Enmarcada en un altar toscano neorrenacentista, de mármoles blancos y policromados (del tipo cipollini, también denominados mármol de Caristo), se puede apreciar la imagen de San Cristóbal mártir de Licia. Es una talla en madera de cedro amargo o cedro americano (cedrela odorata), de fines del siglo XIX, que se conserva en la capilla de San Cristóbal, inmediata al altar mayor y preside la nave de la Epístola o nave sur de la Catedral de la ciudad de San Cristóbal, Estado Táchira, Venezuela. Según el Cronista emérito Dr. J. J. Villamizar Molina, fue realizada, junto con la de San Sebastián, por el artesano Don Antonio Ignacio Dávila Paredes (Pueblo Llano, Mérida, 1844 - Capacho Nuevo, 1918. Casado con Inés Pico Pernía) en la población de Capacho Nuevo/Independencia (Foto: Base de datos con inventario de imágenes de la Catedral de San Cristóbal).
«Y el
diestro capitán Juan Maldonado,
Vecino memorable de Pamplona,
Viejo Conquistador de Santa Marta
En cuyas guerras fuimos compañeros,
Conmilitones en un mismo rancho...»
Vecino memorable de Pamplona,
Viejo Conquistador de Santa Marta
En cuyas guerras fuimos compañeros,
Conmilitones en un mismo rancho...»
Juan de Castellanos, Elegías de varones ilustres de Indias (1522-1607). Elegía XXII.
Pintura mural o fresco seco y temple de San Cristóbal mártir de Licia, del siglo XVI. Hallada -por trabajos de restauración- en la casa solariega que perteneciera al Capitán Juan Maldonado y Ordóñez de Villaquirán, fundador de la ciudad de San Cristóbal (Estado Táchira - Venezuela), en la ciudad de Pamplona (Colombia) y actual Museo de Arte Moderno "Ramírez Villamizar". El fresco fue encontrado y restaurado en 1990 por el muralista mexicano Rodolfo Vallín, cuando trabajaba en las paredes del rellano de la escalera principal de la casa (Foto: Museo de Arte Moderno "Ramírez Villamizar", Pamplona, Colombia, Reproducción de imagen con autorización de la Fundación Museo de Arte Moderno "Ramírez Villamizar", de fecha 13 de julio de 2015). |
Vuelve con el peso de su grandeza
Un acontecimiento, poco conocido
en la ciudad de San Cristóbal, se dio en la década de los años 90, del pasado
siglo. Estando el restaurador muralista mexicano Rodolfo Vallín, investigando e interviniendo en las
paredes que protegían el rellano de la escalera principal, en la edificación que serviría de sede del Museo de Arte Moderno
«Ramírez Villamizar», en la ciudad de Pamplona (Norte de Santander - Colombia),
al separar los frisos nuevos que se solapaban recubriendo la estructura de las viejas paredes
del siglo XVI, se encontró frente a una pintura mural o fresco seco y temple.
La misma resultó ser una 'pinceladura' -denominación utilizada en la época de su realización- que, en verticalidad estratigráfica, representaba la figura religiosa e iconográfica de San Cristóbal mártir de Licia, en esquema de composicón rectangular definido por un sutil marco acordonado.
La misma resultó ser una 'pinceladura' -denominación utilizada en la época de su realización- que, en verticalidad estratigráfica, representaba la figura religiosa e iconográfica de San Cristóbal mártir de Licia, en esquema de composicón rectangular definido por un sutil marco acordonado.
Este hecho y circunstancia, ocurrió exactamente en la casa
solariega que perteneciera al Capitán Juan Maldonado y Ordóñez de Villaquirán (El Barco de Ávila, antigua jurisdicción de Salamanca, 1525 - Pamplona, Nuevo Reino de Granada, 1572). Ocupando dos solares, se ubicada en la esquina noreste -una de las principales de la ciudad- frente a la plaza mayor de Pamplona. Su permanencia en el tiempo queda testificada por las fastuosas celebraciones, banquetes y exageración de gastos producto de las minas de oro, cuando a la ciudad -según el cronista Lucas Fernández de Piedrahita- se le conoció como "Pamplonilla la Loca", hasta la presencia de El Libertador Simón Bolívar, quien descansaba de fatigosas y bélicas jornadas junto al empedrado patio interior porticado de la casa.
En cuanto al mural, de autor anónimo, con probabilidad estuvo inspirado en grabados del siglo XV o XVI como el minucioso grabado de línea realizado por Alberto Durero, sobre San Cristóbal mártir de Licia, en 1511.
Así, la versátil mezcla de naturalismo y geometría en el trazado de las figuras, el sobrio policromado y la perspectiva inversa de las figuras -reminiscencias del gótico tardío, donde el personaje principal del cuadro resulta de mayor tamaño en comparación con los demás-, hacen de este mural colonial una verdadera obra de arte de inspiración renacentista, un testimonio pictórico así como un eslabón perdido para la historia tachirense.
En cuanto al mural, de autor anónimo, con probabilidad estuvo inspirado en grabados del siglo XV o XVI como el minucioso grabado de línea realizado por Alberto Durero, sobre San Cristóbal mártir de Licia, en 1511.
Así, la versátil mezcla de naturalismo y geometría en el trazado de las figuras, el sobrio policromado y la perspectiva inversa de las figuras -reminiscencias del gótico tardío, donde el personaje principal del cuadro resulta de mayor tamaño en comparación con los demás-, hacen de este mural colonial una verdadera obra de arte de inspiración renacentista, un testimonio pictórico así como un eslabón perdido para la historia tachirense.
Imagen del altar mayor de la Catedral de San Cristóbal, para 1956. Se pueden observar en el altar tipo retablo neogótico, realizado por el alarife Jesús Manrique a inicios del siglo XX, las imágenes de San Sebastián, patrono de la ciudad (izquierda del observador) y San Cristóbal, santo titular de la iglesia (derecha del observador). Este altar fue derribado en 1960 durante las remodelaciones de la Catedral. Foto: Rivera, Julio C. Teatro Infantil Literario, Ediciones Rex, San Cristóbal, 1956.
Además de las formas arquitectónicas que sirven de base o sostén y arranque al domo de la Catedral, es importante acotar como Monseñor Alejandro Fernández Feo, Obispo de la Diócesis que promovió la remodelación de la Catedral entre 1960 y 1961, dándole el aspecto que conocemos en la actualidad, supervisaba todas las obras en lo litúrgico y decidió mantener, en el mismo orden, la distribución de las imágenes de los nichos del antiguo altar mayor, en la siguiente forma: Las imágenes del Corazón de Jesús (como Cristo Rey), San José y la Virgen del Carmen, se representaron en sendos vitrales en el nuevo ábside, sobre la sillería del coro de los canónigos. La imagen de San Sebastián se trasladó y pasó a presidir la capilla norte del presbiterio (en la nave del Evangelio) y la de San Cristóbal, la sur (en la nave de la Epístola). Digitalización de imagen por el historiador y académico José Antonio Pulido Zambrano, 2022. Reproducción con fines didácticos). Digitalización por el historiador y académico José Antonio Pulido Zambrano, 2022. Reproducción con fines didácticos).
En su momento, el Cronista de la ciudad Dr. José Joaquin Villamizar Molina, informado por el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal para la época, Mons. Marco Tulio Ramírez Roa, quien a su vez recibió la noticia de Mons. Rafael Sarmiento Peralta, Arzobispo de Pamplona, dio a conocer el valioso hallazgo.
Para todo habitante de la ciudad de San Cristóbal, esta imagen adquiere por igual un carácter similar al de eslabón histórico, entre la memoria urbana -que evoca la raiz y origen del nombre de la ciudad- y la devoción y querencias familiares del capitán Juan Maldonado, por este santo del martirologio romano.
Su fiesta y memoria en el occidente cristiano se conmemoraba según el Martyrologium Hieronymianum (del siglo V de nuestra era) -o santoral atribuido erróneamente a San Jerónimo- el 25 de julio inmediatamente después de la celebración y memoria de Santiago Apóstol, patrono universal, según lo especificaban las antiguas rúbricas de la liturgia de la Iglesia.
En su momento, el Cronista de la ciudad Dr. José Joaquin Villamizar Molina, informado por el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal para la época, Mons. Marco Tulio Ramírez Roa, quien a su vez recibió la noticia de Mons. Rafael Sarmiento Peralta, Arzobispo de Pamplona, dio a conocer el valioso hallazgo.
Para todo habitante de la ciudad de San Cristóbal, esta imagen adquiere por igual un carácter similar al de eslabón histórico, entre la memoria urbana -que evoca la raiz y origen del nombre de la ciudad- y la devoción y querencias familiares del capitán Juan Maldonado, por este santo del martirologio romano.
Su fiesta y memoria en el occidente cristiano se conmemoraba según el Martyrologium Hieronymianum (del siglo V de nuestra era) -o santoral atribuido erróneamente a San Jerónimo- el 25 de julio inmediatamente después de la celebración y memoria de Santiago Apóstol, patrono universal, según lo especificaban las antiguas rúbricas de la liturgia de la Iglesia.
Los polícromos follajes estilizados y roleos renacentistas, en fragmentos de una pintura mural o fresco seco y temple, encontrado por igual en el proceso de restauración de las paredes del salón principal de la casa solariega del Capitán Juan Maldonado y Ordóñez de Villaquirán, del siglo XVI, sirven de trasfondo histórico a una obra del arte moderno denominada "Relieve rojo". Estructura en madera, diseñada por el artista pamplonés Luis Eduardo Ramírez Villamizar (epónimo del museo) para la fábrica Altec, de Bogotá en 1977 (Foto: Salón de Relieves y Esculturas, Museo de Arte Moderno "Ramírez Villamizar", Pamplona, Colombia, Reproducción de imagen con autorizaciòn de la Fundaciòn Museo de Arte Moderno "Ramìrez Villamizar", de fecha 13 de julio de 2015). |
Así, al caer los fragmentos de friso y estuco que -de forma paradójica- resguardaban la secular pared, quedaba al descubierto y se afianzaba aún más el motivo o razón última de haber denominado el capitán Juan Maldonado -a la villa que fundó el 31 de marzo de 1561 en el valle de Santiago- como la Villa de San Cristóbal.
En esos instantes de la flama originaria de la actual metrópoli, el fundador colocó la Iglesia Mayor bajo el título y advocación de San Cristóbal mártir de Licia, así como el patronazgo de la villa y su jurisdicción. Este último permanecerá hasta mediados del siglo XVII, cuando pasó a la veneración de San Sebastián mártir, como santo patrono, protector contra los ataques y muertes por flechas en los constantes enfrentamientos, entre sus habitantes y los naturales del lugar.
Por ello, el nombre dado a nuestra ciudad se puede atribuir a un producto del proceso de concreción de la memoria personal de Juan Maldonado y la traslación y fijación, en territorio americano, del recuerdo materializado de los sitios salmantinos de su infancia: las tierras aledañas a Salamanca , la parroquial de San Cristóbal, la casa solariega de los Maldonado en la calle o cal de Caldereros -cuyas dos c, entrelazadas, utilizó como símbolo para herrar sus ganados-, las posesiones familiares y señorío de Linejo y Torrecilla, lindantes con San Cristóbal de la Cuesta, en la comarca de La Armuña, y sus juegos junto a los torrentes del río Tormes.
Si bien, por haber
pasado a las Indias a la edad de los 15 años, la firmeza de sus
afectos no alcanzaron a ser estrechamente vinculativos –por cuanto no regresó a
la Península–, siempre permanecieron presentes en sus recuerdos aquellos lugares del solar
nativo y de la familia que había dejado en España.
Ahora, a cuatro siglos de distancia,
una reproducción del San Cristóbal del Capitán Juan Maldonado, debería volver a
la villa. Ya no en el imaginario del fundador, sino en réplica de esa obra de arte mural del siglo XVI para que, desde la majestuosidad de la Iglesia Catedral, frente a la plaza mayor y fundacional, su brazo gigantesco cubra la
historia de nuestra ciudad.
Casa solariega del Capitán Juan Maldonado y Ordóñez de Villaquirán, fundador de la ciudad de San Cristóbal (Estado Táchira - Venezuela) y actual sede del Museo de Arte Moderno "Ramírez Villamizar" de Pamplona, frente a la Plaza Mayor (Foto: Museo de Arte Moderno "Ramírez Villamizar", Pamplona, Colombia. Reproducción de imagen con autorización de la Fundaciòn Museo de Arte Moderno "Ramìrez Villamizar", de fecha 13 de julio de 2015). |
San Cristóbal mártir de Licia, talla en madera de cedro amargo o cedro americano (cedrela odorata), de principios del siglo XX, que se conserva en uno de los nichos del muro septentrional de la Catedral de San Cristóbal, San Cristóbal, Estado Táchira, Venezuela. Fue realizada por el artesano Don Antonio Dávila en la población de Capacho Nuevo/Independencia (Foto: Samir Sánchez, 2016). |
Créditos de fotografía | Credit: Images courtesy of
Proyecto Experiencia Arte (ExpArt) quiere dar las gracias a los amigos e instituciones por permitir la reproducción de sus fotografías con lo cual han contribuido a la realización del presente estudio.
Biblioteca Nacional de España, Madrid.
Sr. Ricardo Jiménez, Fundación Museo de Arte Moderno "Ramírez Villamizar", Pamplona (Norte de Santander - Colombia).
Sr. Ricardo Jiménez, Fundación Museo de Arte Moderno "Ramírez Villamizar", Pamplona (Norte de Santander - Colombia).
Gooble Book, 2015.
Parroquial de El Sagrario/Catedral de San Cristóbal, 2015.
© Proyecto Experiencia Arte / Experience Art Project 2012-2015. Algunos derechos reservados. Los derechos de autor de las fotografías pertenecen a cada fotógrafo, grupo o institución mencionada.