"El Humilladero". Óleo sobre lienzo, 38x55 cm, Theo Mora (1982).
"Madrugada en Lobatera". Acrílico y óleo sobre lienzo, 61x46 cm, Jerson Trejo (1993).
Para que no se pierda la memoria...
Hay edificaciones y objetos del pasado tachirense que encierran sucesos y vivencias ya olvidadas y su último destino, en un país mnemocida o destructor de la memoria, parece ser olvido y aniquilación.
Uno de ellos es la Capilla del Humilladero, en Lobatera (Estado Táchira - Venezuela). Edificada en 1784 como capilla del primer cementerio que se construyó en las afueras de la población, pues los anteriores estuvieron dentro de la iglesia y en un solar aledaño a la misma, ha sido reedificada tres veces, en 1849, 1875 y 1965 pero manteniendo la planta y diseño original de la capilla colonial con campanario.
En su frente se había construido un humilladero. Este era una columna en piedra y mampostería rematada por una cruz. La misma fue colocada por un alcalde a fines del s. XVIII como seña o marca del lugar donde finalizaba el pueblo y comenzaba el campo -para efectos de ordenanzas- y a su vez era el punto de entrada y salida de Lobatera por el camino real de Mochileros, que iba hasta la Villa de San Cristóbal. La capilla, por estar frente a ese humilladero, comenzó a recibir ese mismo nombre.
Hay edificaciones y objetos del pasado tachirense que encierran sucesos y vivencias ya olvidadas y su último destino, en un país mnemocida o destructor de la memoria, parece ser olvido y aniquilación.
Uno de ellos es la Capilla del Humilladero, en Lobatera (Estado Táchira - Venezuela). Edificada en 1784 como capilla del primer cementerio que se construyó en las afueras de la población, pues los anteriores estuvieron dentro de la iglesia y en un solar aledaño a la misma, ha sido reedificada tres veces, en 1849, 1875 y 1965 pero manteniendo la planta y diseño original de la capilla colonial con campanario.
En su frente se había construido un humilladero. Este era una columna en piedra y mampostería rematada por una cruz. La misma fue colocada por un alcalde a fines del s. XVIII como seña o marca del lugar donde finalizaba el pueblo y comenzaba el campo -para efectos de ordenanzas- y a su vez era el punto de entrada y salida de Lobatera por el camino real de Mochileros, que iba hasta la Villa de San Cristóbal. La capilla, por estar frente a ese humilladero, comenzó a recibir ese mismo nombre.
Desde 1876 y ya perdida la función de capilla de cementerio, al clausurarse éste en 1849 luego del terremoto del 26 de febrero de ese año, fue dedicada por el párroco Pbro. Gabriel Gómez, a María Santísima bajo la advocación mariana de Nuestra Señora de Lourdes.
Del antiguo mobiliario de la capilla se ha podido conservar parte del mismo gracias a la acción de un grupo de aventajados estudiantes de la Escuela de Educación de la Universidad Católica del Táchira, quienes, entre 2011 y 2012, motivados desde la cátedra de Historia del Arte y Proyecto Experiencia Arte, se propusieron rescatar ese patrimonio no valorado y olvidado por los propios moradores del pueblo, y devolvérselos en condiciones que puedan durar muchos años más, para conservar la memoria de esos tiempos ya idos. Para estos estudiantes, nuestro gratitud por siempre.
Igual mención se debe hacer a los lobaterenses Sra. Odila Medina de Sandia, Carlos Julio Rosales, Ivanosky Ramírez, Javier Parra, Alcaldía de Lobatera y miembros del Consejo comunal del Humilladero, entre otros que escapan de nuestra memoria, quienes prestaron toda su voluntad y colaboración para el logro de esta empresa cultural.
Así, en la presentación, en archivo descargable, se puede conocer y seguir todo lo que fue este valioso proceso de restauración, único e irrepetible.
© Proyecto Experiencia Arte | Experience Art Project 2012-2023. Algunos derechos reservados. Los derechos de autor de texto y fotografías pertenecen a cada investigador, fotógrafo, grupo o institución mencionada.