jueves, 27 de junio de 2024

El cacao tachirense extrafino variedad "Lobatera" : su resurgir como patrimonio de la tierra y su gente │ The Revival of the Tachiran 'Cacao' (cocoa) Heritage in Lobatera





Foto: Paulino Guerrero, Lobatera (2024)



Mazorcas o vainas de cacao de Lobatera. Las mazorcas verdes son cacao criollo ancestral variedad Lobatera extra fino y las ocre son de la Variedad mestiza o Cacao forastero. El tallo que se observa en la imagen se corresponde con el de una planta de cacao criollo Lobatera (Foto, y para mayor información: Ing. Breiner Chacón @breinersad2006).





Lámina y foto didáctica elaborada por el Ing. Breiner Chacón, para Proyecto Experiencia Arte, sobre el proceso de selección y germinación de las almendras del cacao criollo Lobatera, en su emprendimiento familiar, de generaciones (Foto, y para mayor información: @breinersad2006).




Este es uno de los dos tipos de la variedad de cacao Lobatera. La primera, es la variedad verde-cacao criollo ancentral y la segunda rojo u ocre (imégenes) cacao criollo moderno. Ambas tienen u excelente rendimiento en condiciones óptimas de suelo, riego y clima, de alrededor de unas 2 toneladas de almendras secas por hectárea y año, además que su calidad es la de un cacao extrafino. Su adaptabilidad en terrenos de altura puede alcanzar hasta un rango entre los 1.100 y 1.300 m.s.n.m. (Información técnica e imágenes, Ing. Breiner Chacón, 2025)



Geografía del sabor: el ancestral cacao criollo Lobatera

Tierra, historia y aires de un aroma inmemorial...

Enclavadas donde las laderas noroccidentales de los Andes se abrazan con las llanuras australes del Lago de Maracaibo, las plantaciones del noroeste del Estado Táchira custodian un secreto de excepcional calidad. Allí, en un reducto geográfico singular, florecen granos de cacao criollo cuya estirpe es altamente apreciada, aunque su cosecha represente apenas un susurro (menos del 1%) de la producción nacional.

El arraigo de este fruto en la región es profundo, remontándose a la noche de los tiempos. Los hallazgos arqueológicos de la Dra. Reina Durán (1976-1992) traen a la luz la presencia del cacao en Táchira como fruto comestible y objeto de ofrendas rituales en la era pre-Hispánica, con evidencias que datan de la lejana cifra del 1000 a. C.

No obstante, fue el aliento del siglo XVII el que transformó la tradición en empresa. Las técnicas de cultivo extensivo y el refinamiento para su procesamiento en chocolate fueron injertadas por los españoles, quienes no solo trajeron su conocimiento, sino también la semilla de una de las variedades más exclusivas de Venezuela: el insigne cacao criollo.


La semilla de la Parada: Un legado fundacional


Esta crónica de siembras, cosechas y aromas comenzó a escribirse con nombre propio en el año 1634. Un documento de composición de tierras, custodiado en el Archivo Histórico de Mérida, certifica cómo el Regidor del Cabildo de San Cristóbal, el Capitán Rodrigo Sánchez de Parada, compuso —o legalizó— con la Corona, representada por Felipe IV, las vastas tierras de la margen izquierda aguas abajo del río Lobatera (actual Lobaterita) que se extienden desde el valle de Lobatera hasta las vegas del Grita y Guaramito.

En ese latifundio, el Capitán fundó su hacienda, bautizándola con su apellido: La Parada (hoy aldea La Parada, Municipio Lobatera). Fue allí donde introdujo las primeras semillas de caña de azúcar y cacao, iniciando una tradición que, aunque mantenida en un estilo artesanal y en pequeña escala, ha permitido que este noble fruto siga latiendo hasta nuestros días.

El "Cacao Lobatera" es un testimonio vivo de esa herencia. Forjado con manos artesanas, desprovisto de artificios e ingredientes artificiales, este chocolate busca preservar la continuidad de la pureza y la originalidad del "chocolate casero" heredado del tiempo de los nonos (abuelos). Fabricado "a brazo", es un referente de altísima calidad que se erige como un valioso patrimonio tangible e inmaterial del Táchira.

Por ello, los custodios actuales de este sabor, los productores del "cacao paradero", Osman y Alix de Labrador, a través de la voz de Proyecto Experiencia Arte y @tachiraheritage, extienden un fraternal y aromático ¡Saludo chocolatero!




Foto: Paulino Guerrero, Lobatera (2024)



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