viernes, 12 de mayo de 2017

La "Casona de las Sandoval": Un crisol de memoria en Lobatera │ The Sandoval Manor": A Crucible of Memory in Lobatera






Evocando al insigne poeta Don Antonio Machado, podríamos decir: "Mi infancia son recuerdos de un patio de Lobatera, y un jardín claro donde maduraron naranjos y limoneros." O, susurrando con la lírica de Lorca, que allí habitaban "castos rincones que guardan un viejo rumor de nostalgias y sueños."


Nos referimos a la antigua Casona de las Sandoval (residencia de la estirpe Sandoval Zambrano), una edificación que se erigió con tenacidad tras las cenizas del terremoto del 18 de mayo de 1875. Su noble silueta, sin embargo, fue desdibujada por el paso del tiempo y finalmente demolida en el año 1998.


Su alma constructiva nació del matrimonio de Don Macario Sandoval Mora (1864-1944) y Doña Juana de Dios Zambrano Buitrago (1875-1945), pilares de una prole extensa que se dispersó como las ramas de un árbol genealógico: Santiago (1895-1972), Juan de Dios (1897-1980), Rufino (1899-1989), Ascensión (1900-1901), Delfina (1901-1992), Ana Paula (1905-1978), Maximiana (1908-2004), Antero (1910-1957) e Irma Yocasta (1914-2007). 

La venerable casona, testigo silente, conoció el ciclo completo de la existencia: fue solar de alumbramientos, nupcias y tránsitos finales. Una porción de sus amplios aposentos se convirtió en eco de las cátedras. Sus muros custodiaron, durante la década de los treinta del siglo pasado, el saber impartido por las preceptoras en la Escuela Federal Graduada "Macabeo Maldonado".

Más de medio siglo de existencia estuvo insuflando vida en sus corredores, aquella algarabía infantil que resonaba con la dulzura de diciembre. Allí, la niñez de Lobatera fraguaba, en ensayos vespertinos, la liturgia del Paseo de los Pastores y el Día de Reyes, preparando sus voces para la aurora. Estos cánticos sublimes, crisol del espíritu navideño, eran la ofrenda que dignificaba las madrugadas de las Misas de Aguinaldo, bajo la guía férrea y el pulso sensible de la promotora cultural, dirigente político, concejal, Síndico Procurador Municipal, priosta de otroras solemnidades religiosas de la Inmaculada y del Sagrado Conrazón de Jesús y maestra eterna en las escuelas de los campos, de labores y de comercio, la señorita Delfina Sandoval Zambrano.


Los muros de la casona asistieron, inmutables, al fervor del vivir político democrático de la nación y a la gestación de ideales por la igualdad de derechos políticos de la mujer en la geografía tachirense. Fue en su estancia principal donde, apoyada en una sobria mesa de maderas talladas de finales del decimonono, se estampó la rúbrica del acta fundacional del antiguo Partido Socialcristiano Copei del Distrito Lobatera, sellando su compromiso el 21 de abril de 1946.

Hoy, la imagen de esa casona, sólo queda como un crisol de silencio y de una memoria que se difumina. Aquel espacio donde la madera y los ladrillos del piso susurraban al paso, la luz tramaba narrativas, y el incienso matutino de la cocina, confundido con los primeros rayos de sol, se elevaba al cielo por el alero sobre el techo, resuenan ahora con un nuevo y noble cometido: ser sede de la Biblioteca Pública de Lobatera, 'Prof. Carlota Sánchez de Ramírez'.

El fogón y el horno, antaño centro vital, fueron reducidos a escombros; las maderas de vigas y pilares claudicaron, quebrando su esencia ante el inexorable derribo. Incluso el jardín de la nona, un vergel de rosas níveas (rosas de la Nieve o del Papa), hortensias, helechos y pensamientos, que florecían a la sombra protectora de naranjos, chirimoyos y granados, ha quedado relegado a la evocación. Queda la satisfacción que el antiguo lar, no obstante, se ha metamorfoseado en la 'Casa que vence las sombras', en el 'Hogar del conocimiento', y en el 'Florido bulevar Teresa Cárdenas "La Negra".

La síntesis de esta narrativa de evocación, se localiza en la confluencia de caminos y memorias específica: la intersección de la Carrera 4 (conocida históricamente como Calle Real y, actualmente, como Bolívar) con la Calle 6 (identificada como Calle del Camino del Páramo, hoy Bermúdez), en el centro urbano de Lobatera. (Fotografía: Cristian Sánchez, 1973; Procesamiento cromático asistido por IA, Bernardo Zinguer, 2025).

Fragmentos de la memoria en irrepetibles imágenes fotográficas



Familiares conociendo su lugar de origen, la casa de sus ancestros mayores: Vista del corredor este, en sentido norte-sur, y postigo. En primer plano, el pariente, natural de Belmonte de Cuenca (España), Don Cayo Villegas Jiménez (1934-2025); en el plano intermedio la niña Daniela Andreina Moreno Noguera, bisnieta de Irma Yocasta Sandoval de Noguera, jugando con el viejo pilón de piedra; en el plano de fondo, de izquierda a derecha, Germán Iván Medina Sandoval (1944-2018), nieto de Santiago Sandoval, le sigue el futuro Doctor en Medicina y especializado en Urología, Juan Carlos Luigi Sandoval y su padre el también médico, Doctor Efraín Lugi (1935-2019), esposo de Olfa Sandoval Montañez de Luigi (1939-2024), nieta de Santiago Sandoval. Ambos residenbtes en Carúpano, Estado Sucre  (Foto: Roberto Emilio Sánchez Sandoval, Lobatera, 1995).




Vista del corredor este, en sentido sur-norte, y puertas de acceso a la cocina secundaria, alacenas y solar. El escaño perteneció a los esposos Macario Sandoval Mora y Juana de Dios Zambrano de Sandoval, siendo utilizado por ellos para asistir a misa (Foto: Beatriz Ceballos García, Lobatera, 1992).


Vista del corredor este, en sentido sur-norte, y antiguo jardín convertido en patio en 1983. Se observa entre dos columnas en el plano de fondo la piedra de pilar maíz o pilón, hecho por un anciano picapedrero del pueblo, con una piedra de la quebrada La Molina, en 1913 (Foto: Beatriz Ceballos García, Lobatera, 1992).





Última mirada de la estirpe: El adiós a la casona patrimonial

Miradas de despedida y legado en un instante irrepetible: la última toma fotográfica de la venerada casona familiar, pocos momentos antes de la rúbrica de su venta y traspaso al acervo del Concejo Municipal del Municipio Lobatera, bajo la gestión del señor alcalde, Don Miguel Parra.

De las supervivientes de la estirpe Sandoval Zambrano para la fecha, dos figuras emergen en este adiós. Hacia el lente fotográfico se dirige, serena y firme, la mirada de la Preceptora Irma Yocasta Sandoval de Noguera, depositaria de la memoria. A su lado, con el semblante velado por la difusa bruma entre el recuerdo pretérito y la inminente tristeza del despojo, se encuentra la nona, Doña Maximiana Sandoval vda. de Sánchez. Ellas, guardianas silenciosas de un pasado que se clausura, ofrecen aquí su tributo final (Foto: Roberto Sánchez Sandoval, Lobatera, 1996).





Valle de Lobatera. Óleo sobre lienzo del pintor del Ávila,  Manuel Cabré (1960).




Nocturno de Lobatera, desde las alturas de la calle 5, de Miranda, antigua Calle del camino real de La Grita. Acrílico sobre lienzo del pintor lobaterense Jerson Trejo (1995).





Esquina de la Casona de las Sandoval. En el cruce de la carrera 4, de Bolívar, antigua Calle Real con la calle 6, de Bermúdez, antigua Calle del camino del Páramo (Acrílico sobre lienzo del pintor lobaterense Jerson Trejo (1995).




Sección posterior (izquierda de la imagen) de la Casona de las Sandoval y muros del solar junto a la Carrera 4, de Bolívar, antigua Calle Real de Lobatera. Óleo sobre lienzo del pintor merideño Francisco Lacruz Ruiz (1975).



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