cuatro calles denominadas: Real y del Cementerio (de sur a norte) y del camino de La Grita y del camino del Páramo o del Cuartel (de este a oeste).


1895

Con motivo del primer centenario del natalicio del Gran Mariscal de Ayacucho, General Antonio José de Sucre, la Municipalidad de Lobatera ordenó se sembraran en todo el contorno de la plaza, simientes de árboles como almendros, tamarindos y clemones.



Aspecto de la plaza mayor de Lobatera para 1910. Una comitiva de caballeros notables de la parroquia Constitución del Distrito Lobatera, encabezada por Don Ponciano Lozada Romero, posa para una foto en el centro de la plaza (Foto: Wilmer Antonio Rey Lozada, 2018).


1911


Con motivo del primer centenario de la independencia de Venezuela, la Municipalidad de Lobatera ordenó sembrar un samán en su centro. Este emblemático árbol fue derribado en 1956 cuando se remodeló la misma y se colocó la estatua de El Libertador, donde antes estaba el samán.




Esquina sur-oriental de la plaza mayor de Lobatera, para el 17 de noviembre de 1913. Cortejo fúnebre con Cruz procesional, ciriales y turiferario, en el sepelio de la niña María Sánchez Vivas, de 15 años, presidido por el Padre Pedro María Morales y acompañado por la Banda Municipal Sucre, dirigida -en esa ocasión- por Don Marcos Ovalles, quien interpreta la flauta vertical o Böhm (con el paso del tiempo, Don Marcos Ovalles sería, junto a su hijo, uno de los miembros de la Comisión Pro-Parque de Lobatera, de 1955). Allí, la maestra de la Escuela de Niñas de Lobartera, Srta. Ofelia Mora, preparó unas palabras de despedida, las cuales fueron leídas por una de sus alumnas, la Srta. Delfina Sandoval (1901-1992), quien luego sería igualmente maestra, y conservaría dichas palabras: «Parece un sueño, ¿cómo es posible? Que nuestra amiga y condiscípula María nos haya abandonado. Ayer no más, compartía con nosotras, en los bancos escolares, las sabias enseñanzas de nuestra buena maestra; y nos hacía dulce y agradable las horas que pasábamos a su lado. Tan magnánimo era su corazón, tan nobles los sentimientos de su alma, y hoy, en la primavera de su vida, cuando todo le sonreía, lo abandona todo; las dulces caricias de su madre, las afecciones sinceras de nuestros corazones y la bondad de la amistad. ¡Vuela a la mansión de los santos!. Adiós cara compañera y amiga, recibe esta guirnalda cuyas flores van humedecidas por el llanto que vierten nuestros ojos. Nuestras plegarias suben de nuestros corazones por tu eterno descanso. ¡Adiós!». Otra información que se puede obtener de la imagen, es la relacionada con la costumbre social de la época, en cuanto a la participación de las mujeres en los actos públicos de los sepelios. Las mismas, si eran familiares del fallecido permanecían en sus casas, y si eran amistades o conocidas, sólo asistían a los oficios religiosos en el interior de la iglesia. Así, la única dama que se observa en la escena, está de pie, junto a una puerta, en el plano de fondo derecho. Ese local se denominaba "Bodega Miranda" y pertenecía a Don Zenón Pacheco, quien reformó la edificación en 1919, para su matrominio. Actualmente, lo que queda en pie de esa edificación se conoce en Lobatera como "Casa de la Sucesión Rojas" (Daguerrotipo: Cristian Sánchez, 2006).



Extremo suroriental de la plaza mayor de Lobatera para septiembre de 1922. Se observa el festival taurino en el momento cuando los toros eran soltados en El Humilladero y corrían hasta el encierro en la plaza mayor, para la corrida de las ferias y fiestas. Desde 1855, cambiando el mes de celebración de diciembre a septiembre, celebradas en honor a Nuestra Señora de las Mercedes (24 de septiembre), si bien la patrona del pueblo seguía siendo Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, como lo demuestran las tres imágenes que coronan el frontis de entrada a la iglesia, grupo escultórico salido de las manos del maestro merideño (de Ejido) Don Jesús Uzcátegui en el año de 1913 (Foto: Wilmer Antonio Rey Lozada, 2018). 
Memoria de tiempos y costumbres del siglo XVIII, ya desaparecidas: los sanfermines tachirenses (Samir A. Sánchez)
Ferias y fiestas de Lobatera, en su celebración o edición 148 (desde 1774).

 

Repasar el tiempo detenido en los álbumes familiares de nuestro primo el abogado Wilmer Antonio Rey Lozada, es abrir una ventana al pasado tachirense y reconstruir escenarios que sólo conocimos por la tradición que nos transmitió la nona, y que transcribimos de seguido.
Así, esta postal-foto de 1922 nos muestra, a primeras horas de la tarde de un día de finales de septiembre, amplios toldos desplegados para protegerse de un sol que reverbera, parte del cerco de la plaza y a lobaterenses, mercaderes y visitantes aglomerados en torno al encierro de la calle Real, o de Bolívar, a la espera que suelten los toros del corral del Humilladero, toros que se lidiarán ese día de fiestas.
Los mismos recorrerán la calle hasta la Plaza Mayor (llamada Plaza Bolívar, desde el año 1930) donde los más jóvenes -y con mayor osadía- se aventurarán a correr delante de los toros en una frenética carrera, en unos verdaderos sanfermines tachirenses.
Al pasar este primer espectáculo, a las 3:45 pm, cuando el nuevo reloj público en la torre sur de la iglesia (instalado en 1913) dé el campanazo de los cuartos de hora, los responsables de la capitanía de ese día junto a la Banda Sucre, buscarán a los toreros en el Hotel Rizófora, en el Humilladero. Con música y quema de morteros y voladores, y muestras de gran alegría entre el jolgorio de la gente, los traerán hasta la plaza para iniciar la corrida, a las 4:00 pm.
En varias ocasiones, antes de la corrida de toros, se presentaba un espectáculo previo de entretenimiento denominado la "Suerte Blanca" o la "Suerte de Don Tancredo". Un hombre todo vestido de blanco, y ocasionalmente una mujer, sentado o de pie en una silla o silleta de cuero, en el centro del encierro de la plaza, esperaba que saliera el toro con furia. Si no lo embestía y tumbaba, si no solo lo olía, amusgaba o se quedaba fijo mirándolo, recibía la ovación del público y en su sombrero caían fuertes, reales, medios, lochas y puyas.
Es oportuno acotar que las actividades de las ferias y fiestas de Lobatera corrían por responsabilidad de las denominadas “Capitanías” quienes organizaban los actos día por día, en la semana ferial. Así, las ferias y fiestas se celebraban en el siguiente orden:
24 de septiembre, día central por ser la festividad de Ntra. Sra. de las Mercedes, Venerable Cura párroco (siguiendo las disposiciones del acta del 22 de marzo de 1774, y quien para 1922 era el ilustre Pbro. Br. Pedro María Morales), y quema de la recámara a cargo de la Jefatura Civil del Distrito.
25 de septiembre, La Muy Honorable Municipalidad del Distrito Lobatera.
26 de septiembre, Gremios del Comercio y la Pesa.
27 de septiembre, San Pedro del Río.
28 de septiembre, Michelena.
29 de septiembre, Borotá (Constitución)
30 de septiembre, juventud o los jóvenes del Distrito Lobatera y del Municipio San Juan de Colón del Distrito Ayacucho.
Créditos de la foto:
Postal enviada por Don Alejandro Rojas Figueroa a su amigo Juan Antonio Mora a la estación del Gran Ferrocarril del Táchira, en Encontrados, Estado Zulia.
En su reverso se encuentra el siguiente manuscrito: "Octubre 3 / del año 22. Juan Antonio Mora Casanova: Lamentando mucho las circunstancias que te mantienen alejado de los que bien te queremos, te saludo junto con Román y hago votos porque tanto inconveniente tenga pronto una feliz conclusión. Alejandro Rojas Figueroa." Foto-postal propiedad y cortesía de Wilmer Antonio Rey Lozada (2018).


1920-1930

Entre 1920 y 1930, la plaza fue lugar de los enfrentamientos armados entre los defensores de la población y las avanzadas de exiliados antigomecistas comandadas por el General Juan Pablo Peñaloza, que atacaban en ocasiones, luego de cruzar la frontera colombiana, e ingresaban al pueblo, provenientes por los caminos reales de las aldeas de La Trampa y Cazadero.



Plaza Mayor de Lobatera, Año 1928 (Foto: J. F. Benet, 1928, reproducción con fines didácticos).


Plaza Mayor de Lobatera, cierre del mercado dominical, en horas del mediodía de un domingo de 1929 (Foto: J. F. Benet, 1929, reproducción con fines didácticos).


Período de la plaza republicana
Plaza Bolívar (1930-1956)

El rompimiento con la tradición urbana española, se inicia en Lobatera en 1930, cuando una incipiente actividad constructora, comienza a afectar los viejos y descampados espacios de la plaza.



17 de diciembre de 1930

El 17 de diciembre de 1930 con motivo del centenario de la muerte de El Libertador y por acuerdo solemne del Concejo Municipal del Distrito Lobatera, la plaza recibió el nombre oficial de «Plaza Bolívar de Lobatera».



Imagen tomada de la revista El Heraldo Americano, Caracas, Diciembre de 1930, p. 85 (Foto: Bernardo Zinguer, 2019).


Para la conmemoración de la luctuosa fecha, se realizó la primera intervención en la plaza al colocarse unos sencillos andenes en concreto, alrededor de la misma.

Por igual, se erigió una glorieta de forma trapezoidal sobre una base de concreto, que prolongaba la altura de la carrera 4 o de Bolívar, antigua calle Real, y se internaba en parte del espacio de la plaza.

Abierta en su frente hacia la iglesia y por el lado opuesto cerrada, presentaba barandales laterales sostenidos cada uno por cinco marmolejos o pequeñas columnas barrocas de amplio éntasis. La misma cumpliría la función de sede (sin techo) para las presentaciones de la Banda Municipal Sucre.

Corridas de toros en la plaza mayor de Lobatera, en las ferias y fiestas número 164 (celebradas desde 1774). Septiembre de 1938 (Foto: Sra. Vilma Zambrano, Lobatera. Digitalización y eeproducción, Darío Hurtado, 2017).


1938

La Municipalidad encarga a la recién creada Compañía de Electricidad «Lobacucho», fundada por el lobaterense Teniente-Coronel Pablo H. Castro Zambrano, la colocación de las primeras luminarias eléctricas alrededor de la plaza, junto a los andenes. Las mismas estuvieron conformadas por faroles de postes de concreto, con briseras o bombas en forma de esferas blancas. Por igual se colocaron varias bancas de concreto.




Panorámica del centro urbano de Lobatera, y aspecto de la plaza Bolívar, para 1947 (Foto: Marco Aurelio Vila, Geografía del Táchira, 1950).




Panorámica del centro de la plaza Bolívar, para diciembre de 1949. El samán central, plantado en 1911, fue derribado en 1956 para colocar el pedestal y la estatua de El Libertador, luego de remodelada la plaza. En la esquina superior izquierda, se observa el tradicional pesebre que hacía la policía municipal, tradición que se mantuvo y desapareció hacia mediados de la década de los años ochenta del pasado siglo (Foto: Carlos Alviárez Sarmiento/Darío Hurtado, 2018).



Vista de una de las corridas de toros, en el cerco levantado en plaza Bolívar, para septiembre de 1947. La foto fue captada desde el balcón de la casa de la actual Sucesión Rojas, mirando en dirección al Cementerio,  La Cabrera y Arenales (Foto: Carlos Alviárez Sarmiento/Darío Hurtado, 1947).




Plaza Bolívar de Lobatera, Año 1953 (Foto: Clemente E. Acosta Sierra, 1953, reproducción con fines didácticos).



1953

El Dr. Clemente E. Acosta Sierra, Médico Rural del Distrito Lobatera, escribe una primera descripción de la plaza Bolívar de Lobatera, en los siguientes términos: 


«En el centro del pueblo, se encuentra la Plaza Bolívar, sin estatua del héroe venezolano, hay sólo en el interior, el típico samán que no falta en ningún pueblo tachirense –dícese que es descendiente lejano del venerado Samán de Güere-. La plaza o parque en sus cuatro aceras posee varios bancos y algunos árboles (pinos, clemón, etc.); en el interior de la plaza el piso es de tierra. No se ha hermoseado con jardines, por ser el único sitio donde, desde hace muchísimos años, vienen celebrándose las tradicionales corridas de toros de las Ferias y Fiestas del poblado, que antaño fueron famosísimas por el esplendor que revestían y el regocijo que provocaba entre sus moradores y forasteros» (Distrito Lobatera- Estudio Geográfico y Social de la zona, Imprenta del Estado, San Cristóbal, 1954, p. 73).


1955

Se celebran las últimas corridas de toros en la Plaza Bolívar de Lobatera. Las mismas son trasladadas, en el referido año, a la parte alta del pueblo, en el sector El Moral, y a partir de 1965 a la Plaza Chiquinquirá, construida por la Municipalidad para esos fines.




Plaza Bolívar de Lobatera para 1956, meses antes del inicio de los trabajos de remodelación (Foto: Rivas, Julio C. Teatro Infantil Literario, Editorial Rex, San Cristóbal 1956. Digitalizada por José Antonio Pulido Zambrano, 2022).



Urbs Lobatera caput mundi vocatur... Lobatera, la capital del mundo


Período de la plaza moderna (1956-al presente)

1956

El Parque Bolívar




Sección superior de la estatua de El Libertador Simón Bolívar. Porta el uniforme de General en Jefe y Medallón de Washington, según la tradición iconográfica escultórica iniciada por Pietro Tenerani (1789 - 1869) quien, por encargo e indicaciones del amigo y admirador de la obra de El Libertador, el General Tomás Cipriano de Mosquera (1798 - 1878), realizó la primera escultura que se hizo del héroe (un busto que se conserva en el Panteón de los Próceres, en Popayán). Se observan los acabados minucioso del artístico trabajo en bronce de Giovanni Turini, quien empleó para los mismos la técnica del vaciado en cera perdida. El estilo es el propio del arte escultórico naturalista de fines del siglo XIX. Asimismo destaca la levita granadera (casaca o chaqueta militar) con pasamanería y faldones anchos, y el bicornio emplumado sobre un marmolejo o pequeña columna romano-toscana. Plaza Bolívar, Lobatera (Foto: Darío Hurtado, 2012, reproducción con fines didácticos).






Estela funeraria sobre la tumba de Giovanni Turini -autor de la estatua de El Libertador, de Lobatera-, y medallón inscrustado, con su perfil. Se encuentra en el cementerio de Kensico, en la localidad de Valhalla, en las afueras de Nueva York (EEUU). Giovanni Turini (1849-1899) estaba casado con Margaret Thurston Turini (1858-1932) y tuvo dos hijos, Walter Giovanni Turini (1883-1972) y Florence Turini (1888-1897). Foto: Neil Funkhouser, 2016. 


Las ideas de la Ilustración del siglo XVIII, promovieron el descanso visual y mental de los pobladores de las ciudades a partir de la interacción con sus espacios abiertos y de recrear la naturaleza en las urbes. 

A estos espacios se le sumaba un agregado de ciertos elementos constructivos y ornamentales, todos ellos inspirados en la moda de los parques abiertos ingleses y franceses del siglo XIX, que permitía al habitante de las ciudades o pueblos pasear, leer o recrearse bajo la sombra de los árboles

En América, estos estilos imperaron en el período post-independestista, motivo por el cual se le reconoce como un estilo o construcción republicana, de los principales espacios públicos, de fines del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. 

De esta forma, las influencias de renovación y modernización urbanística que se dieron en la década de los años cincuenta del pasado siglo, en toda Venezuela, incentivaron en un grupo de lobaterenses el plantearse la seria necesidad de transformar su ya vieja plaza Bolívar, en un espacio urbanístico de corte moderno y dotarlo de una estatua del Padre de la Patria, como había ocurrido en muchas plazas venezolanas, en el contexto de la visión del ideal nacional fomentado por el gobierno del General de División Marcos Pérez Jiménez.





Foto de la plaza captada por Roberto E. Sánchez Sandoval, a la edad de doce años, una mañana de junio de 1956, poco antes del inicio de los trabajos de construcción y transformación del espacio en el actual Parque Bolívar de Lobatera. Se observa como se proyectaron -por última vez- las sombras del frontis y de  las torres de la iglesia parroquial sobre la arena de la vieja plaza, al igual que parte del antiguo barandal de la glorieta y una de las bancas (Foto: Ing. Roberto E. Sánchez Sandoval, 2015).


La expresión local (y reconocida en toda la región tachirense) creada hacia 1969, por el locutor profesional Carlos Alviárez Sarmiento, quien definió a Lobatera como "La capital del mundo", tuvo sus antecedentes en un grupos de sus ciudadanos quienes aspiraban una modernización de las viejas estructuras urbanas coloniales de Lobatera, como se estaba haciendo con la antigua iglesia parroquial, la cual se construía desde 1949 en ladrillo y concreto, y con formas monumentales. Así, se crea en 1955 una Comisión Pro-Parque. Seguidamente, sus integrantes iniciaron gestiones con varios lobaterenses residentes en Caracas, especialmente con quienes ocupaban puestos de relevancia en el gobierno nacional. El objetivo era lograr la remodelación de la plaza y la adquisición de una estatua en bronce de El Libertador Simón Bolívar, para que la presidiera, tal y como como había ocurrido en otras plazas del Estado Táchira, por la misma época. 




Integrantes de la Comisión Pro-Parque Bolívar de Lobatera, 1956. Se han podido identificar, para la fecha, a: Marcos Ovalles (h), primero de la izquierda; Don Carlos Alviárez, sexto de izquierda a derecha; Monseñor Manuel García Guerrero, cura párroco de Lobatera; Don Jesús María Ramírez, Presidente del Concejo Municipal del Distrito Lobatera, noveno de izquierda a derecha; Don Marcos Ovalles, primero de la derecha. Imagen tomada el 5 de abril de 1956 a la entrada de la Av. Padre Morales, en el sitio de La Capellanía, mientras se esperaba la llegada de la estatua al pueblo. Foto: Carlos Alviárez Sarmiento/restaturación Darío Hurato, 2015).


Así, solicitaron al Teniente Andrés Roa Ramírez, Presidente de la Compañía de Transporte Público de Caracas, realizar las gestiones conducentes al objetivo planteado.


Roa comenzó a indagar sobre los costos de las estatuas pero, informado por el también lobaterense, Coronel de Aviación José Saúl Guerrero (posteriormente alcanzaría el grado de General de División), tuvo noticias que en los depósitos de Miraflores, se encontraba guardado un bronce pedestre de El Libertador, el cual estuvo en una plaza en la cumbre de El Calvario, desde el 2 de febrero de 1895, cuando fue develada por el Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, el General Joaquín Crespo.


Este bronce, ordenado igualmente por el General Joaquín Crespo, había sido creado en 1893 por el escultor ítalo-estadounidente Giovanni Turini (1848-1899), en Nueva York, y presidió uno de los salones laterales del edificio o Pabellón de Venezuela en la Feria Universal de Chicago de 1892-1893.




Dibujo, realizado a plumilla, que representa el edificio o pabellón de Venezuela en el Jackson Park de la Feria Universal de Chicago, de 1893. Esta obra formó parte de las ilustraciones ordenadas para el libro titulado «Los Estados Unidos de Venezuela en 1893», publicado en inglés por orden del Gobierno Nacional, para ser distribuido en el pabellón, durante la feria. Es el primer dibujo que se hace de las estatuas en bronce del escultor Giovanni Turini, que se ubicaron en el techo de las edificaciones laterales del pabellón. Las esculturas originales se encuentran actualmente en Lobatera, Estado Táchira (Libertador Simón Bolívar) y Macuro, Estado Sucre (Almirante Cristóbal Colón). Fotografía: contraportada de World`s Columbian Exposition at Chicago – The United States of Venezuela in 1893, The Carson Press 171, 173 Macdougal Street, New York, 1893.


La estatua, en 1955, se encontraba a resguardo en esos depósitos municipales, debido a un reacondicionamiento que se le realizó al Parque El Calvario (Paseo Independencia) de Caracas, por parte de la Gobernación del Distrito Federal.



Plaza Bolívar de El Calvario (Caracas), Año 1899 (Foto: Postales antiguas de Caracas, 2004, reproducción con fines didácticos).


En los días posteriores y dada la amistad personal con el Presidente de la República, Roa y Rosales le hicieron la solicitud formal de donación de la estatua, en comunicación firmada por todos los lobaterenses que, para el momento, forman parte de las Fuerzas Armadas venezolanas: Coronel José Saúl Guerrero Rosales, Comandante Jesús Manuel Buitrago Vivas, Comandante Samuel Darío Pacheco Labarador, Comandante José Saúl Rosales, Comandante Gustavo Guerrero Rangel, Teniente (r) Andrés Roa Ramírez y Mayor (r) Luis Eduardo García Romero (en Solemne Inauguración de la Plaza y del Monumento al Libertador Simón Bolívar, Lobatera 7 de diciembre de 1956, Imprenta del Estado, San Cristóbal, 1957, s/n). 

Una vez obtenida la autorización presidencial, el Presidente del Concejo Municipal del Distrito Federal, Guillermo Pacanins Acevedo, daba igual autorización para que la estatua de El Libertador que estuvo en El Calvario (Paseo Independencia) y sobre la cual no se tenía un destino inmediato, fuese donada al Concejo Municipal del Distrito Lobatera. 



Plaza Bolívar de El Calvario (Caracas), Año 1920 (Foto: Walter Maturi, Imágenes antiguas de Caracas, 2004, reproducción con fines didácticos).


A, por acuerdo  del Concejo Municipal del Distrito Federal de fecha 20 de marzo de 1956, se daba la donación institucional (Crónica de Caracas, Boletín del Concejo Municipal del Distrito Federal, año 5, números 20-21, volumen V, 1955-1956, pp. 464-465)

Por igual, en Lobatera avanzaban conjuntamente las obras de remodelación para el nuevo Parque Bolívar, trabajos auspiciados por el Gobierno Nacional y el Estadal cuyo diseño –con una unicidad de estilo- le fue encargado a un recién graduado arquitecto tachirense: José Fructuoso Vivas Vivas (Fruto Vivas, La Grita, 1928) quien laboraba en el área de proyectos de la Comisión Nacional de Urbanismo, en Caracas.






Acuerdos de los Ilustres Concejos Municipales de Caracas y Lobatera, de 1956 sobre la donación de la estatua de El Libertador e inauguración de la Plaza Bolívar de Lobatera (Foto: Darío Hurtado, 2022).


El Arquitecto Fruto Vivas diseñó el área de la plaza organizándola en un espacio-parque (con áreas verdes) según las tendencias más vanguardistas de la época. Así, incluyó un predominio de la figura lineal, triangular y romboidal (estilos que predominaron en esta etapa de su vida profesional y que ya había experimentado en el diseño del Club Demócrata de San Cristóbal en 1954); áreas verdes dentro de formas geométricas; caminerías; sistema de iluminación eléctrica a través de bombillas ubicadas en artísticos postes de brazos, de pronunciada verticalidad; espejo de agua triangular iluminado; bancas de granito martillado rectangulares y de forma circular alrededor de los árboles. 




Plaza Bolívar de Lobatera, 1956. Es importante resaltar la historia de las esculturas que ornamentaban la antigua fachada de la iglesia. Las imágenes de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, que presidían la entrada principal de la Iglesia parroquial de Lobatera, fueron realizadas en 1913 por el reconocido escultor merideño (de Ejido) Don Jesús Uzcátegui. Este artista había sido recomendado por el Padre Briceño, de Táriba, quien lo había traído de Ejido, para la realización de los trabajos artísticos en la construcción de la iglesia parroquial de esa población. Las esculturas de la Chiquinquirá de Lobatera, fueron bendecida por el Padre Pedro María Morales el 18 de noviembre de 1913, junto con el reloj público que se había instalado el día anterior, donado por el Dr. Ezequiel Vivas, Secretario de la Presidencia para la fecha. Con la remodelación de la nueva iglesia de Lobatera, las imágenes fueron retiradas en 1961 y se perdieron (Foto: Carlos Alviárez Sarmiento, 2015/Proceso de restauración, Darío Hurtado, 2015, reproducción con fines didácticos).


Respetó por igual el trazado del espacio para actos o presentaciones de la vieja glorieta de la época del General Gómez, de 1930, construida especialmente para las retretas dominicales de la Banda Municipal Sucre (institución fundada en 1906).

El patrón de la figura geométrica dado por el arquitecto Vivas, incluyó el diseño del pedestal –único en su estilo en Venezuela por su forma- sobre la cual se levantaría la peana para sostener a la estatua pedestre de El Libertador. El mismo se ubicó en el centro de la plaza, motivo por el cual hubo de cortarse el viejo samán del siglo XIX. 





Pabellón de Venezuela en la Exposición Universal de Chicago, 1893. Se observa el emplazamiento original o primer emplazamiento de la estatua de El Libertador (en la actualidad de Lobatera). Foto: Images of Chicago World's Columbian Exposition, 1893, Reproduction for teaching purposes/reproducción con fines didacticos.

La crítica periodística de la ciudad de Chicago, en 1893, elogió la calidad del Pabellón de Venezuela y la calidad artística de sus esculturas exteriores, en los siguientes términos: «The Venezuela building is an extremely pretty bit of architecture, a delicate gray in color, relieved with green and gilt. The main portion of the structure, the front of which is ornamented with rows of square fluted columns, is flanked by a wing on either side, the dome-shaped roofs of which are surmounted by two bronze statues, one of Columbus, the other of General Bolivar, the liberator of the South American Latin republics. They are both from the studio of Sig. Turini, an Italian sculptor, who at present resides on Staten Island. And the sculptor has every reason to felicitate himself upon the merit of his work. Both figures are admirable pieces of work, instinct with dignity and vitality. Sig. Turini's Columbus particularly merits attention, as it has been pronounced by many good judges to be one of the most satisfactory statues of the great admiral which has been exhibited in connection with the Columbian exposition. Certainly it seems to almost defy criticism.  The pose is spirited, the face strong and characteristic, and from whichever side it is viewed, it gives the impression of a powerful, well-balanced figure» (TRUMAN, Benjamin Cummings, History of the World's fair; being a complete description of the World's Columbian exposition from its inception, Chicago, 1893, Chapter VIII, “Brazil and Venezuela”, pp. 543-545) 

Este pedestal quedó conformado por una estructura de seis metros de altura, calculada para soportar los 907 kilos del peso de la estatua de El Libertador, obra del escultor ítalo-estadounidense Giovanni Turini (1848-1899), y realizada en Nueva York 1893, para ser colocada en el Pabellón de Venezuela, en la Exposición Universal de Chicago.  En esta concreción escultórica, Turini siguió el ideal clásico de sus maestros al conjugar en la misma elegancia, sobriedad y perfección técnica.




Estatua de El Libertador Simón Bolívar y pedestal diseño del Arquitecto Fruto Vivas, Lobatera, 1956 (Foto: Carlos Alviárez Sarmiento, 2015/Proceso de restauración, Darío Hurtado, 2015, reproducción con fines didácticos).


Consta de una elevada plataforma con tres aristas, que generan un triángulo equilátero a manera de acropodio. Sostenido a su vez por columnas exentas perpendiculares que, al generar la forma de triángulos, convierten el pedestal en un trípode de pronunciada verticalidad. Todo recubierto con mármol gris nacional. 


«CONSTRUYÓ/OVENCO». Placa dejada por la empresa del lobaterense Tíbulo Gómez Mora que realizó la construcción de la Plaza Bolívar de Lobatera, en los años 1955 y 1956 (Foto Darío Hurtado, 2015, reproducción con fines didácticos). Esta placa desapareció o fue sustraída de su lugar, en el mes de mayo de 2016.


La verticalidad resultó del producto del cálculo hecho por el arquitecto en cuanto a la escala necesaria para la conservación de la visual de las proporciones normales del bronce (que tiene una altura de 2,76 m), visto por un observador que se encuentre al nivel del piso de la plaza. 




Panorámica del diseño y arquitectura del Parque Bolívar de Lobatera, visto desde oriente hacia su occidente, captada en la tarde del 7 de diciembre de 1956. Foto: (en Solemne Inauguración de la Plaza y del Monumento al Libertador Simón Bolívar, Lobatera 7 de diciembre de 1956, Imprenta del Estado, San Cristóbal, 1957, s/n). 


Las obras de remodelación de la plaza fueron realizadas por la Constructora «Ovenco», perteneciente al lobaterense Don Tíbulo Gómez Mora, quien dejó una pequeña placa con el nombre de la empresa, junto a la base central del muro ornamental de la glorieta.




«G. Turini/Scultore/1893». Firma del escultor Giovanni Turini (1841-1899) en la peana de la estatua de El Libertador Simón Bolívar, Plaza Bolívar de Lobatera. Giovanni Turini había nacido en Castelrotto, cerca de Verona, Italia, el 23 de mayo de 1841 y falleció en Morningside, Nueva York, el 27 de agosto de 1899. Está enterrado en el cementerio de Kensico, Nueva York (Foto: Darío Hurtado, 2012, reproducción con fines docentes).




Igualmente, coincidió la donación de la estatua pedestre a Lobatera, con una práctica nacional de la época del Gobierno del General Pérez Jiménez, la cual disponía que todas las plazas Bolívar de Venezuela debían de tener una representación de El Libertador, en el siguiente orden: capitales de Estado, una estatua ecuestre; capitales de Distrito (hoy Municipios), una estatua pedestre; capitales de Municipios (hoy parroquias), un busto. Práctica, al parecer, tomada como ejemplo de un regulación de Bolivia de 1825 que establecía que en cada capital de departamento se erigiese una estatua pedestre de El Libertador y otra en busto del Mariscal Antonio José de Sucre.    


5 de abril de 1956

Por acta del Concejo Municipal del Distrito Lobatera y por tradiciones orales recogidas, se conoce que el 5 de abril de 1956, entre cinco y seis de la tarde, llegó a Lobatera la estatua de El Libertador, procedente de Caracas. Aún sin iniciar las obras (suceso que se daría en junio de 1956) de la antigua plaza, en abril de 1956 la estatua de El Libertador era trasladada a Lobatera. Resultando éste, el quinto traslado o movilización de su historia (los cuatro primeros fueron Rhode Island-Nueva York; Nueva York-Chicago; Chicago-La Guaira; La Guaira-Caracas).

Don Asdrúbal Padrón (quien en los años siguientes llegó a ser Presidente del Concejo Municipal del Distrito Lobatera) fue la persona comisionada para trasladar la estatua en una camioneta con tolva, y de su propiedad.

Al llegar al sitio de Quebraditas (en las proximidades de la población de Michelena), el artístico bronce fue recibido por parte de la Junta Pro-monumento presidida por Don Carlos Rubén Alviárez, quienes en compañía de la Banda Sucre de Lobatera y la Banda de Ureña, invitada al evento, continuaron en caravana hasta la entrada de Lobatera.

En la avenida Pbro. Pedro María Morales, en su intersección con la carretera Panamericana, la esperaban las autoridades civiles, eclesiásticas y militares del Distrito. La estatua de El Libertador Simón Bolívar hizo su entrada a Lobatera el 5 de abril de 1956.


10 de abril de 1956

Después de un desfile de las unidades educativas de Lobatera, y a cuya cabeza iba la banda marcial infantil del Grupo Escolar "Ciudad de Carúpano", se realizó una sesión solemne del Concejo Municipal del Distrito Lobatera y un acto especial, con presencia del Teniente (r) Andrés Roa Ramírez quien fue comisionado por el Concejo Municipal del Distrito Federal para la entrega formal la estatua pedestre al ayuntamiento lobaterense. Asimismo, la Junta Pro Monumento estuvo representada por su presidente Don Carlos Rubén Alviárez, En este acto todas las autoridades civiles, militares y eclesiásticas realizaron la primera ofrenda floral ante el bronce de El Libertador, instalado provisionalmente en el centro de la vieja glorieta de la plaza Bolívar, construida en 1930. En este primer acto y ofrenda en memoria de El Libertador, realizado ante la estatua donada por la Municipalidad de Caracas, actuó como orador de orde el historiador lobaterense Don Marco Figueroa.




Acto especial de homenaje y entrega formal de la estatua de El Libertador, por parte del Teniente (r) Andrés Roa Ramírez, representando al gobierno del Distrito Federal, celebrado el 10 de abril de 1956, luego de la instalación de su estatua pedestre  en la antigua glorieta de la Plaza Bolívar de Lobatera, e inicio de los trabajos de construcción del nuevo parque. Los miembros de la Comisión Pro-Parque Mons. Manuel García Guerrero y Don Carlos Alviárez, presentan una corona de flores, en nombre de la comisión (Foto: Foto perteneciente a Hernando Ruiz, ya fallecido y facilitada por su hijo Juan Manuel Ruiz para el trabajo de recopilación de fotos históricas de Lobatera, realizado por Darío Hurtado, 2 de julio de 2016).




Desfile de la banda de guerra, alumnos y profesores del Grupo Escolar "Ciudad de Carúpano" y del Colegio parroquial "Niño Jesús", y aspecto de la plaza Bolívar antes de su remodelación, en la ofrenda floral ante la estatua de El Libertador, en el acto del 10 de abril de 1956. Al fondo, la blanca pared de la antigua casa de la Prefectura y de la Policía (Foto: Carlos Alviárez Sarmiento/Darío Hurtado, 2018).


Precedida de un desfile cívico-militar, fue instalada en el centro de la glorieta, frente a la iglesia parroquial, mientras finalizaban los trabajos de construcción del parque.

Pocas semanas antes de la inauguración oficial, y ya finalizada la estructura del pedestal, por medio de andamios escalonados de madera (tomados prestados de la construcción de la iglesia parroquial) y poleas que permitieron el ascenso de la estatua hasta la base del pedestal, la estatua de El Libertador quedó fijada en su nueva ubicación, y como se observa en la actualidad: en actitud de Jefe de Estado y de los ejércitos, absolutamente épico, inmovilizado por el bronce. 



El ciudadano Gobernador del Estado Táchira, Dr. Antonio María Pérez Vivas, en representación del Presidente de la República de Venezuela, General de División, Marcos Pérez Jiménez, y junto a su tren ejecutivo y autoridades municipales, inaugura la nueva Plaza Bolívar de Lobatera, el 7 de diciembre de 1956 (Foto: Carlos Alviárez Sarmiento, 2015/Proceso de restauración, Darío Hurtado, 2015, reproducción con fines didácticos).


7 de diciembre de 1956

El proyecto iniciado por la Comisión Pro-parque, llegó a buen término y a las 7:00 pm, del día viernes 7 de diciembre de 1956, el Gobernador del Estado Dr. Antonio María Pérez Vivas, en nombre del Presidente de la República, General de División Marcos Pérez Jiménez, y en compañía de las autoridades del Concejo Municipal del antiguo Distrito Lobatera presidido por Don Jesús María Ramírez, en la esquina del parque que hace el cruce de la carrera Bolívar o 4 con calle Bermúdez o 6, cortaba la cinta tricolor, dejando inaugurada oficialmente la remodelada Plaza Bolívar de Lobatera. De seguido, develó la estatua a los acordes marciales del Himno Nacional y del Himno del Estado Táchira, interpretado por la Banda Sucre dirigida por Don Juan Jesús Ospina.

En la Memoria y Cuenta que presentará el ciudadano Gobernador del Estado Táchira, Dr. Antonio M. Pérez Vivas, a la Asamblea Legislativa en junio de 1957, al referirse a la Plaza Bolívar de Lobatera, especificaba: 



«Esta plaza fue construida sobre una superficie de 3.630 m2 distribuidos en acera y avenidas centrales con pisos de loseta de concreto, 13 bancos de granito, zonas verdes, espejo de agua con cuatro reflectores subacuáticos y glorieta. Se colocó una estatua del Libertador sobre pedestal moderno, forrado en mármol nacional. La iluminación se hizo con 16 postes ornamentales y 7 reflectores de pie. Se efectuó la arborización y construcción de jardines con sus respectivos brocales; se hicieron los muros ornamentales de piedra canteada. El costo total de esta obra es de ciento cuarenta  mil cuatrocientos noventa bolívares con treinta y siete céntimos».



Plaza Bolívar de Lobatera, 1958 (Foto: Carlos Alviárez Sarmiento, 2015/Proceso de restauración, Darío Hurtado, 2015, reproducción con fines didácticos).




Estatua pedestre de El Libertador en la Plaza Bolívar de Lobatera, vista en perspectiva superior (Foto: Darío Hurtado, 2021). 


Intervenciones realizadas al diseño original del parque, creado por el arquitecto Fruto Vivas, en 1956

     
     1. Sustitución del espejo de agua por una fuente luminosa y luminarias.

En enero de 1965 se reforma el espejo de agua, manteniendo su forma triangular pero convirtiéndolo en una imponente fuente luminosa, enrejada, con chorros centrales cuya presión elevaba el agua a una altura de cinco metros. Asimismo, en 1969, se sustituyen todas las altas luminarias de 1956 por luminarias semiesféricas de briseras blancas y aluminio, de idéntico tamaño.





Panorámica del Parque Bolívar captada desde su ángulo sur-occidental, en 1965. Se aprecia el enrejado de la primera fuente luminosa, recién instalada y las antiguas luminarias de 1956 (Foto: Marco Figueroa S., 1965).


     2. Se se reforman los pisos y se cubren los muros ornamentales

En 1970, la Municipalidad ordena la sustitución de los pisos del parque, sólo en el área de los laterales o andenes, cambiándose las formas geométricas de 1956 (que sólo se conservaron –en esta oportunidad- en el área central del parque) por formas cuadrangulares, separadas por hileras de ladrillo macizo.

Asimismo, en las áreas verdes se siembran nuevas especies de árboles y las mismas son limitadas por brocales romos de concreto que se pintaron en color rojo carmesí.

Los muros ornamentales de 1956, elaborados en piedra canteada con reflectores de colores incrustados entre los mismos y ubicados en los laterales norte y este, así como alrededor de la plataforma de la glorieta para la banda, frente al templo parroquial, son recubiertos en su totalidad con un friso corrido, el cual se pintó en color verde claro.





Plaza Bolívar de Lobatera, 1974 (Foto: Cristian Sánchez, 1974, reproducción con fines didácticos).

  
   3. Nuevo cambio de pisos y restitución de las piedras de los muros ornamentales

En 1983, por intervención del Ejecutivo regional, se levantan nuevamente, esta vez en su totalidad, todas las losas de cemento de los pisos del parque, siendo sustituidas por placas de concreto cuadrangulares, separadas por especies de flejes de ladrillo macizo.

Asimismo, se retiran los frisos que cubría los muros ornamentales, y se les devuelve el aspecto original, que tenían en 1956.



   4. Instalación de una fuente ornamental con pila y tres piletas, y construcción del boulevar entre el templo parroquial y el parque.

En 1993, por iniciativ1a de la Alcaldía, la fuente luminosa de 1965, ya inactiva, es desmantelada y sustituida por una fuente o pila ornamental de piletas coronadas por una escultura alegórica.

Por igual, siguiendo una moda urbanística aplicada en varias ciudades y pueblos del Estado Táchira por el Ejecutivo regional, se cierra la calle que separa la plaza de la iglesia, se enlosa con cemento y ladrillo, y se convierte -funcionalmente- en un boulevar peatonal, quedando unida la plaza al atrio de la iglesia.


     5. Sustitución de las luminarias de 1970 por faroles clásicos, enrejado de las áreas verdes y transformación en jardinería.

En 1995, la Alcaldía de Lobatera, a través de un proyecto presentado al Ejecutivo nacional y aprobado por éste, realiza un proceso de adecuación de fachadas, zócalos de colores alternos y aleros de casas así como el levantamiento de las aceras de las calles con ladrillo macizo, en el centro histórico del poblado, siguiendo en todo un estilo arquitectónico neocolonial.

El proyectó incluyó, por igual, la sustitución de las antiguas luminarias de briseras del parque, de semiesferas blancas y aluminio, por faroles en hierro, de varios brazos y de corte clásico decimonónico. Asimismo, los antiguos espacios de áreas verdes son cercados con ladrillo macizo y se colocan a su alrededor unos enrejados en estilo forjado, transformándose en verdaderos jardines.

En cuanto a su uso, desde 1993, además de sus respectivas funciones cívicas y de recreación, el Parque Bolívar se ha utilizado como centro de espectáculos públicos para grandes masas, siendo el caso de la presentación de actividades musicales e instalación de equipos de sonido, en el marco de las ferias y fiestas de la población que se dan en el mes de septiembre, y en las actividades propias de las temporadas de diciembre y carnaval.



    6. Transformación del espacio de la glorieta en plataforma o tarima y primera restauración técnica de la estatua de El Libertador

En el 2003, la Municipalidad finaliza la construcción de una amplia plataforma con área subterránea para depósito, destinada a espectáculos. La misma, recubierta con un enlosado en ladrillo macizo cuadrangular o el conocido en la región como «ladrillo tablita», de origen colonial español, se erigió sobre  el antiguo y tradicional espacio de la glorieta de la banda municipal de Lobatera. Esta obra, fue recubierta -en sus laterales y frente- con lajas de piedra, sin trabajar o pulir. 

En cuanto a la estatua, en septiembre de 2012, la Alcaldía de Lobatera gestionó el proceso de restauración de la estatua de El Libertador Simón Bolívar con el Taller de Conservación y Restauración de Homero Parra R., quien intervino la estatua, por primera vez de forma técnica, restaurando la pátina y la presentación original de 1893, finalizando los trabajos en el mes de octubre del referido año. Posteriormente, se hizo una intervención lumínica básica en la peana del pedestal, si bien la misma no resulta acorde con un sistema de iluminación de la estatua que no altere el diseño original de la misma y del pedestal.




Estatua de El Libertador Simón Bolívar, en la Plaza Bolívar de Lobatera, luego de su primera y hasta la fecha única restauración entre los meses de agosto y septiembre de 2012. Se le devolvió la pátina original dada por el autor al bronce, en 1893 (Foto: Darío Hurtado, 2015, reproducción con fines didácticos).



Plaza Bolívar de Lobatera, 2015. Vista frontal del muro ornamental y tarima o plataforma, donde se ubicó la glorieta de 1930. En la sección izquierda de la imagen, en la pared de la Casa Cura, se observa la placa conmemorativa con la transcripción del acta de creación de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá de Lobatera., de 1774, y la cláusula con la obligación de correr seis toros en la plaza, en la fiesta patronal. (Foto: Darío Hurtado, 2015, reproducción con fines didácticos).





Plaza Bolívar de Lobatera, 2014. Vista desde el coro de la Iglesia parroquial, de la sección superior de la antigua glorieta, convertida en tarima o plataforma (Foto: Darío Hurtado, 2014, reproducción con fines didácticos).



Bien de interés cultural del Municipio y de la Nación

2009

El 24 de julio de 2009, la Alcaldesa de Lobatera, Abog. Natalia Chacón, firmó el Decreto N° 4 por medio del cual se declara Patrimonio y Bien Cultural del Municipio Lobatera a la estatua de El Libertador –y su pedestal- que se encuentra en la plaza Bolívar de la población de Lobatera, Estado Táchira.


2010

Asimismo, la Plaza Bolívar y la estatua, fueron declaradas como Bien de Interés Cultural de la Nación al ser incorporada al Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2010/TA 17-18, p. 39 en concordancia con lo dispuesto en la Declaratoria Nº 003-2005, del Ministerio de la Cultura, Consejo Nacional de la Cultura, Instituto del Patrimonio Cultural, de fecha 20 de febrero de 2005, publicada en la Gaceta Oficial de la República, Nº 38.234, de fecha 22 de febrero de 2005.






Plaza Bolívar de Lobatera
. Aspecto actual, en el 60 aniversario de su remodelación (Foto: Darío Hurtado, 2016)





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