Un desconocido en la historia tachirense
El Presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy dijo: "A una nación se le conoce por los hombres que produce, pero también por los hombres a quienes honra" (Profiles of Courage, 1956). En el Táchira, ni lo uno, ni lo otro.
¿Las causas? En épocas de crisis
sociales, los principios fundamentales que formaron a una
nación, se relegan, se etiquetan -por conveniencia- como 'reaccionarios' y se olvidan. De ahí la necesidad de traer del pasado las
figuras señeras que dieron forma y consistencia a las nociones esenciales sobre
las cuales descansan los cimientos no-visibles de nuestra sociedad tachirense, del país tachirense.
Proyecto Experiencia Arte, con la idea de ser
también una fuente de información sobre la herencia cultural intangible dejada
por grandes pensadores, inicia una serie de publicaciones dedicadas a nuestros valores humanos.
Una breve biografía así
como extractos claves de su obra, son presentados como una forma de resarcir la
poca o nula atención que se le presta a la lectura y estudio del pensamiento de
los fundadores del Táchira moderno.
La vida del sabio Asisclo Bustamante, un hombre del siglo
XIX, un tachirense inmortal, es prácticamente desconocida. El escaso conocimiento que
de él se tiene, no resulta un indicador acertado sobre sus méritos, sobre la integridad
y verticalidad de su pensamiento, ni sobre la clave de su obra: nunca desasociar la educación y el desarrollo
del pensamiento crítico, del proceso constructivo de un mundo democrático y moderno,
frente a una sociedad que no superaba el "carujismo", verdadero atavismo y rémora del militarismo
post-independentista venezolano. Treinta y nueve revoluciones, entre 1830 y 1903, se sucedieron. Una verdadera lucha o enfrentamiento entre la ley de una republica civilista y la fuerza bruta de una república marcial.
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Doctor Asisclo Bustamante
(Lobatera, 1837- Mérida, 1901). Retrato en óleo sobre tela, 67,8 x 56 cm. Pintado por S. E. José Humberto Cardenal Quintero, en 1944. Se
encuentra en la Galería de Fundadores y Rectores de la Universidad de Los Andes (Foto: Universidad de Los Andes, Secretaría, Mérida, 2014, reproducción con fines didácticos).
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Firma autógrafa del Dr. Asisclo Bustamante, en ejercicio de sus funciones como Secretario General de Gobierno del Estado Soberano del Táchira, en 1880, refrendando la firma del Presidente Provisorio del Estado, el Dr. Arístides Garbiras (Archivo General del Estado Táchira, Decretos y decisiones de Gobierno, tomo III, 1880, Palacio de los Leones, San Cristóbal. Foto: Samir Sánchez, 2016). |
Sumario: Un desconocido en la historia tachirense; 1. Muere el Rector de la Universidad de Los Andes; 2. Sus primeros años; 3. Virtus et litterae... Virtud y letras, y una obra silenciosa; 4. Semblanza del Dr. Asisclo Bustamante; 5. Un cenotafio en su tierra natal. Créditos de fotografía.
1. Muere el Rector de la Universidad de Los Andes
El Dr. Emilio Constantino
Guerrero -quien junto al Dr. Samuel Darío Maldonado y el poeta Manuel Felipe Rugeles son considerados las tres figuras más descollantes de las letras y la literatura tachirense del siglo XX- luego de haber asistido a las exequias del Dr. Asisclo Bustamente, en
la ciudad de Mérida, escribió:
«El 7 de diciembre de 1901,
la Universidad
vistió de gasas fúnebres, las cátedras callaron por un momento sus elocuentes
lecciones y la numerosa juventud que en aquellas cristalinas fuentes bebía el
saber, rodeó silenciosa y triste un cadáver que era conducido a la última
morada./Un sentimiento de veneración hacia el ilustre muerto, se notaba en todos
los circunstantes./Cierto mutismo excepcional caracterizaba aquel convoy. No se
discutía entre los acompañantes, como en los entierros de los grandes creadores
de la ciencia, ni se hacían apasionados elogios o depresiones hirientes, como
ante el féretro de los jefes de partido: aquella urna parecía contener los
despojos mortales de uno de esos hombres que pasan la vida sencilla y
apaciblemente, pero en medio de la general estimación que sabe conquistarse el
propio mérito…/En verdad, el Rector de aquel ilustre centro del saber, el
modesto y virtuoso sabio cuyo nombre encabeza estas líneas, había muerto./Una
hepatitis aguda apagó aquella existencia, que había ardido para la verdad, para
la honradez, para el bien./La Patria perdía un hombre digno; las aulas un
maestro sabio; el hogar, un padre amoroso; la tierra de su cuna, un hijo
ilustre».
Según su acta de defunción, las honras fúnebres se hicieron en la parroquia El Sagrario de la Iglesia Catedral de la ciudad de Mérida y su cuerpo fue conducido al cementerio municipal de El Espejo, por el Pbro. E. Ramírez, cura interino.
2. Sus primeros años
El Dr. Asisclo Bustamante, nació el 17 de noviembre
de 1837 en la población de Lobatera (Estado Táchira-Venezuela).
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Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, fachada para 1900, Lobatera (Foto: Carlos Alviárez Sarmiento, 2002)
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Fue bautizado en la Iglesia Parroquial
de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá de su pueblo natal, en el mismo lugar donde -cuarenta y siete años después- sería bautizado Mons. Acacio de la Trinidad Chacón Guerra [1884-1978], primer tachirense en alcanzar la dignidad y el palio arzobispal, en 1928, como Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de la provincia eclesiástica de Mérida en Venezuela.
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Datos para que no se pierda la memoria...
Hay objetos del pasado tachirense que encierran sucesos y vivencias ya olvidadas y su último destino, en un país mnemocida o destructor de la memoria, parece ser olvido y aniquilación.
En la imagen fotográfica que se presenta, captada en la actual Capilla del Humilladero, se tienen dos ejemplos de algunos de ellos.
Allí se puede observar la pila bautismal de la parroquial de Lobatera de finales del siglo XVIII (la de menor tamaño). Como era la tradición, salió de las manos callosas y pacientes de viejos canteros que le dieron su forma de jofaina, al tallar rústicas piedras de la quebrada. Sirvió para cristianar, según el rito del bautismo, a muchos lobaterenses entre quienes destacaron educadores como el Dr. Asisclo Bustamente en 1837 (Primer rector tachirense de la Universidad de Los Andes) y médicos como el Dr. Ezequiel Vivas Sánchez en 1864 (fue Secretario privado del Presidente de la República [entre el 3 de enero de 1913 y el 19 de abril de 1914] y del Presidente electo y Comandante en Jefe del Ejército Nacional [entre 1914 y 1918], General Juan Vicente Gómez). La pila resistió al derrumbe del templo en el terremoto del 26 de febrero de 1849 y continuó en uso hasta el terremoto de 1875.
Una segunda pila bautismal en piedra natural impermeable, de mayor tamaño, se corresponde con aquella que cumplió funciones sacramentales entre 1875 y 1908, en la Iglesia de Lobatera. Fue mandada a hacer por el P. Gabriel Gómez, al reconstruir y ampliar el templo parroquial en 1876. En esta segunda pila bautizaron a personajes como Mons. Acacio de la Trinidad Chacón Guerra (en 1884), primer arzobispo tachirense de la Arquidiócesis de Mérida o la poetisa y defensora de los derechos políticos de la mujer tachirense y venezolana, Cora María Sánchez de Terán (en 1887), entre otros. Luego de las diferentes reconstrucciones y remodelaciones de la Iglesia parroquial, ambas pilas de piedra fueron trasladadas y colocadas junto a la de la Capilla del Humilladero.
En una segunda imagen fotográfica, se observa la actual pila bautismal encargada por el P. Pedro María Morales a los Estados Unidos, en 1908. Es la tercera pila parroquial. De forma octogonal con cubierta abovedada y apoyada sobre un pedestal, está artísticamente trabajada en escayola, madera y porcelana. Su diseño sigue un estilo que combina trazas neorrománicas y neobarrocas, y refleja el gusto imperante en el arte religioso estadounidense de principios del siglo XX. Aún permanece en uso en la iglesia parroquial de Lobatera y fue restaurada en 2006, por iniciativa y aporte económico de feligreses y demás miembros de la comunidad parroquial, luego del ataque vandálico de agosto de ese año que sólo afectó algunas partes de su estructura ornamental (Fotos: Darío Hurtado, 2018).
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Con las
aguas lustrales, le fue impuesto el cristiano nombre de José Asisclo del Carmen. Fueron sus padres Eustoquio Bustamante y
Visitación Rosales y sus abuelos paternos, José Nicolás Bustamante y Eleuteria
Cárdenas. Sus abuelos maternos Vicente Rosales y Florentina Medina. Sus padres se habían casado en Lobatera el 22 de junio de 1831, de donde eran naturales y vecinos, y habían solicitado la dispensa canónica al Obispado de Mérida de Maracaibo, por tener el tercer grado de parentesco.
Sobre su abuelo paterno, se conoce su firma y rúbrica, de trazo legible y caligráfico, en documento de compra-venta de fecha 6 de agosto de 1804. En el mismo se certificaba la compra que hacía a Mateo Medina, de un amplio terreno con casa de teja, trapiche, cañaverales y platanales, en el sitio de El Cabuyal (o La Hacienda), en las inmediaciones de la población de Lobatera (Registro de Escrituras y Tratos Públicos de la Parroquia de Lobatera que pasan ante el Teniente de Justicia Mayor José Joaquín Pérez, Tomo III, 1801-1805, Registro Subalterno del Municipio Lobatera).
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Firma y rúbrica de José Nicolás Bustamante, abuelo paterno del Dr. Asisclo Bustamante. Junto a la misma, la firma de Ceferino Hernández, quien ejercía las funciones de maestro de la escuela primaria de Lobatera, para la fecha (Foto: Samir Sánchez, Registro Público Subalterno del Municipio Lobatera, tomo III, años 1801-1805, reproducción con fines didácticos). |
El Dr. Asisclo Bustamante, realizó sus primeros estudios en los bancos
escolares de la escuela primaria de Lobatera, creada por el Presbítero Bachiller Pedro José
Casanova en 1803, y cuyo maestro era pagado con el aporte de los hermanos de la
Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Esa pasión por la
educación y formación de las nuevas generaciones le vino de la familia
Bustamante, por cuanto la escuela parroquial funcionaba en un amplio salón -que hacía esquina con dos calles principales- de la casa
de sus abuelos paternos.
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Firma y rúbrica del Presbítero Bachiller Pedro José Casanova (Lobatera, mediados del siglo XVIII-Lobatera, 1833) en documento del año 1803. El Padre Casanova estudió y obtuvo el grado canónico de presbítero bachiller en el Seminario y Universidad de San Buenaventura de Mérida, y fue compañero de aulas de otros sacerdotes que ejercieron en el Táchira como los presbíteros Tomás Manuel Sánchez, Gabriel José Pineda, Valentín Contreras y José María Zambrano. Asimismo, en el documento se observa la firma de Don Joseph Joachín Pérez, Teniente de Justicia y Notario Público de Lobatera para la fecha. Este personaje local tuvo una destacada actuación en el levantamiento de los comuneros de junio de 1781. Foto: Samir A. Sánchez, Registro Público Subalterno del Municipio Lobatera, tomo III, años 1801-1805, reproducción con fines didácticos. |
Por ello, motivado por el maestro Pedro Tomás Vivas, preceptor para 1844 y el párroco de la época, el Padre José Amando Pérez, quien impartía las clases de religión y gramática castellana, se interesó desde temprana edad en el conocimiento de la filosofía, la teología y la cultura clásica así como en los principios más humanistas de virtud y letras a través de la lectura de la Ratio atque Institutio Studiorum Societatis Iesu (libro que conservó siempre en su biblioteca, según lo constató el Dr. Emilio Constantino Guerrero, en visita que le hiciera, como estudiante, al Dr. Bustamante, en su casa en 1897 en compañía de los estudiantes Gonzalo Bernal y Víctor Manuel Ramírez) o pedagogía de la Compañía de Jesús, aconsejada por sus maestros. El Dr. Bustamante entendió la virtud como la práctica de un paradigma o modelo ejemplar -como lo entendían los antiguos griegos cuando decían: 'la virtud no se puede enseñar, solo demostrar'- y las letras como el cultivo de la inteligencia creadora.
3. Virtus et litterae... Virtud y letras, y una obra silenciosa
Luego del trágico terremoto que destruyó a Lobatera,
el 26 de febrero de 1849, sus padres emigraron a la ciudad de San Cristóbal,
donde continuó sus estudios, junto con su hermano mayor Juan de Dios Bustamante [quien nació en Lobatera el 23 de mayo de 1835 y fue bautizado el día 24 ], graduándose en el Colegio San Agustín.
Una vez obtenido su Bachillerato en Filosofía, en mayo de 1860, se inicia como estudiante de la
Universidad de Mérida, primero en la Facultad de Ciencias Eclesiásticas donde cursa diversas asignaturas como cánones, Lugares teológicos, Instituciones e Historia Eclesiástica, y luego de 1864 en la carrera de Derecho, teniendo como compañero de estudios a Santiago Briceño, quien sería el primer presidente del Colegio de Abogados del Estado Táchira, creado el 5 de julio de 1900.
Asisclo Bustamante interrumpe sus estudios universitarios en varias
oportunidades para regresar al Táchira, especialmente en 1869, cuando retorna
por contundentes razones familiares: el asesinato de sus padres y un hermano.
Así, y orientados por la formación recibida en el hogar, resumida en parte en los viejos refranes castellanos que recitaba la madre sobre los niños que no se corregían desde su infancia: «Árbol que nace torcido, nunca su rama endereza./Pues hace naturaleza del vicio que lo ha torcido», los hermanos Juan de Dios y Asisclo Bustamante, se dedican a la educación primaria en el ejercicio de la docencia y, en noviembre de 1864, fundan una Escuela de Educación e Instrucción en Táriba y luego en Capacho, lugar donde tendrían como alumno al joven Cipriano Castro, futuro Presidente de los Estados Unidos de Venezuela (1899-1908).
En 1870, en una época cuando publicar obras en la provincia resultaba una empresa en extremo difícil, conjuntamente con Juan de Dios, presenta sus libros como el «Compendio de Gramática Castellana para uso de las escuelas del Táchira
y del Norte de Santander», y en 1873 «Lecciones de Sistema Métrico Decimal» y «Compendio
de la
Constitución Nacional».
Caracterizado por su vida disciplinada y austera, era el Vir marmoreus republicano que describiera Cicerón o el Catón prematuro de la oratoria de El Libertador. Practicó por igual la «eutrapelia» o la virtud olvidada, en el sentido aristotélico (Ética Nicomaquea IV.8, 1127b33-1128b7) de la palabra, entendida como el equilibrio perfecto entre el hablar del sabio y del necio. Se casó con la señora María Concepción Susana Ovalle Albarado [nacida en Mérida el 11 de agosto de 1845, hija de Vicente Oballe y Tomasa Albarado], en la casa del padre de la novia, el día 15 de mayo de 1872 [ante el Provisor del Arzobispado Pbro. Dr. Francisco Mas y Rubí] y recibió las bendiciones nupciales en la Catedral de Mérida el 24 de julio de 1872. Tuvo dos hijas, la mayor de nombre Mercedes [Nacida en 1872 y fallecida en 1919, casada en Mérida, el 1 de septiembre de 1898 con el señor Rafael Briceño Paredes] y María Constanza de Jesús de la Merced [Nacida en San Antonio del Táchira el 21 de febrero de 1873 y apadrinada por su tío Juan de Dios Bustamante].
El Dr. Asisclo Bustamante, en su contexto familiar y social, fue educado en una religiosidad profunda y vivida sinceramente. Por ello, no es de extrañar que en los nombres que colocara a sus hijas evocara una y otra vez el recuerdo de su infancia y de las oraciones, de la madre a la advocación mariana de Nuestra Señora de las Mercedes o de la Merced, que es patrona menor de su pueblo natal, Lobatera, cuyas ferias y fiestas se celebran con gran alborozo cada 24 de septiembre.
Siempre manteniendo su deseo de superación, el Dr. Bustamante no desiste de sus estudios universitarios y los continúa, obteniendo, en 1872, el título de Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Mérida, y seguidamente el grado de doctor en Derecho.
Regresa a su tierra, al Táchira, a establecer su hogar y trabajar. Se conoce -por el acta de instalación y bendición del Hospital San Juan de Dios de la ciudad de San Cristóbal, el 20 de enero de 1874- que residía en la capital del Estado, por cuanto es mencionado en el referido documento como "Protector" del hospital, junto con su hermano Juan de Dios Bustamente. El 16 de abril de
1876, se distingue como abogado y como profesor fundador y Vicerrector del
Colegio Nacional de Varones de Segunda Categoría de San Cristóbal, origen del
prestigioso Liceo Simón Bolívar, hasta mayo de 1881 cuando es sustituido por
Núñez Gómez.
Al autorizar a un pariente para la venta de la casa paterna en
Lobatera, reconstruida después del terremoto del 18 de mayo de 1875, fija como
condición, en una de las cláusulas del documento, que se
mantenga para uso de la Escuela de Primeras Letras de Lobatera, el amplio
espacio del antiguo salón de clases (actual esquina nororiental del cruce de la
calle 6 o de Bermúdez con la carrera 5 o de Urdaneta). Así, este espacio sirvió
ininterrumpidamente como escuela, hasta principios de los años 30 del siglo XX.
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Esquina de la carrera 5 o de Urdaneta con calle 6 o de Bermúdez, con las ruinas (para 1999) del salón y puerta de ingreso, de la antigua Escuela de Primeras Letras de Lobatera, y lugar donde estuvo emplazada la casa natal del Dr. Asisclo Bustamante. El lugar fue denominado por el Dr. Juvenal Anzola, durante su visita a Lobatera en 1912, como la Domus Sapientiae o Casa de la Sabiduría, pues para esa fecha la misma era propiedad y residencia de Don José Trinidad Mora Vivas (Lobatera, 1844- Lobatera, 1931). Este personaje fue conocido por sus contemporáneos como "La Eminencia de Lobatera" o "El Tulio Febres Cordero de Lobatera". Fue educador, ensayista, tipógrafo, periodista, registrador municipal y literato. En 1894, con motivo del inicio de las celebraciones del Centenario del nacimiento del Gran Mariscal de Ayacucho, General Antonio José de Sucre, fundó la Imprenta "Aurora" e inició la edición del famoso periódico "El Campesino", que editó e imprimió ininterrumpidamente hasta 1916. Para la fecha de la visita, una sobrina de Don José Trinidad Mora, la Srta. Ofelia Mora Márquez, era la maestra de la escuela de primeras letras de Lobatera (Foto: Antonio Enríquez, 1999). |
Según el periódico "El Tachirense" de 1878, el Dr. Asisclo Bustamante presidía la Corte Superior de Justicia junto a los abogados Ramón Andrade y Félix Román. Asimismo, por un acta publicada por la Imprenta Oficial del Estado Táchira, en 1880, se conoce que el Dr. Asisclo Bustamente junto con su hermano el Bachiller Juan de Dios Bustamante y el Presbítero Bachiller Gabriel Gómez párroco de la Villa de Lobatera, formaron parte del grupo de profesores y ex-estudiantes tachirenses de la Universidad de Mérida quienes, el 17 de junio, presididos por Mons. Acevedo Vicario Capitular de la Villa de San Cristóbal, se reunieron en la casa cural de San Pedro de Capacho (Independencia) para rendir un homenaje de recuerdo y gratitud a la Ilustre Universidad emeritense.
Asimismo, para 1880, ejerció los cargos de Juez Superior del Estado y de Secretario General de Gobierno del Estado Táchira (Archivo General del Estado Táchira, año 1880, tomo IX).
Para fines del siglo XIX, las escisiones y odios
banderizos, convulsionaron el orden y la convivencia social en el Táchira.
Facciones de conservadores y liberales, que intentaban mantener el poder local
así como los privilegios políticos o económicos que daba la complicidad con el
poder central de Caracas, a través de los Delegados Nacionales que enviaba el
Presidente Guzmán Blanco, daban origen a un constante estado de llamamiento a
las armas, ante los sucesivos asaltos y saqueos a las poblaciones del interior
del Estado.
Como ejemplo de ello, se tiene que, en enero de
1887, fuerzas conservadoras de Capacho Nuevo (Independencia) atacaron al pueblo
de Borotá (parroquia Constitución del Municipio Lobatera) y lo saquearon;
semanas después otro grupo armado de Capacho Nuevo, sumado a un grupo de
conservadores tachirenses que provenían de la frontera colombiana, donde se
encontraban exiliados, capturó al pueblo de Lobatera, saqueándolo por igual.
Esta situación, tan diferente y opuesta a la calma
y tranquilidad que requiere la paciente y continua educación -como la de los hesicastas griegos- de la mente y el
espíritu de una sociedad, le hizo tomar la determinación de regresar a
residenciarse en la ciudad de Mérida en 1887, iniciando su carrera como
catedrático de la Universidad de Los Andes, en 1888.
Así, el 11 de marzo de 1888 era electo Vicepresidente de la Facultad de Ciencias Políticas
(Derecho) de la
Universidad de Mérida y luego ascendería a la presidencia de la Facultad en 1897. Preside
y organiza la Junta de Rescate y Auxilio a los afectados de la
parroquia El Llano, de Mérida, por el terremoto de Los Andes, de 1894. En 1895, por igual, es miembro de la Junta Pro-reconstrucción de la Catedral Metropolitana de Mérida.
Al Dr. Asisclo Bustamante, le correspondió dar el
discurso de orden el 27 de octubre de 1889 cuando se inauguró la Biblioteca de
la Universidad de Los Andes, siendo uno de los profesores que donó libros para
la conformación de la misma, la cual en sus inicios alcanzó a contar con 1.436
volúmenes.
El Dr. Tulio Febres Cordero recuerda que, para 1892, el Dr. Asisclo Bustamante, en sociedad con el presbítero José de Jesús Carrero y el señor Eloy Quintero, promovieron la formación de una compañía anónima para implantar la industria de cría de gusanos, telares y confección de tejidos de seda en los Andes venezolan0s, quedando sólo en proyecto de empresa, por cuanto no contó con los apoyos necesarios para consolidarse. Asimismo, que para 1895, formó parte de la Junta Pro-reconstrucción de la Iglesia Catedral de Mérida, afectada por el terremoto de 1894. La junta, presidida por Monseñor Antonio Ramón Silva, Obispo de Mérida de Maracaibo, estuvo conformada por los presbíteros Juan Ramón Chaparro y José Trinidad Colmenares (coterráneo del Dr. Bustamante, por ser también natural de Lobatera) y los doctores Asisclo Bustamante, Genarino Uzcátegui y Carlos Lares.
Ejerció por igual funciones de representación política para 1900,
cuando es electo por el Cuerpo Superior Electoral del Estado Mérida, como
diputado, conjuntamente con el Dr. Ángel María Godoy, a la Asamblea Nacional
Constituyente y marcha a Caracas a cumplir la misión encomendada en
representación del Estado Mérida.
El 19 de abril de 1901, luego que el Ejecutivo Federal presidido por su antiguo alumno, el General Cipriano Castro, haciendo uso de la prerrogativa que le daba la ley universitaria guzmancista de 1883, lo designara, asumía el cargo de Rector de la Universidad de Los
Andes el Dr. Asisclo Bustamante, siendo el primer tachirense en ocupar tan alta posición en la academia emeritense.
El ilustre historiador tachirense, Dr. Ramón J.
Velásquez, refiere que el Dr. Bustamante mantuvo con el Presidente Castro, un
interesante epistolario, con un considerable número de consejos al nuevo
gobernante, sobre la forma más justa del ejercicio del gobierno para todos, en
paz y concordia cristiana, según las orientaciones del antiguo maestro.
Asimismo, el Dr. Bustamante se mantuvo al frente de
la Facultad de Ciencias Filosóficas de la Universidad de Los Andes, como presidente, cargo
que ostentaba antes de ser designado rector.
Fue efímera la actuación del Dr. Asisclo Bustamante
al frente de los destinos de la Universidad de Los Andes, en el ejercicio del Rectorado.
Falleció en su casa de El Llano, en Mérida, llamada «Quinta Santa Bárbara», el 6 de
diciembre de 1901 a
causa de una hepatitis aguda. En palabras del Dr. Emilio Constantino Guerrero, al referir la muerte del Dr. Bustamante, evoca en 1905: «Como Rector de la Universidad de Los Andes, le sorprendió la muerte como el ocaso al sol, regando luz, difundiendo ideas». Antecedió en el cargo de Rector al Dr. Pedro de
Jesús Godoy Trujillo (1900-1901) y tuvo como sucesor al Dr. Juan Nepomuceno Pagés
Monsant (1901-1909).
4. Semblanza del Dr. Asisclo Bustamante
El Dr. Juvenal Anzola (en 1912), lo recuerda:
«No
fue militar el Doctor Bustamante, pero un hombre de su temple se vio en el caso
de servir en una de nuestras guerras la Jefatura del Estado Mayor de un ejército, y en un
combate cayó prisionero el cabecilla de los que asesinaron a sus padres, y al
verlo comparecer a su presencia, se tapó el rostro y profirió con autoridad a
los que lo traían, estas palabras: 'llévenselo, que no sepa donde está, antes
de que me tiente la venganza'./Hombre de tales convicciones, debía ser lo que
fue: espíritu que no tuvo vacilaciones; apóstol que cultivó inteligencias;
ciudad en la que magnificó los afectos del hogar y el culto de la patria».
Sobre el asesinato de los padres del Dr. Asisclo
Bustamente, ocurrido el 27 de mayo de 1869, se tiene que fue un hecho circunstancial
de un movimiento armado de exiliados que, ingresando a Venezuela por Cúcuta
(Colombia), intentaba derrocar a las autoridades del gobierno regional de la
sección Táchira del Estado de Los Andes.
Este movimiento, en palabras del General Francisco
Alvarado, parecía tener la aprobación de gran parte de los pueblos del Táchira,
pero el asesinato, conocido como de «Buena Vista», generó un repudio contra los
alzados en armas y el movimiento fracasó al no contar con ningún apoyo en los
pueblos tachirenses por los que pasó hasta llegar a La Grita donde fueron
derrotados.
«Buena Vista» era un caserío fronterizo próximo a
San Antonio del Táchira, allí tenía una pequeña hacienda la familia Bustamante
Rosales, de Lobatera. El crimen cometido, al cual hace referencia el Dr.
Anzola, fue narrado por el General Francisco Alvarado, en sus memorias en la
siguiente forma:
«Pero ¿cómo fue lo ocurrido en ‘Buena Vista’, que
tanto iría a desprestigiar el movimiento revolucionario? Una guerrilla de los
invasores llegó a la casa del señor Eustaquio Bustamante y bajo el pretexto de
solicitar armas, allanó la casa en horas avanzadas de la noche. Un joven de la
casa creyó que eran ladrones y salió a hacerle frente al grupo. Al encontrarse
con el oficial que mandaba la guerrilla avanzó para quitarle la carabina,
agarrados a ella dieron en tierra y cuando esto sucedía llegó el resto de la
gente e hizo fuego contra el joven Bustamante que cayó muerto; salió el padre
en defensa del hijo y los invasores ofuscados y enardecidos hicieron otra
descarga cayendo el señor Bustamante también muerto y su señora herida por un
proyectil. Este acontecimiento, funesto y desgraciado debió causar la
condenación de los invasores y de la revolución. El que mandaba esta guerrilla […]
de nombre Ángel Román, era de buena presencia, pero de funesta celebridad,
cruel y sanguinario».
El nombre del hermano menor del Dr. Asisclo
Bustamante, asesinado en Buena Vista, era Fernando y la anciana madre, falleció
meses después, como consecuencia de las heridas.
Por el libro de defunciones de la parroquia eclesiástica de San Antonio de Padua, de San Antonio del Táchira, por acta de fecha 28 de mayo de 1869, se conoce que el párroco Pbro. Camilo Otero hizo los oficios religiosos de funeral y sepultura, siendo trasladados al cementerio municipal los cuerpos del padre y el hijo asesinados.
Por nota marginal inserta en la referida acta, se conoce igualmente que el 4 de junio de 1879. los cuerpos de Eustaquio y Fernando Bustamante, con licencia superior eclesiástica, fueron exhumados y trasladados a la iglesia parroquial de San Antonio de Padua, donde recibieron cristiana sepultura, al pie del altar de Nuestra Señora del Carmen, según lo registró el Pbro. Carlos Ribera.
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Cenotafio del Generalísimo Francisco de Miranda, en el Panteón Nacional, Caracas, Venezuela (Foto: Wikipedia, 2014, reproducción con fines didácticos). |
5. Un cenotafio en su tierra natal
Los restos del Dr. Asisclo Bustamante, deben encontrarse
en una olvidada tumba del Cementerio Municipal de la ciudad de Mérida (Cementerio de El Espejo).
El único homenaje de reconocimiento que ha recibido en el Estado Táchira, se dio el 16 de septiembre de 1912 cuando el Ejecutivo Nacional creó dos escuelas federales en la ciudad de San Cristóbal. La primera de varones, llamada Escuela Federal Graduada Villafañe, y la segunda, de niñas, llamada Escuela Federal Graduada Bustamante, actual Grupo Escolar Bustamante. No obstante que el legado de rectitud y personalidad del Dr. Asisclo Bustamante, lo
haya convertido en uno de los ilustres tachirenses del siglo XIX, que cultivaron
los valores inherentes a las virtudes republicanas y cívicas.
Por ello, y como inscripción para el cenotafio que la
gratitud de un pueblo y de un Estado, deberían levantarle en su tierra natal, Lobatera,
en la Capilla
del Humilladero considerada como Panteón
de Lobaterenses Ilustres -por reposar allí las cenizas de hijos de
Lobatera, célebres- quedan las palabras de otro ilustre tachirense, el Dr.
Emilio Constantino Guerrero:
«Con su muerte, la Patria perdió un hombre digno;
las aulas un maestro sabio; el hogar, un padre amoroso; la tierra de su cuna,
un hijo ilustre».
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Capilla del Humilladero, Lobatera (entrada sur). Las antiguas casas de aleros, puertas y ventanales de madera, y teja española, ya desaparecieron (Foto: Cristian Sánchez, 1996). |
Créditos de fotografía | Credit: Images courtesy of
Proyecto ExpArt
quiere dar las gracias a los amigos e instituciones por permitir la
reproducción de sus fotografías con lo cual han contribuido a la
realización del presente estudio.
Universidad de Los Andes, Secretaría, Mérida
Grupo Escolar «Bustamante», La Ermita, San Cristóbal
T. S. U. Sigrid Márquez Poleo
Cristian Sánchez
Carlos Alviárez Sarmiento
Darío Hurtado
Antonio Enríquez
Wikipedia 2014
Bibliografía
Libro IV de Bautismos,
Partida 3.949, 1837-1843, Archivo eclesiástico de la Parroquia de Nuestra
Señora del Rosario de Chiquinquirá, partida de fecha 17 de noviembre de 1837.
Lobatera, Estado Táchira; Libro de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de
Chiquinquirá, Lobatera, Años 1774-1850, p. 95, Archivo Parroquial eclesiástico
de Lobatera; ALVARADO, Francisco, Memorias
de un tachirense del siglo XIX, Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses,
N° 14, Caracas, 1961, p. 141; ANZOLA, Juvenal, De Caracas a San Cristóbal, Biblioteca de Autores y Temas
Tachirenses, N° xx, edición facsimilar de la edición de 1913, Caracas, 1981, p.
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Acerca del autor
Samir A.
Sánchez es profesor de Historia del Arte y Métodos de Investigación en la
Universidad Católica del Táchira (San Cristóbal - Venezuela). Es autor, entre otras publicaciones, de San Cristóbal Urbs quadrata (2003) y Mors Memoriæ o la Extinción de la memoria
(2011).
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