Foto: Darío Hurtado (2020)
Presentación
Cuando Marco Tulio Cicerón, orador, político y escritor romano comenzó a percibir los primeros síntomas de la decadencia del ideal del estado romano, exclamó: "Monumenta vetera volvere" – Hay que volver a los antiguos monumentos, hay que releerlos. No en vano, monumento y memoria han compartido a través del tiempo una misma raíz etimológica, la palabra latina moneo que significa “recordar”. A partir de este principio, y desde finales del siglo XIX y una parte considerable del XX, se dio el desarrollo de la escultura pública o estatuaria de carácter conmemorativo en Venezuela y en el Estado Táchira, si bien en este último la estatuaria conmemorativa pública comprende un campo de trabajo escasamente desarrollado o desconocido.
Por ello, los monumentos públicos existentes en las ciudades y pueblos del Táchira, heredados de las sociedades que nos precedieron, aun cuando puedan llegar a alcanzar el calificativo de obras de arte, no pasarán de ser sólo eso: una herencia residual de otras épocas cuya escasa valoración, en muchos de los casos, no trasciende más allá del atavismo
formal de las fechas patrias. Fuera de ellas, los monumentos de nuestras plazas solo son simples objetos ignorados, en muchos casos improvisados y por demás desconocidos entre
la complicada trama urbana y comercial de las ciudades y poblaciones tachirenses del siglo XXI. De allí que no se apliquen procedimientos metódicos definidos para su datación, análisis, evaluación de su estado actual, ubicación, relación con el entorno y conservación.
formal de las fechas patrias. Fuera de ellas, los monumentos de nuestras plazas solo son simples objetos ignorados, en muchos casos improvisados y por demás desconocidos entre
la complicada trama urbana y comercial de las ciudades y poblaciones tachirenses del siglo XXI. De allí que no se apliquen procedimientos metódicos definidos para su datación, análisis, evaluación de su estado actual, ubicación, relación con el entorno y conservación.
Así, con el objetivo de fomentar los estudios de la estatuaria de los monumentos conmemorativos que se encuentran en los espacios públicos del Estado Táchira, se expone como modelo la presente crónica-estudio. A través de ella se intenta dar respuesta a las interrogantes planteadas por cualquier ciudadano quien, también en un día cualquiera, se ubique frente a la estatua de El Libertador en la plaza Bolívar de la población de Lobatera, capital del municipio del mismo nombre, en el Estado Táchira, y se pueda preguntar:¿quién
hizo esa estatua?, ¿por qué?, ¿cuándo?, ¿para qué? o ¿desde cuándo está aquí?
hizo esa estatua?, ¿por qué?, ¿cuándo?, ¿para qué? o ¿desde cuándo está aquí?
Dando respuesta a cada una de las interrogantes planteadas, tendremos los elementos necesarios para valorar, en toda su dimensión, la estatuaria del patrimonio monumental escultórico que, desde octubre 1912, con la instalación del primer busto de El Libertador cívico en la plaza Bolívar de San Cristóbal, se inicia y protagoniza los espacios públicos de las plazas y parques del Táchira.
El trabajo, publicado por la Universidad de los Andes (Mérida) puede ser descargardo en formato PDF, aquí: